La tercera fase del campus puede incluir la ahora inexistente cafetería

La deseada y demandada cafetería del formidable campus de Segovia eso sí, aún por terminar podría tener cabida en una tercera fase del proyecto de dotación de las infraestructuras necesarias y adecuadas. El rector de la Universidad de Valladolid (UVA), Daniel Miguel, deja entrever que ese sería el plan a seguir, toda vez que a día de hoy no se va a hacer un hueco (no pequeño, además) a este archirreclamado espacio de esparcimiento y punto de encuentro de la comunidad académica.

El planteamiento de la segunda fase, que además ya tuvo que ser modificado sobre la marcha por el equipo de arquitectos para hacerlo más accesible a la disponibilidad económica exigida por la Junta de Castilla y León, no incluye ni incluirá la cafetería. La reivindicación de un bar en las instalaciones universitarias ha protagonizado parte de la reciente campaña electoral desarrollada por el alumnado al claustro de la Universidad.

De momento, «los recursos son limitados», esgrime el rector, quien recuerda que de todas formas la no inclusión de una cafetería «fue una decisión que se tomó al principio». El vicerrector del campus María Zambrano, Juan José Garcillán, ya explicó que «todos los centros revisaron las necesidades de espacio que cada uno consideraba imprescindibles para el correcto desarrollo de la actividad docente, investigadora y de gestión propias de un centro universitario». Los arquitectos presentaron un borrador y mantuvieron varias reuniones con representantes del equipo rectoral y técnicos de la Universidad de Valladolid, como con los decanos y directora de los tres centros de la sede segoviana.

Muy cara

La solución puede llegar en el marco de «una tercera fase» para complementar el campus María Zambrano con instalaciones y servicios demandados por la comunidad académica. Por ejemplo, en esa nueva etapa, de la que la Universidad ha de hablar con el Ayuntamiento de la capital para ver cómo se concreta, está contemplada la creación de una residencia universitaria. Y es ahí donde tendría cabida la cafetería, ha intuido el rector.

Lo cierto es que la cafetería sale muy cara, tal y como siguen estando las carteras de las administraciones e instituciones. El máximo responsable de la UVA recordó ayer, en su visita a Segovia, que ya se han realizado enormes sacrificios económicos para sacar adelante la idea original del ambicioso campus. La superficie «deseable» para una cafetería está entre 500 y 1.000 metros cuadrados, lo cual supondría dedicar a un espacio no académico entre 500.000 y un millón de euros. Estos montos van del 7% al 15 % del presupuesto total de la segunda fase.

Y al hilo de cómo van los plazos de ejecución, Daniel Miguel reveló que permanecen invariables, a pesar de que el procedimiento administrativo está sufriendo un pequeño retraso sobre las previsiones iniciales. Miguel admite que este tipo de tramitaciones tan sumamente técnicas «son complejas».

En la actualidad, se están evaluando las ofertas que concurrieron a la adjudicación de la obra, la cual será una realidad «en unas semanas», anuncia esperanzado el rector. Es decir, que si nada se tuerce, la construcción de la segunda fase podrá empezar este verano.