Vacas y tapas con el patrón

Cientos de cuellaranos, aunque en menor medida que en años anteriores, disfrutaron ayer de la fiesta de San Miguel, patrón de la villa, y de las actividades organizadas para conmemorar esta onomástica, que se abrieron a primera hora de la mañana con un pasacalles protagonizado por la Banda Municipal de Música, que, junto con la charanga Noche y Día, también fue la encargada de la animación musical en la tarde-noche del domingo, víspera de la festividad.

Tampoco faltaron ayer los actos litúrgicos, protagonizados por la eucaristía en honor al patrón, celebrada en la iglesia parroquial que lleva su nombre, San Miguel. Y tal y como manda la tradición, a las 12 horas, los vecinos de la localidad disfrutaron de una nueva cita con los encierros, aunque en esta ocasión con cuatro vaquillas, que recorrieron en dos ocasiones el trayecto de ida y vuelta entre la plaza de toros y los paseos de San Francisco.

Jóvenes y mayores no dudaron en disfrutar de esta actividad realizando unas pequeñas carreras ante las rápidas vacas, que, a lo largo de la mañana, dieron más de un susto, no sólo en el encierro, sino también en la animada probadilla, en la que se pudieron ver numerosos recortes, aunque también algún quiebro y salto, realizados por aficionados y cortadores de la villa y su comarca.

Tras los actos del coso, muchos cuellaranos aprovecharon la fiesta para disfrutar de un rico vermut y las tapas que ofrecen los establecimientos hosteleros de la localidad, o para conocer los vehículos de camping participantes en un encuentro. Ya por la tarde, los más pequeños fueron los protagonistas de la fiesta. Los niños pudieron disfrutar primero de diversas atracciones e hinchables en un parque infantil instalado en la zona de los Paseos de San Francisco. También allí, ya a última hora de la tarde, los pequeños participaron en La Alegría de dar vueltas un taller de juegos tradicionales realizado gracias a la colaboración de la Diputación Provincial de Segovia.

Un de los principales alicientes de la fiesta de San Miguel en Cuéllar es el concurso de tapas, una cita que cada año llama a cientos de vecinos del municipio y toda su comarca, que acuden hasta el municipio a disfrutar de las actividades propuestas y degustar algunas de las creaciones de la cocina en miniatura propuestas por los hosteleros.

En esta ocasión la cita ha contado con la participación de 21 establecimientos hosteleros, que participaron con creaciones tan sugerentes como tulipa de otoño, chiquilín, tartaleta Miguel, brocheta gilda, pincho moruno, trufa glaciar, crujiente de pollo y maíz, trébol con chupa chups de trufa, Miguel-Muffin, o nido de codornices, entre otras.

Todos ellos se han podido degustar durante todo el fin de semana, y también ayer, además, de forma más tranquila que en ediciones anteriores, sin grandes aglomeraciones y agobios, que se hicieron patentes especialmente en los dos últimos años, cuando la festividad se celebró dentro del fin de semana. Los que han degustado al menos cinco tapas durante todo el fin de semana, tienen la oportunidad de formar parte del jurado popular que decidirá el nombre del pincho ganador. Así, los participantes han rellenado una pepeleta de voto completado con cinco pegatinas entregadas en otros tantos establecimientos participantes diferentes, y las han incluido en las urnas disponibles en los bares. Tras el recuento se sortearán tres cenas dobles a disfrutar en cualquiera de los establecimientos.