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Panorámica de la plaza de Cirilo Rodríguez, con los estudios de Radio Segovia en el centro.
El periodista que nos llevó a la luna

El periodista que nos llevó a la luna

La plaza Cirilo Rodríguez recuerda al locutor segoviano que narró la llegada del hombre a la luna

elena rubio

Lunes, 12 de septiembre 2016, 12:03

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A diario pasan muy cerca de ella los coches y muchos buscan aparcamiento en alguna de sus filas que allí se colocan. Es la plaza Cirilo Rodríguez, donde se encuentra la emisora de Radio Segovia en la que trabajó el legendario periodista. La plaza ha cambiado poco a lo largo de las últimas décadas y ha perdido parte del bullicio que tenía porque cada vez hay menos vecinos y porque en breve, si nadie lo compra, se cerrará un mítico establecimiento de restauración que allí se ubica y que se vende por jubilación. Un bar que durante años ha congregado a cientos de personalidades del mundo del toro.

Durante años, la plaza Cirilo Rodríguez era conocida popularmente como la plaza de los medios de comunicación al existir allí varios ubicados y por tener cerca la Oficina de Información y Turismo, situada donde hoy existe una tienda de telefonía móvil, a escasos metros de allí. En ella los periodistas de esos medios debían de obtener el sello de la censura antes de ser enviados al Gobierno Civil, la actual Subdelegación del Gobierno.

Seguro que más de uno de esos textos los llevó Cirilo Rodríguez, sin saber que el espacio que atravesaba algún día llevaría su nombre. De hecho, fue a raíz de la colocación de una placa coincidiendo con el 55 aniversario de la emisora, lo que provocó que este lugar cambiara de denominación, pasando de Calle San Agustín a plaza de Cirilo Rodríguez. Actualmente, la placa está en la fachada esgrafiada de Radio Segovia. Es obra de Francisco Cuéllar Requero, donde se puede leer la siguiente inscripción: «Radio Segovia rinde hoy un cariñoso recuerdo y homenaje de gratitud a Cirilo Rodríguez, periodista radiofónico que inició su carrera triunfal en esta emisora/ Y a todos los hombres y mujeres que, día a día, en el transcurso de estos 55 años, con su trabajo y dedicación lograron hacer entre los radioyentes, en su emisora amiga 1934-15 Diciembre-1989». En la placa también figura una cabeza de metal, obra de José María de Cossío, basada «en un busto de Cirilo que se conserva en el domicilio de su hermana Carmela, escultura de Lorenzo Coullaut-Valera», según recoge el artículo Cirilo Rodríguez, publicado por María Del Carmen Díaz Garrido. A día de hoy, los familiares de Cirilo Rodríguez sienten un «profundo orgullo porque la ciudad reconozca a sus hijos pródigos con una plaza», como comenta su sobrino, el también periodista, Fernando Sanjosé Rodríguez.

Cirilo Rodríguez (1926-1980) comenzó su carrera de periodista en los estudios de Radio Segovia, tras cubrir de forma provisional la vacante de Santiago Vázquez que fue trasladado a Madrid. Licenciado en la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid, Cirilo Rodríguez siempre fue una persona con gran inquietud. Había aprendido inglés de manera autodidacta, lo que le había servido para hacer de intérprete en el Hotel Sirenas, donde trabajaba como recepcionista. La suerte o el destino provocó que allí conociera a un matrimonio de profesores estadounidenses que le animaron a solicitar una beca en la Universidad de Siracusa, que le fue concedida. Era el principio de una gran carrera en las ondas, porque desde Estados Unidos comenzó a enviar numerosas crónicas en las que imprimía su peculiar forma de hacer radio. Tanto fue así, que aquellas noticias que acercaban un mundo desconocido para muchos españoles fueron reconocidas con el premio Ondas de la Cadena Ser. De aquella experiencia también salió el libro El mundo de Mrs. Dibble. Crónicas de América. Tras volver a España se reincorporó de nuevo a Radio Segovia, aunque pronto se presentó a unas oposiciones de RNE para locutores que aprobó sin problemas. Le darían la corresponsalía de Nueva York, desde donde contó historias como el asesinato de John Fitzgerald Kennedy, la dimisión de Nixon o su famoso relato de la llegada del hombre a la Luna.

Aun siendo un enamorado de Nueva York, regresaba a Segovia siempre que podía y su presencia en Radio Segovia «era todo un acontecimiento porque se le quería mucho», como recuerda el periodista Alfredo Matesanz. Era entonces cuando de primera mano Cirilo Rodríguez narraba a todos los segovianos lo que allí veía y cómo se vivía en la Gran Manzana, historias «muy diferentes» a las que se producían en Segovia. Además, brindaba a todos los segovianos su casa neoyorkina, porque «era la casa de todos, era nuestro embajador», explica Matesanz.

Sus compañeros de profesión segovianos de aquella época le siguen definiendo como una persona con «mucho carisma, dicharachero y que cautivaba». Y todos le califican como «alguien especial». El periodista Luis Martín tuvo la oportunidad de realizarle la última entrevista en Segovia en 1979, en la discoteca Ladreda 25, dentro del programa Diálogos de Medianoche.

Martín recuerda como era «un buen comunicador», hasta el punto, que «en una discoteca consiguió crear un silencio sepulcral, se quedó con todo el personal», con historias, por ejemplo, como la visita de los Reyes de España a Nueva York. Tanto gustó al público que sacaron a hombros a Cirilo Rodríguez de la discoteca.

Premio internacional

Cirilo Rodríguez sigue hoy muy presente en el mundo del periodismo gracias a sus colegas de la Asociación de la Prensa de Segovia que anualmente convocan el premio Cirilo Rodríguez, que reconoce públicamente la mejor labor de información internacional, tanto literaria, gráfica, radiofónica o televisiva, de un corresponsal o enviado especial en el extranjero aparecida en cualquier de los medios de comunicación españoles durante el año inmediatamente anterior a la concesión del galardón.

Entre los ganadores, periodistas como Manuel Leguineche, Rosa María Calaf, Pilar Bonet, Gervasio Sánchez, Tomás Alcoverro o Evaristo Canete, entre otros muchos. Los periodistas que lo reciben siguen mostrando su orgullo por conseguir este galardón, que tras 32 ediciones a sus espaldas, está considerado por todos ellos como uno de los más prestigiosos que existen dentro de la profesión.

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