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Azucena Llorente, presidenta de la Asociación La Madera, muestra una de las vigas de su casa que ha reemplazado, carcomida por las termitas.
Carbonero de Ahusín espera la solución a la plaga de termitas que arruina las casas

Carbonero de Ahusín espera la solución a la plaga de termitas que arruina las casas

La estructura de madera de prácticamente todos los inmuebles de la localidad está dañada

Diana Gil

Domingo, 4 de octubre 2015, 12:23

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«No avanza». Así de tajante muestra la presidenta de la Asociación La Madera, Azucena Llorente, la desesperación de todos los vecinos de Carbonero de Ahusín. Un centenar de habitantes de esta localidad, que pertenece a Armuña, se ve obliga a convivir con las termitas, pequeños insectos que roen la madera, de la que se alimentan, hasta el punto de poner en peligro cualquier estructura formada con este material.

1992, cuando la plaga obligó a derribar edificios en Aguilafuente

  • Los vecinos de Carbonero de Ahusín miran de reojo lo que otros pueblos de la provincia sufrieron tiempo atrás también por la acción de las termitas. Corría el año 1992 en Aguilafuente cuando una invasión de esto de estos insectos xilófagos se adueñó de varios inmuebles de esta localidad. Un estudio realizado en cada vivienda afectada concluyó que 15 casas carecían de una estructura segura, ya que las termitas habían acabado con ellas. Todas tuvieron que ser derribas para evitar riesgos. Como medida preventiva los edificios de Aguilafuente fueron sometidos a una limpieza exhaustiva y después a un tratamiento para evitar una futura infestación, y las maderas afectadas por estos insectos fueron quemadas. Además, para aislar a las termitas se construyeron zanjas en las aceras y muros de hormigón.

  • Una suerte parecida corrió años antes otro municipio, Garcillán. A finales de la década de 1970 se descubrieron focos aislados de termitas en un colector y en la red de alcantarillado. Cuando se asfaltó la calle, el microclima que se creó provocó que se desarrollara este insecto. Como consecuencia, cerca de una tercera parte de las viviendas se vieron afectadas y tuvieron que ser derribadas. Los vecinos tuvieron que ser realojados en unas viviendas de protección oficial que se construyeron para la ocasión.

Han llamado a las puertas de todas las instituciones que pueden ayudarles pero «ni una explicación, nadie a venido a verlo», expresa con resignación Azucena Llorente. Ella fundó con el resto de vecinos la asociación expresamente para encontrar una solución. Hace tres años, en la Diputación Provincial les prometieron ayuda, pero después nadie de la institución se han interesado por el problema, añade. Sin embargo, el pasado mes de agosto, el procurador socialista en las Cortes de Castilla y León por Segovia, José Luis Aceves, acudió a este pequeño municipio acompañado de su alcaldesa, Sandra Ayuso, para comprobar en primera persona los estragos que las termitas provocan en los edificios.

El socialista ha llevado el asunto a las Cortes; presentó una Proposición No de Ley (PNL) para reclamar a la Junta que ejecute un plan que permita eliminar esta plaga, ya que los vecinos llevan lidiando con las termitas desde hace 30 años. Pero desde hace un tiempo han empezado a moverlo por las administraciones. La falta de acción contra estos insectos xilófagos ha provocado que en la actualidad se hable de una plaga, pues si se hubiera actuado cuando se comprobó el problema el daño sería mucho menor.

«Es un problema muy gordo» porque prácticamente todos los edificios y viviendas del pueblo están dañados por las termitas. Además, la mayoría de las casas son de primera residencia y actuar contra este insecto es muy gravoso económicamente. La presidenta de la agrupación explica que «cada uno en su casa hace lo que puede, unos desinfestan y otros cambian la madera cada poco tiempo, a pesar de que en tres años está otra vez afectada por las termitas». Y es que, según comenta, el proceso puede costar unos 2.000 euros y esa operación habría que realizarla de forma periódica.

En su caso, Azucena Llorente ha tenido que cambiar los marcos de las puertas en varias ocasiones, así como los de las ventanas. Cuenta también que la acción de estos insectos no solo se ha quedado en la madera, sino que en una ocasión las termitas se cebaron con unas cajas de cartón que tenía en los armarios de la cocina.

La ermita de la localidad tampoco se ha librado de la acción de estos insectos. La viga de madera que sostenía la tribuna tuvo que ser cambiada para evitar riesgos. Hay viviendas en las que la tarima que recubre el suelo también se ha visto afectada por la acción de estos insectos y varios inmuebles han tenido que ser apuntalados como medida preventiva para evitar su caída.

Coste elevado

Muchos de los vecinos no pueden asumir el coste que supone tratar la madera, aunque la forma más directa para poder atajar el problema es la fumigación, ya que las termitas anidan en el subsuelo. Por todas estas razones piden ayuda a las diferentes administraciones. Aunque cabe recordar que este tipo de plagas son de competencia municipal y la Administración regional solo está obligada a actuar en plagas forestales o agrícolas, es decir, en suelo no urbano, pero la desesperación de los vecinos es tal que no se cansan de ponerse en contacto con unos y otros para buscar una solución.

Los vecinos del pueblo temen que las termitas amenacen la supervivencia de Carbonero de Ahusín porque cada vez es más complicado mantener las casas y porque la venta de las mismas es una ardua tarea con la que se enfrentan, ya que los compradores se se ven obligados a derruir el inmueble y construirlo de nuevo a sabiendas del problema.

Controlado en Miguel Ibáñez

El núcleo de Miguel Ibáñez, que pertenece a Santa María la Real de Nieva, también sufre la presencia de estos insectos en sus inmuebles. Según explica Fernando Yagüe, miembro de la Asociación Pinchoneros -creada hace 20 años para defender los intereses de los vecinos-, el problema comenzó hace unos siete años. Se vieron obligados a llamar a una empresa encargada de desinfestar plagas para que estudiaran donde estaba el foco de la colonia. Se encontraba en unas ruinas, por lo que hace más de un mes el Ayuntamiento procedió a la eliminación de estos restos para acabar con ellas.

En la actualidad el 80% de las viviendas tiene más o menos controlado el problema de las termitas, pero hay varias casas en ruina que amenazan de nuevo la pervivencia del insecto en Miguel Ibáñez. Las infraestructuras que se encuentran alejadas de estos restos por el momento han acabado con el problema pues los cebos colocados en el exterior de las casas -que son alimento con insecticida- explica, Yagüe, se encuentran intactos. Sin embargo son los propios vecinos los que deben lidiar con las termitas y los que deben costear el proceso.

Ranking de plagas

En la actualidad las plagas de termitas y carcomas lideran el ranking que la empresa Rentokil Initial ha elaborado para Castilla y León, puesto que de las 20.915 llamadas que recibió la compañía 2.319 correspondían a este tipo de insectos lo que equivale a un 27, 4% de los avisos. Las provincias que mayor incidencia tuvieron fueron Valladolid y Segovia. La incidencia de este tipo de plagas duplica a la de España, pues en su conjunto se sitúa en un 14,41%

En segundo lugar a nivel regional se encuentran las cucarachas, que se sitúan en un 23% de las llamadas durante el 2014, nueve puntos por debajo del dato referente a España ya que a nivel nacional lideran la clasificación. En tercer lugar, con un 13,7% se encuentran los roedores. En otras ciudades en las que el tráfico de personas y mercancías es más intenso las chinches tienen mayor presencia.

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