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Francisco Javier Mosácula, ayer, durante la presentación. A. de Torre
La peste, castigo divino

La peste, castigo divino

Francisco Javier Mosácula presenta ‘Pestilencia. La cólera de Dios’, una novela histórica sobre la peste de 1599 en Segovia

Carlos Álvaro

Viernes, 2 de diciembre 2016, 11:58

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Tras el estudio pormenorizado que publicó hace unos meses, el historiador Francisco Javier Mosácula María (Segovia, 1955) presentó ayer una nueva obra dedicada a la peste de 1599, y su incidencia en Segovia, en esta ocasión, una novela histórica que trata de sumergir el lector en una tragedia colectiva que segó la vida de al menos a dos mil segovianos, de acuerdo con el dato de Diego de Colmenares.

«La peste entró en la península por el Cantábrico, a través de un barco procedente de Dunkerque (Francia), que transportaba telas y sábanas. El barco llegó a España el 5 de noviembre de 1596 y en él venía la peste, no se sabe si con enfermos o con la pulga entre las sábanas. Y a partir de ahí se propagó por Castilla, a través de las dos rutas que canalizaban la entrada y salida de capitales y mercancías, la de Palencia y Valladolid y la de Burgos», recuerda Mosácula, que ha recreado la Segovia de finales del siglo XVI con la precisión que otorga a todos sus trabajos.

«La idea de escribir esta novela surge después de haber terminado el estudio histórico anterior. Quería llegar a un público más amplio, de ahí la decisión de escribir un relato novelado y cercano, contado de una manera más directa», puntualiza el historiador, que ha procurado ser todo lo fiel a la realidad que ha podido: «En todo momento me ciño bastante a la verdad, porque los personajes son reales, aunque no me ha quedado más remedio que recrear algunos diálogos. No obstante, lo que se cuenta en el libro es algo que, en líneas generales, ocurrió».

El verano de 1598 fue extraordinariamente caluroso en Castilla, lo que originó una gran sequía, y el invierno posterior, muy frío. Las temperaturas extremas mermaron la reproducción de la pulga que transmitía la peste, por lo que Segovia tuvo en el clima un excelente aliado. Puede decirse que, aquel año, la peste pasó de largo. Pero en febrero de 1599 empezó a llover y en primavera se dieron los primeros casos. En mayo había ya varios enfermos y la situación se tornó insostenible en junio, a raíz de la feria de ganados de San Juan, que comenzó el día 11. «El Ayuntamiento quiso prohibirla, pero los fabricantes de paños, interesados en su celebración, escribieron al concejo y el concejo lo permitió, aunque advirtiendo del peligro. La enfermedad empezó a propagarse a partir del día 14, con unas cifras de enfermos escalofriantes, cuarenta o cincuenta nuevos casos todos los días. Ya en julio, no eran cuarenta o cincuenta enfermos diarios, sino muertos».

El título del libro no deja indiferente a nadie: Pestilencia. La cólera de Dios. «Pestilencia es una de las muchas denominaciones que recibió la enfermedad en aquella época. En realidad, nadie sabía a qué se debía, ni los propios médicos. Así que todo el mundo la atribuía a un castigo de la Providencia. Decían que era la cólera de Dios, que era el castigo que Dios tenía reservado a los pecadores. De hecho, la primera recomendación que se hacía era ponerse en manos del protomédico celestial», apunta Mosácula.

El autor ha tratado de mostrar el ambiente social que Segovia vivió durante el drama de 1599, episodio que, paradójicamente, clausuraba un siglo de prosperidad para los segovianos. «Me llamaron mucho la atención los comportamientos humanos que fui descubriendo durante la investigación. Por un lado, hubo ciudadanos que se comportaron de manera heroica, ejemplar; ciudadanos que se jugaron la vida por salvar a sus semejantes. En la colaboración que prestaron las clases pudientes puede intuirse algo de egoísmo pensaban que o colaboraban o todo se hundiría, pero la actuación de los pobres fue absolutamente ejemplar, de un altruismo total, absoluto. Hubo gente que se entregó y puso en riesgo su vida por ayudar a los demás. Claro, por otro lado, se dio el fenómeno contrario, el de los delincuentes que aprovecharon los tiempos revueltos para sacar partido y robar», cuenta el historiador segoviano, que ayer presentó el libro en el salón de plenos de la Diputación, acompañado por el director del centro asociado de la Uned en Segovia, Víctor M. González, y por el profesor tutor de la Uned Enrique Gallego.

Francisco Javier Mosácula María es doctor en Historia por la Uned y autor de varios libros de carácter histórico, económico y social relacionados con Segovia, así como de diversas biografías de personajes de relevancia histórico-artística nacidos en la capital segoviana. En la edición del libro también han colaborado los pintores Lope Tablada Martín y José Luis López Saura. El primero ha realizado la portada y el segundo, las letras capitulares.

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