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Vicente Robisco, alcalde de Navares de las Cuevas, en el palacete del siglo XVII.Ical
La falta de financiación frusta el 'talent show' para salvar Navares de las Cuevas del abandono

La falta de financiación frusta el 'talent show' para salvar Navares de las Cuevas del abandono

La productora ya negocia reubicar el proyecto en otra autonomía tras no haber reunido los apoyos necesarios en Castilla y León para cubrir sus más de cuatro millones de presupuesto

el norte

Sábado, 18 de octubre 2014, 12:13

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Navares de las Cuevas (Segovia) no acogerá el concurso de televisión que prepara la productora Denkenpro con familias en crisis dispuestas a iniciar una nueva vida en el medio rural y salvar a un pueblo de su desaparición. El proyecto social y audiovisual La Aldea se ha quedado a apenas un millón de euros de cubrir su presupuesto, cifrado en algo más de cuatro, y sus promotores ya negocian reubicarlo en otra comunidad autónoma que, según sostienen, les garantiza una financiación que en Castilla y León dan por imposible a corto plazo.

«Es un palo porque llevábamos dos años preparándolo para Segovia, pero ya hay más de un centenar de personas implicadas y saldrá adelante aunque sea en otra parte», afirma la directora de La Aldea y mánager de Denkenpro, Daniela Girod, en declaraciones Ical. «Ahora no es cuestión de buscar culpables, sino soluciones, y sobre todo aprender de errores como haberlo presentado antes de tener todo atado, por eso ahora preferimos no decir todavía en qué Comunidad se va a desarrollar finalmente», matiza.

La iniciativa comenzó a gestarse en 2012 y el pasado 25 de marzo se presentó a la prensa en la sede del Colegio de Arquitectos de Madrid. Incluye un documental que recoge la evolución de la iniciativa desde su origen, y el principal reclamo es un talent show (el formato de Master Chef) para una televisión nacional en el que 15 familias con hijos castigadas por el paro de larga duración y la amenaza del desahucio están llamadas a competir por demostrar su capacidad de adaptación al medio rural.

Denkenpro quería rehabilitar en Navares de las Cuevas el palacete de los Marqueses de Revilla (siglo XVII), degradado hasta hace poco a punto limpio, para su reapertura como posada real y epicentro del futuro laboral y económico de quienes entraran en el concurso. Y se iba a levantar una pequeña urbanización de nueve viviendas que ganarían en usufructo otras tantas familias, además, con el compromiso de echar raíces en este pueblo que contribuiría a revitalizar su entorno a través de nuevos negocios ligados a la hostelería y el turismo.

La venta de las parcelas se preacordó en primavera y los arquitectos que se ofrecieron a colaborar planeaban redactar los proyectos de obra durante el verano para empezar a construir en otoño. Pero el plató ya no será esta deprimida localidad de duros inviernos a 1.100 metros de altitud y al borde de la desaparición, con apenas 23 habitantes censados, una docena de residentes habituales y sólo cinco menores de 60 años; entre ellos, un bebé que hace sólo cuatro meses se convirtió en el primer recién nacido allí en casi medio siglo.

«El proyecto era ilusionante y me impliqué hasta los huesos, pero hemos pasado de la euforia al desengaño», lamenta su alcalde, Vicente Robisco, quien prefiere no hurgar en la herida. «Si de verdad tiene dónde hacerlo (la productora) le deseo toda la suerte del mundo, aquí no ha dado resultado y es mejor no darle más vueltas», concluye.

Apoyo insuficiente

La directora de La Aldea, sin embargo, todavía repasa lecciones que aprender. En dos años destaca que consiguieron recabar el apoyo «altruista» de arquitectos pertenecientes a distintos estudios de prestigio, o el patrocinio de una conocida multinacional comercial de bricolaje y decoración, aparte de pequeñas empresas que ofrecieron colaboraciones menores como la elaboración de la mantelería de la posada real y los uniformes del personal. Y también colectivos como la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur), la organización agraria UPA o las fundaciones Abraza la Tierra, Vive Sano y Biodiversidad.

En la vertiente institucional contaban con el Ministerio de Fomento, la Junta de Castilla y León y la Diputación de Segovia, aparte del Consistorio covacho. Las cuatro administraciones estuvieron representadas en la puesta de largo celebrada en Madrid, pero la directora de La Aldea reconoce que nunca llegó a concretarse en qué se iba a traducir ese apoyo.

«Esperábamos que la Junta y la Diputación nos ayudaran a encontrar un mayor respaldo económico al proyecto, porque no es lo mismo sentarnos en una mesa solos ante el presidente de una gran empresa que acompañados por un alto cargo público», explica Girod. «Pero es verdad que quizá dimos por hecho desde el principio que entendían lo que necesitábamos, y para cuando nos hemos dado cuenta de que no era así ya era tarde».

El proyecto comenzó a tambalearse en mayo, cuando ya no pudo celebrarse el reparto de parcelas precisamente por temor a no obtener la debida financiación, y la reunión con representantes de la Diputación del pasado 3 de julio sólo sirvió para escenificar la falta de sintonía. Entonces los problemas ya alcanzaban incluso la rehabilitación del palacete, puesto que Patrimonio rechazaba el rediseño propuesto para la posada real al advertir que no se podían crear más ventanas.

«En estos meses hemos esperado alguna noticia en positivo, pero no ha sido así y otras comunidades, mientras tanto, han peleado activamente con emails y llamadas a diario», asegura la mánager de Denkenpro, que se sentó a negociar alternativas en agosto y tiene una oferta «a falta de un par de reuniones» para cerrarse. No obstante, matiza que el programa es «replicable en cualquier punto del país» y ninguna de las propuestas recibidas quedará completamente descartada, sino en todo caso aplazada.

Los promotores de La Aldea mantienen incluso «la ilusión por empezar a grabar el talent show en 2015 a pesar de los retrasos que conllevará readaptar el proyecto para otro pueblo. Sobre todo, porque conservan la mayoría de los apoyos que consiguieron en los dos últimos años y porque han hecho planteamientos nuevos a nivel arquitectónico», con «un urbanismo ecosostenible que también tiene unos procesos de desarrollo bastante rápidos», añade Girod.

Segovia, opción de futuro

Entretanto, la directora del proyecto quiere desplazarse a Las Cuevas en los próximos días «porque Vicente (el alcalde) y los vecinos merecen explicaciones en persona». «Tengo el deber moral de disculparme con la gente de la comarca, hemos pecado de generar unas expectativas que no hemos podido cumplir, estábamos emocionados y teníamos tan claro que se iba a desarrollar allí que no dudamos en decírselo a todo el mundo», lamenta.

«Ahora lo que hemos aprendido es que mientras no tengamos todo el dinero en la cuenta de un banco, por decirlo de alguna manera, hasta que no esté totalmente asegurado el proyecto, no vamos a decir dónde se desarrolla», insiste Girod, quien, eso sí, no renuncia a retomar la opción de Segovia en el futuro, «cuando se compruebe el éxito de la primera edición».

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