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El obispo de Segovia, César Franco, en el transcurso de la entrevista.
«Los sacerdotes están sobrecargados de trabajo; algunos atienden hasta siete parroquias»

«Los sacerdotes están sobrecargados de trabajo; algunos atienden hasta siete parroquias»

El prelado anuncia la reapertura del Seminario Menor para incentivar las vocaciones

Carlos Álvaro

Lunes, 11 de abril 2016, 17:38

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Nos recibe en su despacho, el mismo de su antecesor, cuyas paredes ha pintado de amarillo. Es una habitación austera pero con increíbles vistas a la sierra, que se extiende, nevada, sobre la muralla. El obispo accede a la sesión fotográfica dicharachero y cordial, y después toma asiento en una de las butacas. Prefiere que entre él y el periodista no medie mesa alguna. La entrevista se desliza con intensidad y rapidez.

Lleva algo más de un año al frente de la diócesis. ¿Qué balance hace?

Un año y cuatro meses, para ser exactos. Bueno, yo digo siempre que mi balance es positivo, no por dar incienso a Segovia y ganarme la benevolencia de la gente, sino porque es verdad. He realizado, durante este año, muchas visitas pastorales que me han permitido conocer la realidad de la diócesis, sus parroquias, sus comunidades. Hay días en los que visito hasta tres parroquias.

¿Y cuál es esa realidad de la diócesis, es decir, qué problemas más importantes hay, qué es lo que más le preocupa?

El principal problema y no es solo de esta provincia es el envejecimiento de la población. Además, hay muchos chavales que, cuando llegan a la universidad, dejan la provincia, lo que está provocado un vacío generacional que se nota en la sociedad y, por supuesto, en la Iglesia. Los sacerdotes son mayores, pues hay muchos que en los próximos años alcanzarán los setenta y cinco años, que es la edad a la que se jubilan los sacerdotes. Por tanto, preocupación existe. Prueba de ello es que estamos decididos a abrir el Seminario Menor, que ya existía en la diócesis. Queremos ponerlo otra vez en activo, pero con el objetivo de tener un lugar de referencia para que los niños, los adolescentes, los jóvenes, si alguna vez se les pasa por la cabeza ser sacerdotes, sepan que nosotros los acogeremos y educaremos como conviene. No se trata de cazar o pescar a nadie, sino que haya un lugar de referencia.

¿Cuándo abrirá el Seminario?

Nos gustaría poder abrirlo el curso que viene. Ya me he puesto en contacto con los sacerdotes de la diócesis para informarlos. Además, les he pedido que el próximo 17 de abril, domingo, se hable de ello en todas las parroquias. Es el domingo que llamamos del Buen Pastor, dedicado a la oración por las vocaciones.

¿La crisis de las vocaciones está afectando mucho a la vida de las parroquias?

Es otro de los grandes problemas. Naturalmente, los sacerdotes están sobrecargados de trabajo. Tenemos más de trescientas parroquias y hay curas que atienden cuatro, cinco, seis e incluso siete pueblos a la vez. Es algo que desgasta mucho porque son personas celosas y les gustaría poder decir misa en todos los pueblos a la vez, algo imposible. También los fieles se tienen que acostumbrar a que si en el pueblo de al lado tienen la celebración de la Eucaristía, no pasa nada por desplazarse. Lo digo porque les cuesta mucho. Por otra parte, no puedo dejar de incluir la secularización entre las grandes preocupaciones. La secularización gana terreno y hace que niños, adolescentes y jóvenes vean lo religioso como algo marginal, como algo que no les afecta, que no les toca de modo directo. Luego hablas con ellos y te escuchan con agrado, e incluso no son reacios a que les preguntes por lo que harían si recibieran la llamada del Señor, pero, en general, el ministerio sacerdotal está muy poco valorado.

En cuanto a las comunidades religiosas, ¿en qué situación se encuentra esta diócesis?

Segovia ha tenido, históricamente, una riqueza enorme: los franciscanos, los capuchinos, las oblatas... Ahora, las comunidades religiosas, especialmente las de vida monástica, están muy envejecidas. Me temo que dentro de unos años haya conventos que acaben cerrando si antes no pasan a manos de otras congregaciones con más vocaciones, más juventud. Es lo que le decía antes: parece que la llamada de Dios es algo de otros tiempos. Y es curioso, porque se da la paradoja de que ahora hay muchos jóvenes necesitados de un sentido de la vida, de un sentido de la existencia. Creo que algo falla: o no comunicamos bien o no sabemos plantear bien el problema... Algo falla para que un joven ni siquiera se plantee esa posibilidad, cuando los jóvenes, por naturaleza, son generosos, desprendidos, entregados, solidarios... Algo pasa para que no vean en la llamada de Cristo un camino de realización y de existencia personal.

Hablemos de patrimonio. Cuéllar ha vuelto a solicitar la celebración de Las Edades del Hombre. ¿La ve con posibilidades?

Por supuesto. No lo consiguió la otra vez porque Toro lo había solicitado antes, y eso es algo que el patronato tiene en cuenta. Espero que la próxima sea para Cuéllar.

¿Cómo está la diócesis en cuanto a conservación del patrimonio?

El Obispado, a través de su delegado de Patrimonio, está muy encima. En seguida, cuando hay un problema de humedades, de goteras, en alguna iglesia, se da el aviso y se actúa. Pero tenemos un presupuesto muy reducido, de manera que no podemos atender todo. Hay pueblos pequeños en los que las iglesias no se pueden sostener porque no hay sacerdote ni dinero. La situación se ha agravado durante los últimos años porque se han cortado las ayudas que recibíamos de las instituciones. Así que no nos queda más remedio que estar ahí arañando, o por lo menos, haciendo comprender que el patrimonio eclesiástico no solo es cosa de la Iglesia, sino de todos. En el caso de Segovia, los políticos, las autoridades, deberían saber que el patrimonio es un elemento fundamental para esta provincia; fundamental para que siga viniendo gente a visitarla.

¿Cree, por tanto, que hace falta más inversión?

Es necesario. Mire, aquí, en Segovia, tenemos una iglesia impresionante, San Esteban, que necesita una reparación urgente. Estoy seguro de que si en otro sitio tuvieran una pieza de esa categoría... ¡estaría muy cuidada! Y quien dice San Esteban dice San Martín, que está bien conservada aunque tiene problemas de deterioro de la piedra. De la provincia no puedo hablar porque no conozco la situación en profundidad, pero sé que hay sacerdotes que han hecho de albañiles para mantener y restaurar sus templos. Podría citar algunos porque los conozco. Ellos no han dudado a la hora de ponerse el mono y ayudar.

¿Cómo están las cosas con el Palacio Episcopal? ¿Se tiene previsto intervenir o hacer mejoras?

Creemos que el Palacio Episcopal debe tener una mayor utilidad. La apertura del Museo Diocesano es una buena opción. Si lo completamos con piezas que el Obispado tiene depositadas en otros lugares de culto, podría ser un museo muy atractivo que, en colaboración con el Museo Catedralicio, atraería sin duda a muchos visitantes. Es algo que hay que estudiar. Yo creo que el Palacio Episcopal debe tener una finalidad pastoral, pero lo que hay allí ha de reportar una rentabilidad porque, de lo contrario, es un edificio perdido. Es otro claro ejemplo del inmenso patrimonio que posee esta ciudad, está situado en un lugar precioso, junto a la iglesia de San Esteban... Segovia es una ciudad bellísima que requiere más inversiones y cuidados. No digo que no se esté haciendo ¿eh?, ni estoy haciendo crítica... Simplemente pienso que son asuntos para estudiarlos en conjunto.

Últimamente ha habido en La Granja de San Ildefonso cierto malestar acerca de la titularidad de las imágenes religiosas que exhiben las cofradías en Semana Santa. ¿De quién son esas tallas?

Ha habido un malentendido. Nosotros fuimos a visitar al delegado de Patrimonio Nacional para saber cuáles pertenecían a Patrimonio y cuáles a la Iglesia, pero en ningún momento hablamos del Obispado, porque hay que saber distinguir entre el Obispado y la Iglesia. (Aquí en cuanto se habla de la Iglesia ya se cree la gente que está detrás el obispo queriéndose quedar con alguna pieza). Y Ptrimonio nos lo aclaró. Hubo alboroto porque las cofradías decían que les pertenecían algunas de las imágenes, y la verdad es que nosotros nunca hemos querido entrar en esas cuestiones: puede que haya algunas tallas y no quiero con esto crear más confusión que sean de las cofradías... Bueno, si lo tienen justificado, legalizado... ¿Dónde está el problema? Pero hay otras imágenes que pertenecen a la Iglesia, o que pertenecen al Obispado pero están en depósito. En todo caso, es algo que tiene que ser estudiado según los documentos existentes y, por supuesto, aclarado.

Y en Parque Robledo y Carrascalejo, ¿cómo van las gestiones para la instalación de la parroquia?

Es algo complejo que viene de atrás. A través de un convenio que firmamos, acordamos la permuta de unos solares. Ellos nos propusieron un solar en Carrascalejo y aceptamos, pero en Parque Robledo nos ofrecieron dos posibilidades: un solar con una acequia al lado que hace imposible construir en él y el edificio multiusos que en principio solo lo tenían para dependencias municipales. Yo fui a verlo y dije que no reunía las condiciones. Hicieron unas obras y nos llamaron otra vez, pero nuestro arquitecto nos lo desaconsejó. Hombre, si nosotros les hemos dado dos solares libres de cargas, lo lógico es que recibamos lo mismo; lo que es una permuta. Y eso es lo que les hemos trasladado: que queremos un solar donde podamos levantar una iglesia de nueva planta. Luego se ha publicado en un blog de la asociación de vecinos una nota calumniosa porque da a entender que el Obispado quiere hacer caja o especular con los terrenos, y nada más lejos de la realidad, porque nosotros lo que queremos es una permuta y un solar en el que poder edificar, no un local que no reúne condiciones.

Recientemente, el Ayuntamiento de Segovia ha sacado adelante el nuevo Plan General de Ordenación Urbana. ¿Ha habido conversaciones con el Municipio para la cesión de algún espacio para uso público?

Hay un plan de rehabilitación de la muralla que sí ha dado lugar a conversaciones. Nosotros pusimos condiciones y el Ayuntamiento las aceptó. No tenemos inconveniente en que se actúe en la zona de la muralla que linda con el Seminario, aunque sí les pedimos que no se interviniera en la parte que da a la casa de espiritualidad, por no molestar a la gente que se encuentra allí haciendo ejercicios. En cuanto a la zona del Hospital de la Misericordia, hemos llegado a un acuerdo para que se instale un pasadizo que permita a los turistas pasar a la muralla.

¿Alguna novedad en cuanto a memoria histórica? ¿Queda algo pendiente de resolución?

No, no hay novedades. Nosotros actuamos según marca el protocolo; es decir, cuando hay una denuncia, comprobamos si el caso está o no afectado por la ley, y si hay que intervenir, se interviene. Hasta ahora solo hemos recibido dos peticiones y se están estudiando según se establece en ese protocolo.

Este de 2016 es un año importante para la diócesis: se conmemora la coronación canónica de la Virgen de la Fuencisla. Hace justo cien años de aquello.

Cierto. Y queremos darle la vitalidad pastoral que el acontecimiento merece, de manera que haya peregrinaciones al Santuario de la Fuencisla, que vayan los niños, los adolescentes, tener charlas con ellos... Yo estaré disponible para celebrar la Eucaristía... También tendremos un día especial porque el Papa ha concedido una indulgencia plenaria y el obispo tiene que transmitir la bendición papal a los peregrinos. Será en mayo. Y, por último, habrá un amplio programa de actividades culturales que haremos público dentro de unos días, a finales de abril: conferencias, exposiciones, etcétera. Aquella de 1916 fue una fiesta grande. Las coronaciones de las imágenes atraían y siguen atrayendo a muchísimos fieles. Tratándose, además, de una imagen con tanta veneración como la de la Virgen de la Fuencisla...

Supongo que la devoción a la Fuencisla es una de las cosas que ha podido constatar durante el tiempo que lleva en Segovia. Es un sentimiento muy arraigado.

Es verdad. Yo bajo al santuario con mucha frecuencia porque me gusta mucho, y cuando viene algún amigo lo llevo para que rece a la Virgen. Se está muy bien en ese santuario.

¿Qué es lo que más le ha llamado la atención del pueblo segoviano?

Bueno, yo creo que es un pueblo recio, de convicciones, con una tradición católica muy arraigada que lamentablemente no está dando ahora el fruto que dio en tiempos pasados. Este pueblo ha dado muchas vocaciones, y ahora me escriben numerosos misioneros segovianos, que están por todo el mundo, y me alegra una barbaridad. Creo que Segovia tiene que seguir dando frutos de misión, de evangelización. Es verdad que la natalidad es escasa, que se envejece mucho, pero no pierdo la esperanza. Y, por otra parte, me llama mucho la atención el carácter segoviano, que es un carácter castellano, serio; no digo poco abierto, ni mucho menos, sino de comunicación sobria, austera.

¿Le ha gustado la Semana Santa segoviana?

Sí, mucho. Creo que hay que poner algo más de orden en la procesión porque es muy lenta, los pasos van muy lentos, y la gente se acaba yendo. Pero hay pasos que son una preciosidad.

Las cofradías aspiran a que la Semana Santa de Segovia sea declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. ¿Cree que lo conseguirán?

Por supuesto. Es una ciudad bellísima. ¿Sabe qué es lo que más me gusta de la Semana Santa de Segovia? Sin duda el vía crucis que el Miércoles Santo se celebra en la huerta de los Padres Carmelitas. Es maravilloso. Hasta tres mil personas acuden, gente muy variada, niños, jóvenes, mayores. Y el vía crucis se desarrolla en medio de un silencio estremecedor, con devoción, con respeto. Es lo más hermoso de toda la Semana Santa.

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