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De izquierda a derecha, Fernando Ortiz, Francisco Lorenzo Tardón y María Luisa Martín, durante el acto central del día de San Frutos.
¡Viva San Frutos bendito!

¡Viva San Frutos bendito!

Cientos de personas disfrutan de la fiesta del patrón segoviano en un día extraordinario

Carlos Álvaro

Domingo, 25 de octubre 2015, 18:21

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Fue un día de San Frutos excepcional. Como el del año pasado, vamos. Fin de semana, tiempo bonancible y gente, mucha gente, segoviana y madrileña. La de San Frutos es una de las fiestas más entrañables y queridas por los segovianos, quizá porque, en cierto modo, les devuelve a la niñez, al regazo de la madre. De la madre Segovia. Los que amamos esta fiesta tan segoviana, tan de aquí, siempre hemos lamentado el éxodo que de unos años a esta parte se ha venido produciendo hacia las grandes superficies comerciales de Madrid, pero también es de agradecer el empeño que el Ayuntamiento de Segovia pone en darle a este adorable día de San Frutos toda la dignidad que merece. Y lo está consiguiendo, a base de programaciones sencillas pero muy populares, que gustan y llegan. No es casual que el 'milagro' del Paso de la Hoja, en la noche del 24, concite ya a más de dos mil personas, como ha ocurrido este año. Bueno, dos mil personas fueron las que consumieron las deliciosas sopas del santo que la Asociación de Cocineros Segovianos volvió a preparar con esmero bajo los soportales de la Casa Consistorial, pero seguramente fueron más.

Todo lo que San Frutos significa lo explicó muy bien Fernando Ortiz, el integrante de Nuevo Mester de Juglaría y exempleado del Ayuntamiento de Segovia, nombrado para la ocasión Amigo de San Frutos por la Venerable Cofradía del Paso de la Hoja: «Ya era amigo de San Frutos cuando, con cinco años, allá en la prehistoria, mi abuelo me llevaba a ver el paso de la hoja, que no es invento reciente sino centenario, según la tradición. San Frutos es un santo cuya devoción pasa de lo más profundamente religioso a lo más profundamente profano, pero siempre dentro de un contexto en el que predomina algo muy importante, la amistad, porque es un santo amigo, humilde y sencillo. Y esta es la significación de lo que quisiéramos fuera esta tierra, esta Segovia nuestra a la que tanto queremos los que nos congregamos aquí cada año», dijo.

Fernando se mostró profundamente emocionado cuando recogió de manos de la alcaldesa, Clara Luquero, la figura de barro que representa al santo eremita: «Uno, a lo largo de su vida, que ya va siendo larga, ha recibido bastantes reconocimientos, gracias a que he estado metido en proyectos colctivos que han sido los que lo han motivado, especialmente el Mester, al que tanto quiero; pero este es un momento verdaderamente especial. Hace mucho tiempo que yo no me emocionaba tanto en una participación pública. He estado muchos años trabajando para el Ayuntamiento y lo he dejado, hace unos meses, por jubilación. Ahora, el hecho de que la venerable y misteriosa Cofradía del Paso de la Hoja y el propio Ayuntamiento hayan querido que este año reciba yo este honor es algo que llena de emoción profunda y de profunda esperanza. Dedico el premio a mi gente, a mi familia, y también, por afecto y complicidad, a Clara, mi alcaldesa y amiga, y a la Corporación de este Ayuntamiento en el que he trabajado durante 28 años», señaló Ortiz, a quien le costó lanzar el 'viva' a San Frutos invadido como estaba por la emoción.

Ambiente festivo

El acto central del Día de San Frutos tuvo otros dos protagonistas: la directora de la Escolanía de Segovia y de la Coral Ágora, María Luisa Martín, encargada de leer el 'Romance del Santo Eremita' y el pintor Francisco Lorenzo Tardón, autor de la ilustración del Libro del Paso de la Hoja correspondiente a este año. También recibieron ambos la figurilla de San Frutos, obra del alfarero Ignacio Sanz. La alcaldesa, Clara Luquero, cerró el acto: «En primer lugar, quiero felicitar a las tres personas que han sido reconocidas hoy, que son tres personas que han hecho una valiosísima aportación, y la van a seguir haciendo, a la cultura de esta ciudad. Tenemos la suerte de contar con un patrón al que representamos con los pájaros y un libro, es decir, un patrón relacionado con el amor a la naturaleza y con la cultura. Esto es un lujo y tiene mucho que ver con la ciudad en la que vivimos. Segovianos y segovianas, feliz día de San Frutos a todos. ¡Viva San Frutos bendito!», dijo ante el numeroso público que abarrotaba los alrededores del templete de la Plaza Mayor, la cual presentaba un aspecto extraordinario, con las terrazas a rebosar.

La jornada había comenzado por la mañana, con la interpretación del tradicional Villancico a San Frutos, compuesto por Antonio Hidalgo en 1874. Es este otro de los momentos más emocionantes del Día de San Frutos, pues congrega a decenas de segovianos en el trascoro de la Catedral, donde tiene lugar la interpretación, a cargo de voluntarios y dirigido por Chema García Portela. Después, el obispo de Segovia, César Franco, ofició la Eucaristía en el interior del templo. El concierto de la Unión Musical Segoviana, que interpretó pasodobles, jotas y zarzuelas, y el canto del 'Himno a Segovia', con música de Carlos Martín Crespo y letra de Luis Martín García Marcos, cerraron el día festivo.

La alcaldesa de Segovia estaba encantada con el desarrollo de los festejos: «De todas las fiestas que celebra Segovia es la que más identidad tiene, la que más tiene que ver con la tradición y la más emotiva; más incluso que las fiestas de San Juan y San Pedro. El momento del Villancico es el momento más especial del año. A mí, personalmente, me encanta. Me gusta muchísimo que los ciudadanos participen y cantemos juntos el Villancico», dijo. También la noche del 24 de octubre salió a pedir de boca: «Hasta dos mil raciones se repartieron. Hizo muy bueno y había mucho gente».

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