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Activistas segovianos sujetan la pancarta de bienvenida a los refugiados que se quiere poner.
La solidaridad cuelga delos balcones

La solidaridad cuelga delos balcones

La corporación aprueba colocar en el Ayuntamiento una pancarta de bienvenida a los refugiados, pero de forma temporal

César Blanco Elipe

Domingo, 3 de julio 2016, 12:51

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¿Vuelve la canción protesta? Sea como fuere, la cartelería es la que ha retornado con fuerza con los movimientos ciudadanos y civiles. Bien lo saben en el Ayuntamiento de Segovia. El balcón de la Casa Consistorial es un escaparate bien visible para las causas que invitan a la generosidad, la solidaridad y la igualdad. Quizás alguna que otra vez esas virtudes se hayan retorcido, depende de quien lo mire. Cuando el anterior alcalde, Pedro Arahuetes, mandó colocar una pancarta en contra de la construcción del Palacio de Congresos promovido por la Diputación con la ayuda de la Junta, se armó un buen lío.

Fue en junio de 2009. Arahuetes sabía que la acción iba a escocer. Y tanto. Fuego cruzado de acusaciones y al final una orden de Patrimonio zanjó el asunto. Cinco días duró la pancarta presidiendo la vista de la Plaza Mayor. Arahuetes acató la orden sin pensárselo porque la olla de la presión ciudadana ya estaba hirviendo. Es lo que quería, aunque desvelara luego que no votó a favor de poner el letrero y que albergaba sus dudas sobre la efectividad de la acción. Aún así respaldó el voto mayoritario de sus compañeros en el equipo de gobierno socialista.

Patrimonio entendió que el pancartón lesionaba las panorámicas de la Plaza Mayor. La ponencia técnica de la comisión territorial decidió incoar expediente sancionador al Ayuntamiento al haber colgado la pancarta sin autorización, por tratarse de un lugar especialmente sensible, situado entre monumentos declarados Bien de Interés Cultural.

Aquel jaleo no tiene nada que ver con el debate que suscitó la moción de Izquierda Unida en el último pleno de la corporación, celebrado el viernes. El portavoz de IU en el Consistorio, Ángel Galindo, defendió la iniciativa que instaba al Ayuntamiento de Segovia a «contribuir de forma solidaria como ciudad refugio», amén de pedir que reiterase su rechazo a las políticas que la Unión Europea está llevando a cabo para abordar la grave crisis humanitaria. Mediante esta moción, el concejal del grupo de IU pidió al gobierno municipal que estudiara el número de refugiados que podría acoger la capital y determinara los espacios que podrían utilizarse para ello.

El fondo y las formas

Estas demandas ya se están cumpliendo, replicó el concejal de Servicios Sociales y Participación Ciudadana, Andrés Torquemada. Citó la colaboración con Cruz Roja, que ya ha recibido a tres refugiados; y también subrayó con pesar la paralización del proceso de acogida, aunque el Ayuntamiento dispuso ya su operativo allá por septiembre.

Este acopio de solidaridad con los refugiados tenía que ir acompañado de un gesto visible. Y Galindo introdujo en la moción la colocación de una pancarta que reza Bienvenidos refugiados en la balconada principal de la Casa Consistorial.

La edil de UPyD-Centrados en Segovia, Esther Bermejo, fue de las voces más insistentes en que el buen fondo de la moción ya era suficiente y «no era necesaria» la pancarta. Incluso propuso alternativas, como una recepción en la casa de todos los segovianos, un acto más simbólico, afectuoso y cercano, justificó. A Ciudadanos le convenció más el contenido de la iniciativa de IU que el tono. Por su parte, el concejal de Servicios Sociales, sin negar la buena voluntad, tachó el hecho de colgar el cartelón de «secundario», además de depender de Patrimonio. Y sino que se lo digan a Pedro Arahuetes.

Todos contentos

Además, ya se puso un crespón negro en la bandera de la Unión Europea que ondea en el Ayuntamiento en señal de discrepancia con la política comunitaria con respecto a la tragedia de los refugiados. El PP se abstuvo. Y la alcaldesa coronó el debate de si pancarta sí o no, y por cuánto tiempo, o si es más adecuada una recepción. Clara Luquero sentenció que se pondrá, pero «tendrá que ser temporal».

Al final, todos contentos, porque además se introdujo una modificación en el texto original defendido por Galindo a través del cual la corporación solicitará a la Junta de Castilla y León que ponga viviendas sociales a disposición de la posible llegada de refugiados.

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