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Sonia Andrino, jefa de Castilla y León de El Norte, conversa con Maite Pagaza (a la derecha), durante la presentación del libro, este viernes en Segovia.
«’Operación Cochinillo’ es un libro lleno de amor por Segovia»

«’Operación Cochinillo’ es un libro lleno de amor por Segovia»

Maite Pagaza presenta su libro en la Biblioteca Pública y no descarta continuar la aventura de su protagonista, Atilano García

a. nuin

Viernes, 16 de enero 2015, 22:38

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«A los honrados profesionales, héroes anónimos, que evitan que este país se deshaga». Escrito queda así en uno de los agradecimientos recogidos en las páginas finales de Operación Cochinillo (Ed. Espasa), el último libro de Maite Pagazaurtundua que en el fondo, no es más que el espíritu que impregna toda la novela de la escritora vasca.

Quizá con una conciencia que se reconoce poco generalizada, Pagaza se propuso escribir lo que «estaba pasando delante de nuestras narices sin que los ciudadanos nos estuviéramos enterando». Se refería a las negociaciones que mantuvo el Gobierno del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero con el entorno de ETA hace unos años y que en aquel momento coincidió con uno de los puntos más difíciles de su vida. La banda terrorista había matado a su hermano Joseba, jefe de policía en Andoain, y ella buscó escribir desde «una distancia irónica porque pensé que podía ser bueno para mí».

Aún así, Operación Cochinillo no es un libro sobre terrorismo. Es la aventura de un inspector de policía destinado en Segovia que había formado parte de la brigada antiterrorista en el País Vasco. El personaje está basado en el funcionario real, un amigo de Pagaza con el que se encontró enSegovia y al que advirtió de que utilizaría su historia para inventarse una novela. «Todo lo demás es ficción», insistía ayer en una comida con periodistas degustando un cochinillo. «Los nombres, la trama, etcétera», detalló.

Escenarios reales

Lo que no se ha inventado son los escenarios por los que discurre la historia de un policía enamorado de su trabajo que soñaba con tener más casos y que, por azar y al encontrarse con un antiguo terrorista en una calle de Segovia cuando su mujer le mandó a comprar una loción contra los piojos para sus dos hijos, se desencadenan una serie de casos que terminan amontonándose y con los que teje una entretenida y divertida historia. La trama discurre en Segovia capital, en lugares tan emblemáticos como la Plaza Mayor o el Acueducto;en la N-11O o en la localidad de Pedraza, donde se termina resolviendo una de las principales tramas de la novela. «Durante ocho años he tenido el mapa de Segovia colgado en mi despacho», explicó ayer la escritora que en el verano de 2006 desplazó a toda la familia (su marido, sus dos hijas, la viuda de su hermano, sus sobrinos y el perro) hasta la capital segoviana para empaparse del ambiente y realizar un trabajo de fondo. «Nos dividimos en grupos e hicimos todo tipo de fotografías, incluso una del Papa en una papelería. Todavía guardo un póster de Burnig (del que habla en la novela) que cogimos de una pared», recordaba con simpatía.

Su idea era respetar el máximo posible de la vida de la ciudad en la que vivía su amigo, el inspector de Policía al que había conocido hace más de veinte años, y al que se desplazó a ver en una ocasión. «Él siempre decía Jefe, esto es un sin vivir, y le tomé prestada la frase para mi protagonista». Hace una semana se puso en contacto con él para advertirle, ante la perplejidad al otro lado del teléfono, de que había terminado la novela y de hecho, la presentación era ya oficial. Ocurrió ayer. «Es un libro que está lleno de amor por Segovia», explicó la autora de la novela con la que ha pretendido hacer una sátira «amable» de la sociedad con la que reconocer, como escribe en los agradecimientos, «el papel de los héroes anónimos que han conseguido que no nos pasen más cosas de las que nos están pasando».

En ningún momento se declara pesimista, todo lo contrario, pero en la presentación de ayer, Maite Pagaza no evitó criticar las veces que «no estamos bien gobernados» y en las que el riesgo que de que ocurran más cosas es mayor. «Ahí es donde entran en juego esos personajes anónimos» como Atilino, un policía cuyo nombre responde simplemente al hecho de que a la autora le gustó. En la novela aparecen otros como Sandalio (el nombre de su marido), Fuencisla (muy segoviano), Mari Luz, y un largo etcétera que recuerdan a sus amigos.

Pagaza empezó a escribir esta novela segoviana en 2006 y, después de ocho años, ayer se presentaba ante la sociedad segoviana (aunque el libro está a la venta desde noviembre) en la Biblioteca Pública. Según su autora, la obra es un homenaje al Lazarillo de Tormes y a la Guerra de las Galaxias, entre otras grandes obras en las que se ha empapado para su escritura desarrollada, sobre todo, durante los veranos.

Lo pícaro

Consciente de que lo pícaro supera la ficción, Pagaza tuvo un guiño también para José Luis Alvite, periodista compostelano que falleció precisamente ayer y al que reconocido como el maestro de las metáforas de las que también ella ha sembrado su Operación Cochinillo. Está convertida de que el humor es la salsa de la vida y con él escribe a diario la suya. De hecho, ella no pierde el encanto de una sonrisa ni la dulzura de su voz con la que ayer acercó a los segovianos su última obra literaria, una aventura divertida y muy, muy segoviana. A ellos les dijo que no descarta continuar con las peripecias de este policía aunque quizá reconvertido a vigilante de seguridad. Es una posibilidad.

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