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Los cadáveres de las ovejas, amontonados junto a la cerca de un prado de Duruelo, tras el ataque de los lobos.
Los ataques de lobos aumentan un 12% en Castilla y León en los últimos cinco años

Los ataques de lobos aumentan un 12% en Castilla y León en los últimos cinco años

Ávila, León y Segovia son las provincias donde se contabilizaron más cabezas de ganado mayor muertas durante 2013

el norte

Sábado, 15 de noviembre 2014, 14:10

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El aumento de la presencia del lobo en Castilla y León provocó un repunte de los ataques a ganado en 2013 de un 12% más que hace cinco años. Un incremento que también se produjo en el número de cabezas de ganado mayor muertas, mientras que se ha detectado una disminución en los daños a la ganadería menor. Desde organizaciones agrarias como UCCL atribuyen esta situación «básicamente» a que se trata «de una especie en expansión».

Según los datos facilitados por la Consejería de Medio Ambiente, durante el año pasado se contabilizaron 813 ataques en la región, la cifra más alta de los últimos cinco años. El aumento no ha sido progresivo, ya que de los 726 que se registraron en 2009 se pasó a 802 en 2010 y disminuyó hasta los 774 y 748 en los años 2011 y 2012, respectivamente.

Respecto a 2014, todavía no hay datos oficiales de los casos que se han producido, aunque los ganaderos ya han denunciado numerosos daños en explotaciones de la Comunidad, principalmente de Ávila y Segovia, aunque la primera es la más perjudicada. Según la memoria anual de la Junta, la provincia abulense fue donde se registraron más conflictos el año pasado con 179 ataques frente a los 97 de 2012.

Pero no es la única, lo ataques aumentaron el año pasado en cinco de las nueve provincias de Castilla y León con respecto a 2012: Burgos (de 12 pasaron a 33); León (de 115 a 170); Salamanca (de 56 a 66); Soria (de seis a ocho) y Ávila. En el caso de Palencia (de 107 en el año 2012 pasaron a 99); Segovia (de 192 a 159); Valladolid (de once a nueve); y Zamora (de 149 a 90) hubo un descenso.

La memoria anual que realiza la Administración regional también refleja una disminución de ataques a la ganadería menor y un aumento de los daños sobre la mayor, fundamentalmente la que se desarrolla en régimen de pastoreo extensivo. En concreto, en los 813 ataques registrados durante el año 2013 en toda Castilla y León resultaron muertas 1.016 de cabezas de ganado menor y 610 de mayor, mientras que en 2012, de los 748 ataques, 613 cabezas fueron de ganador menor y 1.310 de mayor.

Una tendencia que ha variado con respecto a los años 2009, 2010 y 2011, cuando los daños en ganadería menor eran mucho más elevados que en la mayor. En concreto, hace cinco años se contabilizaron 357 cabezas de ganado mayor muertas frente a 1.853 de menor, mientras que en 2010 fueron 498 frente a 1.721 y en 2011, 454 frente a 1.934.

Épocas cíclicas

Desde UCCL, el responsable de sectores ganaderos, Rafael de Frutos, destacó a Ical que el incremento de los ataques se corresponde con «épocas cíclicas» que se registran. «Hace 10 o 12 años era muy raro que por la zona de Segovia y Ávila hubiera alguno y, sin embargo, hoy forman parte del día a día», recalcó. Una situación que se produce «cuando la especie está en expansión».

Según los datos oficiales publicados por la propia Junta en junio de este año hay 1.600 lobos en Castilla y León, establecidos en 179 manadas (152 en la zona norte del Duero y 27 en la zona sur), lo que representa un incremento del 20 por ciento con respecto al censo de 2001, que contabilizó 149 manadas.

Este incremento es especialmente significativo en las provincias de Ávila, donde se ha pasado de una a seis manadas; en León donde el incremento es de 44 manadas a 54; en Segovia, donde se han duplicado, pasando de cinco a diez; y en Zamora, de 36 a 45.

Además, la presencia de este depredador es cada vez más evidente en el sur de la Península, ya que «se sabe positivamente que se ha expandido a Madrid y a alguna provincia de Castilla-La Mancha» señaló De Frutos, que incidió en que esto «suscita una convivencia difícil, en algunos casos imposible con la ganadería extensiva, porque es la gran perjudicada de todo esto».

«Con la situación actual, nosotros nos hartamos de recomendar a los ganaderos que denuncien y a partir de ahí inicien un proceso de reclamación de daños, subrayó, aunque reconoció que es complicado terminar cobrando una compensación, porque la Junta lo que hace últimamente es que para poder pagar exige una especie de certificado de que el ataque ha sido producido por lobos y no por perros asilvestrados u otro animal».

«Ahora la pelea con los ecologistas es si se quieren lobos, se pagan entre todos», explicó. Para Rafael de Frutos, «lo malo no es que te maten muchas cabezas, lo peor es que cuando hay un ataque suelen repetir en una zona». «Yo y algunos ganaderos nos hemos pasado en pleno mes de febrero durmiendo unas cuantas noches en el interior del todoterreno al pie de donde tienes el cebadero de los chotos y eso no se lo recomiendo a nadie», confesó el responsable de sectores ganaderos de UCCL, que exige que se adopten medidas urgentes, sobre todo en las provincias donde más daños producen.

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