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Javier Arranz, durante una comparecencia ante los periodistas.
«La alcaldesa incumplió un acuerdo personal por el que iba a rechazar mi revocación»

«La alcaldesa incumplió un acuerdo personal por el que iba a rechazar mi revocación»

El concejal no adscrito, Javier Arranz, sostiene lo dicho en el pleno; y a quienes le tachan de insultar y de tener formas chulescas, les replica que «soy así desde hace 20 años»

César Blanco Elipe

Lunes, 2 de marzo 2015, 15:53

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Mantiene lo que dijo en el Ayuntamiento ¿Chulo? ¿Prepotente? ¿Provocador?... «Soy así desde hace 20 años y no habían dicho nada», afirma Javier Arranz. No mueve una coma ni un punto de los argumentos volcados durante la tensa sesión del viernes antes de que fuera expulsado. Tampoco corrige lo que comentó apenas unos minutos después ante los periodistas. Persiste en que los puntos de esta última asamblea y los del orden del día de enero son «ilegales».

Sostiene también su «decepción con la alcaldesa no elegida», como calificó a Clara Luquero durante el fuego cruzado del pleno. Y cuando la llamó «tránsfuga» o «traidora» es porque «incumplió un pacto personal por el que iba a rechazar mi revocación como concejal», incide el edil no adscrito. Así lo dijo y repitió en el Ayuntamiento.

«En esa reunión había una testigo, la concejala Blanca Valverde», desveló Arranz. Los encontronazos con otros miembros del equipo de Gobierno socialista se aceleraron tras el verano, sobre todo con Alfonso Reguera y Claudia de Santos. Y en el trasfondo de todo, el conflicto del Peñascal.

Una rueda de prensa que nunca se produjo

Fue precisamente después de una reunión sobre este asunto cuando se desbocaron los acontecimientos, desveló Arranz en una entrevista publicada por El Norte de Castilla el 21 de diciembre y que ahora toca recordar y ampliar. En ese café, Luquero se comprometió a dar una rueda de prensa conjunta siempre según la versión del exconcejal de Deportes y hubo un acuerdo por el que, a grandes rasgos, la alcaldesa anunciaría que rechazaba la dimisión de Arranz; y por su parte, él no se sentaría en las reuniones del equipo de Gobierno al no hablarse con algunos integrantes.

Sin embargo, Javier Arranz piensa que la influencia de «terceras personas» hizo saltar por los aires ese «acuerdo personal». Al día siguiente la regidora le comunicó el cese después de que el edil repitiera lo que ya venía manifestando de la falta de apoyo que sentía de sus compañeros en el tema del pabellón.

El concejal no adscrito replicará con hechos. A falta de que su abogado pula el escrito, la denuncia está en marcha. Esta vez no acudirá a un recurso de reposición, que le fue retirado en el pleno del viernes. Esta semana la presentará en el juzgado contencioso-administrativo.

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