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Joseph Aceves, en Navas de Oro, en 1949.
Un americano en el pinar

Un americano en el pinar

El CSIC publica la tesis que el antropólogo estadounidense Joseph Aceves hizo sobre Navas de Oro

Carlos Álvaro

Sábado, 28 de noviembre 2015, 11:35

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El lunes, la Librería Científica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en Madrid, acoge la presentación del libro El Pinar. Factores sociales relacionados con el desarrollo rural en un pueblo español, editado por Luis Díaz Viana y Susana Asensio con la tesis doctoral que en su día hizo el antropólogo estadounidense Joseph Aceves (1934-2014) sobre el pueblo natal de su padre: Navas de Oro.

El libro, ilustrado con alrededor de cien fotografías procedentes del archivo personal de Aceves, es una delicia, pues refleja la situación de la localidad en un momento muy concreto, los años sesenta del siglo XX, cuando Aceves desarrolló su trabajo de campo. En opinión de Luis Díaz Viana, la labor que el antropólogo realizó en Navas de Oro «reivindica la verdadera función de la antropología, pues aporta una información sobre una comunidad en una época determinada que no puede encontrarse en un ningún otro lugar; es, por tanto, un documento histórico y antropológico insustituible».

A comienzos de la década de 1970, Aceves publicó un libro extraído de la tesis que fue traducido al castellano, pero la tesis permanecía inédita. «Su trabajo es mucho más amplio y más rico, pues en él subyace la presencia del propio investigador y unas circunstancias personales que no pueden obviarse, porque Aceves era hijo de Pablo Aceves, un peguero que emigró a los Estados Unidos en los años veinte por cuestiones laborales relacionadas con la producción de resina. Por tanto, la tesis, ahora recogida en el libro El Pinar, posee un argumento de autoridad indudable: el autor sabía muy bien de lo que estaba hablando, porque hablaba de su propio pueblo», matiza Díaz Viana.

La historia de Joseph Aceves es también una parte de la historia de Navas de Oro, y por ende, de la memoria de un pequeño municipio español en la década de los sesenta. El antropólogo norteamericano hizo de su tesis doctoral un retrato magistral del cambio social que vivió el país en aquellos tiempos, cuando el gobierno franquista impulsaba los célebres planes de desarrollo con el fin de modernizar el país. «Él visitó el pueblo en múltiples ocasiones. Muchas de las fotos que donó hace dos años al Instituto de la Cultura Tradicional Manuel González Herrero fueron tomadas en Navas de Oro a finales de los cuarenta. Por tanto, conocía el pueblo en el que había nacido su padre, y cuando tuvo que decidir sobre la tesis pensó que podía hacerla sobre Navas de Oro, supongo que por facilidad, aunque esto le brindó una dimensión muy interesante, porque en el trabajo de campo también había una cierta búsqueda de su propia identidad», afirma el editor del libro.

Aceves sabía del pueblo lo que un antropólogo norteamericano no podía conocer, pero además aplicó los métodos del momento al estudio del cambio social: «Utilizó métodos de la época, pero también otros que entonces no se utilizaban y que ahora están muy recomendados en la antropología, por ejemplo, la práctica de reunirse con vecinos, de celebrar encuentros de grupos, coloquios en los que uno cuenta lo que le parece y los demás replican o aconsejan. Esto es especialmente interesante en la tesis de Aceves porque le permite contrastar su investigación con lo que opinan los demás, y eso enriquece el trabajo», explica Díaz Viana.

En su tesis, el estadounidense no solo recogió y contó bien la transformación que España experimentó a partir de los sesenta, sino que tomó como ejemplo Navas de Oro para ilustrar ese cambio y lo situó como punto de partida para revisar las políticas sobre planificación del campo en aquella época. «Hay que tener en cuenta que en Navas de Oro muchas estructuras comunales de relación habían desaparecido ya o estaban siendo atacadas por los planes de desarrollo del campo. Los vecinos ya no tenían tejidos colectivos fiables y lo que el centralismo estatal les proponía tampoco les convencía. Lo curioso es que, al final, Aceves, que en su estudio da cuenta de la existencia de factores culturales de resistencia al desarrollo o a la modernización rural, se pone al lado de los vecinos en esa resistencia a ciertas novedades, algo excepcional que llama mucho la atención».

Con el pueblo

Pero ¿qué diagnóstico hace el investigador del estado del pueblo? ¿Cómo era el Navas de Oro sobre el que investigó Aceves? «Él subraya la transformación que el país estaba experimentando en ese momento, pero tampoco se desentiende de las incertidumbres que se cernían sobre la población; por un lado, estaban las incertidumbres políticas: ¿qué pasaría cuando muriera Franco? Aceves no vislumbraba una oposición democrática fuerte... Es más, había gente que parecía estar, si no conforme, sí confortable en el franquismo. Y por otra parte estaban las dudas que planteaba el futuro de la resina, pues la FAO había recomendado al gobierno de Franco que se dejara de producir resina en la zona y, por tanto, él no auguraba un futuro demasiado halagüeño para su pueblo. Aceves, sin decir que el pueblo podía llegar a desaparecer, se muestra pesimista. Pero que estén tranquilos los vecinos de Navas de Oro porque él se identificaba mucho con su pueblo; en su trabajo se nota que estuvo muy a gusto durante su estancia en el campo y muy contento por el trato que recibió».

Antes de morir, Joseph Aceves tuvo el gesto de donar al Instituto de la Cultura Tradicional Segoviana, que gestiona la Diputación Provincial, un archivo de más de doscientas fotos y diapositivas, muchas de ellas de los años cuarenta ( como la que ilustra esta página), que constituyen un auténtico tesoro. Ahora, la edición de El Pinar viene a completar el legado de un hombre que no ha de perderse y que los pegueros deben guardar siempre.

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