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La sala de Caja Segovia, prácticamente llena en la asamblea de la Federación de Asociaciones de Jubilados y Pensionistas.
«El jubilado se queda conforme con que no le bajen la pensión»

«El jubilado se queda conforme con que no le bajen la pensión»

El presidente de la federación que aglutina a las 170 asociaciones de la provincia, Luis Borreguero, apunta que los mayores «son poco reivindicativos»

César Blanco Elipe

Miércoles, 4 de marzo 2015, 22:50

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Hacerse mayor no es sinónimo de pararse. La jubilación marca un cambio, una nueva etapa vital en la que no cabe el estancamiento y sí el disfrute de aquellas cosas que antes no se pudieron hacer. Esta es la motivación que mueve a cada una de las 170 asociaciones de jubilados que hay repartidas en la diseminada provincia segoviana.

Todas ellas están integradas en la federación que preside Luis Borreguero, que este miércoles ha organizado su asamblea general a la que han asistido unas 200 personas en representación de 80 colectivos que trabajan con los mayores en el cada vez más despoblado mundo rural.

Ha sido una jornada para la convivencia y de puesta en común de experiencias, opiniones, iniciativas... También para escuchar y atender a las explicaciones de la gerente territorial de Servicios Sociales, Carmen Well, quien ha expuesto a los asistentes algunas de las novedades promovidas por la Junta de Castilla y León en la atención a los mayores.

La Federación de Jubilados y Pensionistas de Segovia se ha mostrado «expectante» ante la creación del nuevo catálogo de servicios 'a la carta' anunciado por la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, que ha sembrado «favorables expectativas» entre esta población.

Servicios 'a la carta'

Este nuevo modelo implantado por la Administración regional consiste, a grandes rasgos, en establecer el envejecimiento activo o el diagnóstico de situaciones de exclusión social. Cada prestación se subdivide en datos, como el reconocimiento del grado de dependencia, título de familia numerosa, acceso a asesoramiento sobre accesibilidad, inscripción en el registro de uniones de hecho, promoción de la convivencia e integración familiar... que permite determinar para cada individuo un abanico de prestaciones para sus múltiples carencias. Puede ser desde un solo recurso, como una residencia que ampare todas sus necesidades, hasta la concesión de varias prestaciones.

Una vez determinados los servicios y sus contenidos, el sistema cruza los datos sobre las necesidades y los de las prestaciones, lo que permite al trabajador social definir una ruta, diseñar 'a la carta' el plan asistencial de los Servicios Sociales. Y en todo ello, la consejería tiene especial interés en que el beneficiario participe de forma activa y tome sus decisiones sobre su propia vida.

En el apartado de las cuestiones positivas, Borreguero ha aplaudido la apuesta de algunas empresas por diseñar y ofrecer servicios que benefician la calidad de vida de los mayores. Para muestra, el botón de la teleasistencia, donde se han introducido innovadores dispositivos para un tratamiento integral.

Un ordenador por asociación

El presidente también se ha marcado unos retos. El principal, impulsar la participación de las 170 asociaciones de la provincia, compuestas aproximadamente por unas 20.000 jubilados y pensionistas. «Queremos dinamizar las asociaciones e intentar incorporar a los jubilados más jóvenes porque hay una tendencia de éstos a no participar».

Además, la federación quiere constituirse como una «entidad de servicios», añade el responsable. Al fin y al cabo, su misión es «prestar soluciones en los pueblos pequeños, como fisioterapia, podología o peluquería». Borreguero quiere ser ambicioso y se ha propuesto aumentar la cartera de actividades de ocio y salud a pesar de contar con menos ayuda de la Junta, principal 'patrocinador' de sus actuaciones.

Otro desafío es sumergir a los mayores, «a menudo reacios», en las nuevas tecnologías. Por eso, la federación pretende incorporar un ordenador en cada asociación para mejorar la formación y el acceso a estas herramientas cada vez más presentes en el día a día de esta población que supera los 65 años.

En cuanto a las quejas que recibe la federación, suelen estar relacionadas con la escasez de servicios sanitarios, educativos o asistenciales, aunque «los mayores son gente poco reivindicativa». «Se quedan conformes con que no les bajen la pensión», remata Luis Borreguero.

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