Borrar
Un empleado trabaja con la madera.
El Aserradero de Valsaín exportará madera a China, Marruecos y Oriente Medio

El Aserradero de Valsaín exportará madera a China, Marruecos y Oriente Medio

La instalación, afectada por la crisis, reanudó la actividad el año pasado

nacho sáez/ical

Lunes, 1 de febrero 2016, 17:37

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Tuvieron que pasar tres años y hubo que sacarlo a licitación tres veces para que el Aserradero de Valsaín volviera a renacer. La crisis había obligado a echarle el cierre y nadie parecía confiar en sacarlo adelante pese a los reiterados anuncios en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Hoy, este centro abierto por orden real en 1884 y propiedad actualmente de Parques Nacionales, ultima su desembarco en el mercado internacional.

El proyecto puesto en marcha por la Unión Temporal de Empresas (UTE) Caryse-Accuore, que se hizo con la adjudicación en marzo del año pasado, ha permitido volver a mirar al futuro con optimismo a un espacio que comprende más de 70.000 metros cuadrados en medio de un enclave natural privilegiado y que presume de trabajar con una de las maderas de más calidad del mundo: la que procede de los pinos que lo rodean.

Incluidos dentro del Parque Nacional Sierra de Guadarrama, los montes de Valsaín cuentan con ejemplares de pino centenarios que pueden alcanzar alturas superiores a los 40 metros y tener más de un metro de diámetro. Son la envidia de aserraderos de toda España, que no dudan en desplazarse hasta esta zona cada vez que salen lotes a subasta.

El Aserradero de Valsaín aspira a quedarse en exclusiva con todos los que se cortan, pero en la actualidad tiene que conformarse con más de 20.000 metros cúbicos que son los que tiene comprados y con ofrecer a sus potenciales clientes una madera que es sometida a un tratamiento minucioso, artesanal en algunos aspectos, en el que no se deja al azar ningún detalle. Todo se aprovecha en esta industria, que fabrica madera estructural, tablas para vigas laminadas, tablones para la construcción, listones y marcos, madera para embalajes, madera para palets, astillas para calderas de biomasa, serrín para pellets

No desatienden ninguna de las líneas de producción, según explica su gerente, Pedro Expósito, «porque de todas depende el equilibrio y que esto pueda salir adelante». Así, a pesar de que la madera de calidad Primera Especial sea el producto estrella su coste se sitúa en unos 500 euros el metro cúbico, el serrín y las astillas, que están considerados los residuos de la madera, ofrecen beneficios que contribuyen a poner en orden las cuentas de la empresa y a encarar el próximo reto de la exportación con la tranquilidad que necesitan en estos momentos.

La prosperidad del Aserradero de Valsaín depende de una producción que exige mucha dedicación y no pocas dosis de creatividad en algunos casos. Los responsables de la fábrica pujan en las subastas que realiza Parques Nacionales de los pinos que van a ser cortados, y subcontratan a empresas forestales la corta propiamente dicha. En este punto, Expósito aclara que la gestión que se realiza de los montes de Valsaín es «completamente sostenible» y que constituye una de las razones por las que este bosque nunca se ha incendiado.

Los pinos enfermos o que pueden perjudicar a otros son cortados en un proceso en el que, por supuesto, está muy encima Parques Nacionales. La corta se detiene en mayo, junio, julio y agosto, mientras que en enero, febrero, marzo, abril, septiembre y octubre se organiza atendiendo a los ciclos de las especies que habitan en el parque. «Que nadie se piense que la corta se hace de manera indiscriminada», señala.

Calidad

Ya en el aserradero, los troncos adquiridos pasan una primera selección en la que se comienza a determinar su calidad. Cuanto mayor es su núcleo, peor es su calidad. Después, antes de pelar los troncos y para adaptarse a la maquinaria con la que cuenta esta fábrica, sus empleados cortan y dejan en seis metros como máximo los troncos que son de más tamaño, y comprueban que no tengan restos de metralla de la Guerra Civil, algo que no es extraño en los bosques de Valsaín, según cuenta Expósito.

De los cuatro laterales de estos pinos se obtienen las tablas, utilizadas después en el ámbito de la construcción como tarima de suelo, por ejemplo. Si son de calidad primera, segunda, tercera o cuarta especial que constituyen los parámetros en los que se mueven depende de los nudos que tengan. A mayor número de nudos, baja la calidad, aunque para Expósito la del pino de Valsaín está fuera de toda duda ya que, además, «apenas tiene corteza».

Cuatro trabajadores de la fábrica revisan una a una cada tabla de forma manual buena parte de la maquinaria que han heredado del Estado ha quedado obsoleta y determinan la categoría a la que pertenecen. No desaprovechan ninguna que pueda ser de calidad Primera Especial y por ello la vuelven a cortar si es necesario para sacar todo el partido posible a aquellas partes que no tienen nudos. Además, cuentan con una máquina que les permite crear tablas a partir de pequeños fragmentos de maderas procedentes de diferentes troncos. Si con los laterales de los troncos se fabrican las tablas, de los núcleos se obtienen tacos, que es la madera empleada fundamentalmente para realizar embalajes. Es otra de las líneas de producción de una fábrica que también cuenta con secaderos que pueden llegar a estar en funcionamiento durante una semana seguida y sistemas de antiazulado para que la madera de más calidad no se estropee una vez que ya se ha cortado.

Siete empleados en un sólo turno se encargan de sacar adelante todo este trabajo, que está diseñado para tratar 80 metros cúbicos de madera al día. De estos, un 50 por ciento acaban siendo tablas o tacos y el otro 50 por ciento serrín y astillas, obtenidos también con la madera sobrante final, que vuelve a ser triturada y que constituye un nuevo ejemplo de que aquí no se desaprovecha nada, como indica su principal responsable. «Somos una industria optimizable al cien por cien. Incluso molimos el pino que no es maderable para conseguir serrín y astillas», resalta.

Con las tablas, los tacos, el serrín y las astillas atienden los pedidos de las 22 empresas con las que actualmente trabaja el Aserradero de Valsaín. Pronto serán más ya que el desembarco en el mercado internacional apuntado al comienzo de este reportaje está a la vuelta de la esquina. Según los cálculos del gerente, aproximadamente en tres meses comenzarán a exportar madera de primera, segunda, tercera y cuarta calidad a China, Jordania, Turquía, Marruecos, India e Indonesia.

Traspasarán fronteras, además, de la mano del sello de garantía Maderas de Valsaín, concedido en exclusiva por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente a este aserradero. «Es único en España y garantiza que la madera corresponde exclusivamente a los montes de Valsaín. Ir de la mano de Marca España abre muchas puertas», destaca Expósito, que se ha planteado introducir otros dos turnos de trabajo es decir 14 empleados más, de acuerdo a las expectativas cada vez más positivas que tiene la fábrica.

Para Valsaín y todo el conjunto del Real Sitio de San Ildefonso, la reapertura del aserradero fue uno de los regalos que les trajo el 2015, según reconoce su propio alcalde, José Luis Vázquez (PSOE). «Hemos tenido que pasar por tres procedimientos administrativos, pero que el pino de Valsaín vuelva a ser una potencialidad generadora de riqueza en nuestro pueblo es muy importante», explica, al mismo tiempo que indica que el funcionamiento del aserradero «es imprescindible para nuestra comunidad». La respuesta de la fábrica acerca de su compromiso no admite dudas: «Queremos poner la madera en valor».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios