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Enrique López-Pozas, presidente de la empresa (tercero por la izda.), con el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, el alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso, y la directora de la Fundación Biodiversidad, Sonia Castañeda, también premiada.
Punteros en munición biodegradable

Punteros en munición biodegradable

La empresa Bioammo, radicada en Santa María la Real de Nieva, ha recibido el premio Unac de Extremadura por sus avances tecnológicos

miguel ángel lópez

Sábado, 24 de septiembre 2016, 22:18

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La empresa segoviana Bioammo tiene su sede en la calle Maestros de Santa María la Real de Nieva. Desde hace siete años ha revolucionado con sus patentes la caza y el tiro deportivo. Enrique López-Pozas, su presidente, ha patentado, entre otros productos, el cartucho de caza biodegradable Bioshot, fabricado con un polímero creado a partir de residuos vegetales, y es un raro ejemplo de I+D+i. La patente de su producto innovador (y ecológico) le ha hecho merecedor del Premio UNAC (Unión Nacional de Asociaciones de Caza) del Patrimonio Natural Cinegético, que recogió el día 17 en Badajoz, en la Feria de la Caza, Pesca y Naturaleza Ibérica 2016.

El premio que recogió en Badajoz López-Pozas es un «reconocimiento a sus investigaciones y avances tecnológicos en munición biodegradable» y a los que «representa para la defensa del medio ambiente y el medio rural en España». Supone, explica el director de Bio- ammo, «que todos los usuarios de los cartuchos de caza y tiro deportivo, más de un millón cien mil españoles, desean y aplauden lo que ya se considera una revolución del sector, pues erradicará la contaminación de los campos donde se realiza esta actividad».

López-Pozas acudió también el pasado miércoles a León. Allí fueron entregados los premios Emprendedores La Caixa y Enisa (del Ministerio de Industria), en los que quedó finalista. Un nuevo reconocimiento al trabajo de años en Santa María la Real de Nieva. De hecho, la patente consiste en sustituir los plásticos sintéticos derivados del petróleo, por bioplásticos obtenidos a partir de restos vegetales. Explica el director de Bioammo que, una vez utilizados sus cartuchos por cazadores o practicantes de tiro, «la biodegradación es bacteriana, es decir, que las bacterias se comen el bioplástico que queda en el campo y generan abono, un proceso que tardará menos de dos años, frente a los 450 años que duran los plásticos utilizados hoy en día».

Bioammo ya presentó sus patentes y el resultado de sus investigaciones en la Feria Internacional IWA de Alemania, en las ediciones de 2015 y de este año. Más de 400 empresas de todo el mundo han contactado con la empresa segoviana interesada por los cartuchos biodegradables y, apunta López-Pozas, «esto significa que el nombre de Santa María la Real de Nieva y el de Segovia, ya son conocidos a nivel mundial como la raíz de esta revolución». De hecho, la difusión de los productos de la empresa es ya amplia; los perdigones biodegradables diseñados específicamente para los amantes del airsoft son ya conocidos en todo el mundo, y otra de sus patentes, la bala Biobullet para armamento, será presentada en la feria Shot Show 2016 en Las Vegas, Estados Unidos.

Los premios han espoleado a Enrique López-Pozas. «Bioammo persigue desde hace veinte meses la construcción de su fábrica en Santa María la Real de Nieva, comarca en la que podría crear más de cien puestos de trabajo iniciales, y llegar a más de 200 directos, siendo un polo de atracción para otras empresas», comenta. La innovación está ahí, es una realidad y el empresario ha recibido varias ofertas interesadas en sus patentes. Pero él mantiene su empeño para crear la fábrica en Santa María. «Ya solo queda que la Administración apoye decididamente esta oportunidad por y para Segovia», apostilla. Pero eso supone ayudas económicas. Y es otro cantar.

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