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Fernando Martínez (i), de Arseg, Carmen Welll, gerente de Servicios Sociales, Julián Rodríguez, presidente de Farcal, y Carmen Horcajo, concejal de La Lastrilla.
La mitad de los segovianos bebe alcohol a niveles de riesgo

La mitad de los segovianos bebe alcohol a niveles de riesgo

El 48% de la población de la región bebe en exceso, según la Federación de Alcohólicos Rehabilitados de Castilla y León

Miguel Ángel López

Lunes, 4 de abril 2016, 06:47

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Hablar del problema, de la enfermedad (que lo es) es el primer paso para superarla o para avanzar en el tratamiento. Lo ideal es que no llegue a producirse, aunque en una sociedad permisiva como la española y, por supuesto, la de Castilla y León y Segovia, hay muchos factores que favorecen la adicción a las bebidas alcohólicas. Los datos que cita el presidente de la Federación de Alcohólicos Rehabilitados de la región (Farcal), Julián Rodríguez, son un motivo de preocupación: el 48% de la población realiza de forma habitual un consumo de alcohol en niveles de riesgo. Casi la mitad de los castellanos y leoneses (y por tanto de los segovianos) toma bebidas alcohólicas con frecuencia y en demasía, y las autoridades, que cada año renuevan las campañas preventivas, flexibilizan las limitaciones al consumo (en la vía pública o por menores) en muchos momentos del año, como los fines de semana o las fiestas patronales de ciudades y pueblos. Mientras, la edad de inicio en el consumo sigue s en torno a los 13 años.

Julián Rodríguez presidió este domingo en Segovia el 101 Encuentro Interprovincial de Asociaciones de Alcohólicos Rehabilitados de Castilla y León, al que asistieron 500 socios y familiares de las 17 entidades afiliadas de la comunidad, además de las invitadas de Logroño, Bilbao y la madrileña Facoma, terapeutas, colaboradores e invitados.

Organizada por la asociación segoviana, la jornada tuvo el lema de Alcohol y trabajo para abordar a través de diversas ponencias de profesionales y socios cómo afecta el consumo en las relaciones laborales, tanto desde el punto de vista de los empresarios como a través de las experiencias de los trabajadores antes y después del tratamiento. El encuentro lo inauguró el presidente de Farcal, acompañado por Carmen Horcajo, en representación del Ayuntamiento de La Lastrilla, y la gerente territorial de Servicios Sociales, Carmen Well, quien expuso las perspectivas del plan de prevención de drogodependencias que está elaborando la Junta para 2017.

Un centenar de los más de 800 socios de la provincia sigue las terapias semanales

  • Fernando Martínez preside Alcohólicos Rehabilitados de Segovia, refuerza la declaración del presidente de Farcal de que sería conveniente que los socios pudieran volver a dar testimonio de su experiencia en colegios, institutos y otras entidades como labor preventiva del alcoholismo. Ahora no les está permitido, es una labor de técnicos y profesionales cualificados. Por eso su actividad en los pueblos de la provincia es menor que antes «Antes salíamos más, y ahora cuando podemos, porque está bastante acotado a los técnicos».

  • La asociación segoviana atiende a sus socios en los locales del antiguo colegio Martín Chico , en la calle Puente de San Lorenzo, cedidos por el Ayuntamiento de Segovia. Allí prestan sus servicios de terapia a unas 45 personas cada semana, los lunes y los miércoles; los lunes solo a los enfermos y los miércoles de forma alternativa a familiares solos y luego a familiares y afectados. También cuentan con tres psicólogos para las terapias personalizadas mediante un sistema de cita previa

  • En el libro de registro de Arseg hay inscritos más de 800 socios, aunque el número de los que demandan atención es más reducido y fluctúa porque hay personas que ya no están, otras que acuden cada dos meses o de forma más espaciada y es difícil calcular el número de socios activos. Martínez explica que la cuota la pagan alrededor de cien personas, unas 45 que siguen los tratamientos y un números similar de acompañantes.

  • Aparte de con las cuotas y, sobre todo, cuentan con las subvenciones del Ayuntamiento, de la Diputación y de la Junta de Castilla y León, con las que cubren los gastos. No tienen para mucho más. «Se podrían hacer muchas más cosas, y por eso siempre pedimos más», dice el presidente de Arseg, para quien el encuentro interprovincial de ayer ha sido una oportunidad «para que el trato con la gente de fuera sea normal y conozca mejor esta enfermedad».

Subrayó Rodríguez que la problemática que causa el consumo de alcohol durante el tiempo de trabajo puede superarse, aunque es necesario incidir en la prevención y la educación. En su opinión trabajo y alcohol son «difícilmente compatibles», aunque hay experiencias que suscitan dudas, como la que presentó uno de los ponentes, un bodeguero que pudo mantener, con problemas, casi una actividad normal antes de someterse al tratamiento de la enfermedad. El momento llega cuando familiares, personas del entorno o del trabajo dicen basta.

El 2,8% de los vecinos

En Castilla y León las diecisiete asociaciones afiliadas a Farcal prestan asistencia a alrededor de 2.500 enfermos. «Si eso lo multiplicamos por tres, que son las afectadas en su entorno cercano, estamos hablando de 7.200 personas, el 2,8% de la población, y creo que es una cifra importante», comentó Rodríguez. Son personas diagnosticadas, precisó, porque en la comunidad «hay un millón doscientas mil personas, el 48%, que están haciendo un consumo de riesgo, que no están diagnosticadas pero están a un paso de ser consideradas enfermas de alcoholismo».

La cultura y la permisividad social redundan en ese riesgo. «Sobre todo en los municipios se permite mucho. Hay momentos puntuales, como las fiestas de cualquier pueblo o ciudad, en los que la ley que prohíbe beber alcohol al menor en la calle no se aplica o se permite el consumo en la calle; nos preguntamos por qué, si es malo durante todo el año, va a ser bueno los días de las fiestas». Esa es su pelea. Aunque, añadió, «no significa que estemos en contra de las celebraciones, ojalá todos los que estamos aquí pudiéramos decir me tomo una caña, pero el alcohólico no puede», declaró.

Financiación y demandas

Las asociaciones cuentan con el apoyo financiero de las administraciones públicas para llevar a cabo la asistencia que prestan a los enfermos, y aún así Rodríguez remarcó que «deberían darse cuenta de que estamos haciendo un trabajo que tendrían que estar haciendo las administraciones porque el alcoholismo es un problema de salud pública, y estamos reduciendo el absentismo laboral, accidentes laborales y camas hospitalarias. Nos dan lo que pueden, pero no lo que necesitamos».

«Pedimos que la financiación sea suficiente para pagar a los equipos técnicos de cada asociación. Llevamos cuatro años que con la subvención que nos da la Junta no tenemos para pagarlos», manifestó el presidente de Farcal, quien reconoció que algunos ayuntamientos y las diputaciones también colaboran pero tienen que recurrir a entidades financieras y empresas para reunir los fondos necesarios. Porque, remarcó, la asistencia no es solo la que se presta a los enfermos sino también la que extienden a las familias.

El trabajo, además, aumenta y se acumula. Por un lado porque el inicio en el consumo sigue siendo muy temprano (desde 2000 la media es a los 13 años), y por otro porque «va creciendo el porcentaje de mujeres que acude a las asociaciones, que consumen al mismo nivel que los hombres y ya son alrededor del 30%».

De ahí que, para la redacció del plan regional de drogodependencias de la Junta de 2017, Farcal haya pedido, además de financiación, «poder intervenir en los centros escolares como instrumentos de la administración, con la formación de nuestros técnicos cualificados, para prevenir, para que los adolescentes y los jóvenes conozcan las consecuencias del consumo continuado de bebidas alcohólicas y obren en consecuencia. Luego está la libertad personal, pero deben saber para decidir».

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