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El presidente de la Diputación y del PP de Segovia, Antonio Vázquez. Antonio Tanarro
«Volveré a presentarme para presidir el PP, y no me importaría que hubiera primarias»

«Volveré a presentarme para presidir el PP, y no me importaría que hubiera primarias»

El presidente de la Diputación, Francisco Vázquez afirma que «a las urnas no hay que tenerles miedo. Que se repitan las elecciones las veces que haga falta»

Carlos Álvaro

Lunes, 7 de marzo 2016, 05:49

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El debate sobre el futuro de las diputaciones es pura actualidad y el presidente de la de Segovia no se muerde la lengua ante la idea de su posible eliminación, que considera injustificada. En la antesala de su despacho, Vázquez aborda la actualidad política provincial y nacional.

El PP acaba de lanzar una campaña en defensa de las diputaciones. ¿Se le ha pasado por la cabeza estos días que puede convertirse en el último presidente de la Diputación de Segovia?

[Sonríe]. Miren, yo hasta ahora, creía que eran dos las razones que movían a los partidos a proponer la supresión de las diputaciones: la ideología y el desconocimiento. Pero en este debate de investidura he observado que hay una más: el mercadeo político. Si entramos en el fondo del asunto, enseguida vemos que los argumentos que esgrimen para justificar esa supresión son falaces. Uno de ellos es el del ahorro. Dicen que suprimiendo las diputaciones se pueden ahorrar hasta 6.000 millones de euros, pero no lo veo. Trasladémoslo al caso de nuestra Diputación. Capítulo I del presupuesto: gastos de personal. De los 55 millones que la Diputación dispone, la mitad se lo lleva este apartado. ¿Es posible ahorrar ahí? Estamos hablando de empleados públicos que han entrado por oposición... Y son personal laboral fijo. ¿Vas a echar a la calle a setecientos y pico empleados? Capítulo II: gastos corrientes, que suponen el 24% del presupuesto. De la Diputación de Segovia dependen cuatro centros asistenciales en los que los residentes comen a diario, gastan luz, electricidad... ¿De dónde ahorro entonces? Porque con el 30% restante atendemos todos los servicios que se prestan a los pueblos: subvenciones, programas culturales, actividades deportivas y sociales, inversiones en obras, en carreteras... Si todo esto no lo hace la Diputación, alguien lo tendrá que hacer, ¿no? Poco dinero van a ahorrar.

¿Y no cree que sería bueno desprenderse de estructuras costosas que no entran en el ámbito de sus competencias: museos, teatros?

Yo dije hace cinco años que había que poner a las diputaciones en el siglo XXI. Y desde entonces hemos estado modernizando nuestras estructuras constantemente. Ahora mismo somos una de las administraciones punteras, por ejemplo, en nuevas tecnologías, y seguimos invirtiendo en ello. Por tanto, modernización de las diputaciones, sí, por supuesto. ¿Desprendernos de competencias? Tenemos delegadas muchas en materia de servicios sociales y es así como mejor se funciona. Castilla y León es un ejemplo en la aplicación de la Ley de Dependencia, trabajo que realizan las diputaciones. En una comunidad como esta, si no existieran las diputaciones habría que crearlas. Así que, desprendernos de competencias... No lo veo. Al contrario, tendríamos que asumir más.

También se esgrime contra las diputaciones el sistema de elección de los diputados, que no es directo.

Totalmente de acuerdo, pero hay administraciones que no querrían porque eso dotaría de más legitimidad a las diputaciones. Aquí no hay nada inventado: en las diputaciones forales de las provincias vascas, los junteros salen de las urnas. ¿Por qué no se estableció esto para todas las diputaciones? Porque había formaciones políticas que lo que querían era deslegitimarlas.

¿Usted es partidario de cambiarlo para que sea un sistema de elección directa?

Sí, sí. Lo he dicho en algunas ocasiones. Pero hay comunidades autónomas que no están interesadas en potenciar las diputaciones, que de esa manera ganarían poder político y de decisión. A ver, ¿de qué estamos hablando? ¿De que sobra una administración o de que una administración estorba a otras administraciones? Para el que no lo sepa, España es un Estado competencial desde el año 1978. Cada administración tiene sus competencias y todas las administraciones son necesarias. Las diputaciones cumplen su función. Ademas, son entidades imparciales. Si tú aquí pones un ayuntamiento al frente de otros, el cisco que se forma es monumental. Por eso no funcionan las entidades metropolitanas. Sinceramente, no creo que funcionen los consejos de alcaldes que quieren crear en lugar de las diputaciones.

¿Se le ha acercado estos días algún diputado socialista y le ha dicho que no está de acuerdo con la propuesta pactada por el PSOE y Ciudadanos, pero que no tiene más remedio que acatarla?

Sí, pero tampoco es novedoso. Hay presidentes socialistas de algunas diputaciones que se han posicionado en contra. Vamos a ver: si se suprimen las diputaciones y los municipios de menos de 5.000 habitantes, como proponen algunos, comunidades como Castilla y León perderían mucho peso en el concierto nacional. Yo creo que esto se enmarca en una operación de más calado cuyo último fin es la supresión de las propias provincias y la creación de las circunscripciones regionales. De esta manera, si a Castilla y León ahora le corresponden 30 diputados, con la circunscripción regional le corresponderán 12. Por eso me extraña que Ciudadanos, que no es un partido nacionalista, sostenga teorías que ven con buenos ojos la supresión de las provincias.

Hablemos de proyectos en marcha. ¿Cómo va el palacio de congresos? ¿Se puede dar ya una fecha para su conclusión?

Solo nos falta obtener el certificado de obra para dar por terminada la segunda fase. Y está presentado el proyecto para la tercera, relativa al equipamiento interior y los aparcamientos. Ha habido un cierto retraso por la cuestión judicial que paralizó la obra, pero todo marcha. ¿Fecha? No podría calcular. A lo mejor es posible tenerlo listo este mismo año, pero no lo sé. A ver si puede ser, a pesar de todas las vicisitudes y todos los palos en las ruedas que se han intentado poner.

¿Hay empresas interesadas en gestionarlo?

Sí, empresas que gestionan otros palacios de congresos. De todas formas, hasta que no termine la obra y salga la licitación, nada de nada. Nosotros queremos que haya una gestión indirecta, es decir, que no sea la Diputación la que lo gestione. También queremos adquirir el cien por cien del palacio de La Faisanera, porque el 0,5% de las acciones lo tiene la Cámara de Comercio.

¿Cuánto dinero supone esto?

Unos 60.000 euros. Queremos que el palacio sea nuestro y después poder sacar la gestión indirecta a través de una concesión administrativa. El tiempo apremia, porque mientras el palacio de congresos no funciona estamos en desventaja con provincias vecinas como Ávila, referente del turismo de congresos. Por eso es tan importante tener el palacio disponible cuanto antes.

Rehabilitación de edificios

¿Tiene algún otro proyecto novedoso para lo que queda de mandato?

Sí, hay muchos. Queremos hacer un plan integral de rehabilitación de edificios que forman parte del patrimonio de la Diputación. Hay inmuebles en los que no se ha intervenido desde hace treinta o cuarenta años. Hay un espacio junto a la residencia juvenil Juan Pablo II que vamos a transformar en una residencia para deportistas. Es propiedad de la Fundación Caja Segovia y lo teníamos cedido en precario, pero hemos renovado el convenio de cesión. Lo vamos a rehabilitar para instalar ahí esa residencia. Es un buen proyecto. Y tenemos otros muchos. La conmemoración del teatro Juan Bravo está a la vuelta de la esquina y es preciso remodelar el edificio. Por otra parte, es muy necesaria la adquisición de un inmueble en el casco antiguo.

Pero han paralizado la compra del palacio de la Floresta a raíz del préstamo fallido de Bankia. ¿Se descarta definitivamente o se retomará?

Aquí las decisiones se toman atendiendo el interés general. La Diputación lleva años con intención de adquirir un inmuble, bien mediante cesión, alquiler o compra. Lo intentamos con el palacio de Quintanar, con la Casa de la Tierra... ¿Por qué? Porque necesitamos espacio. Así salió la oportunidad de adquirir el palacio de la Floresta. El interés de la Diputación por este inmueble no es nuevo. Ya se intentó comprar hace treinta años, pero no se pudo. Ahora que se ha quedado vacío, pensamos que era el momento. Se trata de un edificio histórico, catalogado. ¿Qué mejor que tenga un uso institucional? Se habilitó una partida en los presupuestos, pero, llegado el momento, se antepuso la decisión de salvar Segovia 21 y sacrificamos el proyecto. No obstante, la cuestión sigue abierta porque ese espacio nos hace falta. Pero si no es la Floresta y es otro edificio, pues, nada, no tenemos problema.

¿Y por qué cree que ha levantado tanta polvareda política?

Porque en esta ciudad la gente intenta politizarlo todo. Y los peores son los que están dentro de la política.

Volvamos a La Faisanera, concretamente a Segovia 21. La entrada de esta sociedad en concurso de acreedores, ¿supone el fin del proyecto o hay alguna posibilidad de reflotarlo?

Ahora está en manos del juez. Es una administración concursal.

¿Y qué pasos hay que dar?

Bueno, pues, dentro de ese concurso de acreedores habría que ver a quién debe dinero la sociedad y cuál es la forma de pagar a esos acreedores. Se deben unos 800.000 euros a los acreedores ordinarios y el resto, hasta los 16 millones a los que asciende la deuda, es la cantidad que se debe a Bankia, principal acreedor. Ahí tendrá mucho que decir la Diputación, que es el mayor accionista, con el 95%. De momento, como consta en todos los balances y documentos, el valor del patrimonio de la sociedad es superior a la cantidad que se debe a Bankia, así que el administrador concursal tendrá que decidir lo que hay que hacer. Supongo que tratará de establecer un convenio entre todos los acreedores para reflotar la sociedad o para liquidarla.

Si se liquida, ¿saldrían los bienes a subasta?

No lo sé. Está en manos del juez.

¿Y qué pasaría con el campo de golf?

Es parte de Segovia 21. Podría salir a la venta, claro, pero vuelvo a lo mismo: es algo que está en manos del administrador concursal y del juez, no en las nuestras. Antes sí que lo estaba, y de hecho he trabajado mucho, a lo largo de los tres últimos años, para rebajar la deuda en 6 millones de euros, como se ha conseguido. Hasta última hora intentamos avalar un crédito de 1.800.000 euros para que Bankia y los acreedores cobraran, pero no pudo ser y ahora tendrá que decidir el juez. Con el concurso de acreedores, la Diputación ha perdido el control de la sociedad, y la verdad es que yo me he quitado un peso de encima. Hemos tenido que tomar decisiones muy difíciles. Cesar a todo un consejo de administración fue complicado. Segovia es una ciudad muy pequeña y ha habido mucha gente que me ha dejado de hablar por esta cuestión. Pero, bueno, al fin y al cabo, si estás al frente de una institución tienes que velar por que esa institución funcione y que se vea perjudicada lo menos posible. Luego me he llevado otros muchos disgustos, como el derivado de la querella que presentó contra mí la empresa Fomento Territorial.

Pero la Audiencia ha dictado el archivo definitivo.

Me lo comunicaron el jueves. Sí, se ha sobreseído totalmente.

¿Ha sido el trago más amargo?

Sin duda. Son cosas muy desagradables. Encima de que intentas hacerlo bien para beneficiar a la administración que representas... que haya gente que se ha aprovechado de unas circunstancias y que te lleve al juzgado por lo penal, pues, bueno, riza un poco el rizo de lo esperpéntico. Y luego la ciudad es muy pequeña y es muy fácil que la gente piense: pues qué habrá hecho este. No es agradable que se diga que has prevaricado, que te has beneficiado, cuando es mentira. Así que me alegro de que se haya archivado.

Volviendo al terreno político, ¿cómo valora la oposición que están haciendo las nuevas fuerzas que han entrado en la Diputación, es decir, Ciudadanos y UPyD? Ahora parece que hay más sintonía con el PSOE.

Con el PSOE siempre nos hemos llevado bien, al margen de las discrepancias políticas. Ustedes son testigos: el último presupuesto se aprobó por unanimidad. Pero también ha habido acuerdo en torno a los planes provinciales, las bases de ejecución de las obras urgentes... Es muy difícil oponerse cuando se toman decisiones en beneficio de la provincia, y hasta ahora, los diputados socialistas han mirado por la institución. Yo les agradezco el apoyo en asuntos complicados, como cuando hubo que acometer la reestructuración del Esteban Vicente. No es que hayamos tenido más sintonía: es que todos hemos mirado por el bien de la provincia.

Y con los grupos de UPyD y Ciudadanos, ¿qué sucede?

No es que haya peor relación: es que ellos no mandan en sus grupos. Miren, el que se sienta en esta mesa [la entrevista se desarrolla en la mesa donde se celebran las comisiones] tiene que tener poder de decisión, porque si hay que esperar a que otros les digan lo que tienen que hacer, conmigo que no cuenten. Primero que se pongan de acuerdo entre ellos. Digo esto porque en algunas cuestiones, como en el asunto del personal de confianza y de los liberados que está en el juzgado, quedamos en una cosa y luego hicieron otra. Pero, claro, si ellos no deciden... Creo, por otra parte, que hay mucho desconocimiento: precisamente son los dos grupos que quieren que desaparezcan las diputaciones y los municipios de menos de 5.000 habitantes, cuando tienen concejales en muchos de ellos... Quiero decir que es todo un poco contradictorio. Por eso puede que no exista tanta sintonía, porque se oponen y no proponen alternativa alguna... Ellos lo centran todo en que aquí hay gente que cobra; bueno, pues yo les he ofrecido una liberación si quieren trabajar a fondo por la provincia, y claro, me la han rechazado porque les sale mejor mantener su trabajo y cobrar viniendo solo dos días. Yo cobro 3.000 euros y estoy aquí las veinticuatro horas.

¿Cuánto cobran ellos?

Unos 1.500 euros. Es cuestión de echar las cuentas. Se cobran 200 euros por comisión y 400 por pleno. Al mes, cada uno de ellos asiste a seis comisiones y a un pleno, así que... Hay que descontar el IRPF, claro. Y son solo dos días de trabajo, porque se procura agrupar las comisiones en un mismo día, dado que es gente que tiene que desplazarse de los pueblos.

¿Intentará repetir como presidente de la Diputación?

No. Ya dije que no.

¿Y como presidente provincial del Partido Popular?

Llevo desde el 2000 y la verdad es que más que un cargo es una carga, aunque solo sea porque tienes que hacer doscientas y pico candidaturas cada cuatro años... Sí me presentaré, sí, aunque será la última vez. Creo que se ha hecho muy buena labor. Me quedan tres años y pico en la Diputación y quiero que coincidan, más o menos, con el tiempo que quiero estar en el partido. En el PP se procura que el presidente provincial sea el presidente de la Diputación.

Cristina Cifuentes propuso formalmente al partido que en el próximo congreso haya primarias. ¿Está de acuerdo?

Es que no hay ningún problema. De todas formas, aquí hacemos congresos abiertos a toda la militancia.

¿Le gustaría que le surgiera un competidor con vistas al próximo congreso provincial que debe celebrarse este año?

No lo había pensado, aunque hubo un momento determinado en que intentaron presentar otra candidatura, pero no lo consiguieron.

Hablemos de la situación política nacional. ¿Sería partidario de que Rajoy diera un paso al lado si con ello se impide un eventual gobierno de PSOE y Podemos?

Vamos a ver. Yo pienso que quien quiera ser presdente del Gobierno debe presentarse a las elecciones. Me parece antidemocrático que pueda serlo una persona que no haya encabezado previamente una candidatura. Sé que es una elección indirecta, que son los diputados los que se presentan, pero al electorado se le dice quién es el candidato a presidir el Gobierno. Por tanto, me parecería un engaño que se diera esa circunstancia. Sé muy bien por experiencia que no siempre el que gana gobierna, pero es algo que hay que cambiar.

¿Cree que la solución está en repetir las elecciones?

A las urnas no hay que tenerles miedo. Que se repitan las veces que haga falta.

Pero la ciudadanía se puede decepcionar si comprueba que su voto no ha servido para alcanzar acuerdos.

Si no se ha podido llegar a acuerdos es porque algunos no lo han querido. Rajoy ya ha dicho que está abierto a una reforma de la Constitución, con unas líneas rojas, como es lógico, porque hay cosas que no se pueden tocar... Pero, claro, primero tenemos que saber qué es lo que queremos reformar, presentar un modelo y después intentar pactar. Las elecciones no tendrían que repetirse, pero, si esto sucede, no debe ser un problema. Eso sí, los que se presenten deben decir a la gente lo que van a hacer después, porque, ahora, a los que hayan votado al PSOE se les tiene que haber quedado cara de bobo al ver el programa que han pactado con Ciudadanos. Eso se llama engañar al electorado y al electorado no hay que engañarlo.

¿Y si hay un candidato intermedio porque PSOE y PP no se ponen de acuerdo y ese candidato es, por ejemplo, Rivera?

Es que no puede ser que el presidente sea una persona que no haya obtenido la confianza del electorado. Aquí se ha atacado mucho el bipartidismo y nos vamos a acordar de las bondades del bipartidismo, porque es un sistema que ha funcionado en las democracias más asentadas. Yo estoy a favor del bipartidismo: unas veces te toca dentro y otras fuera.

Si hay elecciones, ¿cree que Rajoy debe ser el candidato del PP?

A no ser que antes haya un congreso del partido y se ponga a otro... Yo creo que el candidato debe ser Rajoy. Ahora mismo el presidente del partido es Mariano Rajoy.

¿Pero ve algún relevo?

En el Partido Popular siempre hemos tenido mucho banquillo.

¿Y a quién ve como figura en ese banquillo?

No voy a dar ningún nombre. Algunos son amigos... No tengo enemigos ni me los quiero crear.

En caso de que haya elecciones, ¿se cambiarán las listas por la provincia?

Aquí, seguro. [Vázquez se refiere al caso Gómez de la Serna, diputado por Segovia apartado por el partido por presunta corrupción].

¿Pasaría la tercera de la lista a la segunda posición?

Será una lista nueva.

¿Se lo pensarán mejor a la hora de elaborar esa candidatura?

A toro pasado es muy fácil hablar, porque yo no podía ni imaginarme lo que luego ocurrió. Pero, vamos, la lista del PP al Congreso por la provincia cambiaría, seguro. ¿Cómo? No lo sé. El asunto se abordaría previamente con la dirección nacional.

¿Haría un intento para que la dirección nacional interviniera lo menos posible y así evitar otro caso como el de Gómez de la Serna?

Es que la dirección nacional del partido tiene la última palabra, y en este partido, hasta ahora, siempre se ha respetado lo que ha salido de las direcciones provinciales. En el PSOE ya hemos visto que no, como en el caso de Julio Villarrubia en Palencia... Pero, claro, una cosa es que yo tenga la promesa, entre comillas, de que las conversaciones que mantengamos previamente van a ir por buen camino y otra... La dirección nacional tiene la última palabra y pasa en todos los partidos. Si hay elecciones, cambiaremos impresiones, conversaremos, pero ellos tienen la última palabra.

¿Le ha hecho mucho daño en Segovia el caso Gómez de la Serna?

Sin duda, hasta el punto de que llegué a dudar de que sacáramos dos diputados cuando, antes de que estallara todo, estaba convencido de ello. Pero el resultado obtenido demuestra la fortaleza del PP en la provincia. Yo estoy muy agradecido a los ciudadanos porque, a pesar del contratiempo, han seguido confiando en nosotros. Segovia fue la provincia donde se registró más participación y eso refuerza nuestra situación. Es de agradecer el esfuerzo de muchas personas: alcaldes, concejales, afiliados, simpatizantes...

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