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Las novatadas universitarias llenaron la Plaza Mayor de jóvenes disfrazados y con los rostros pintados durante la tarde de ayer.

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Las novatadas universitarias llenaron la Plaza Mayor de jóvenes disfrazados y con los rostros pintados durante la tarde de ayer. LAYA

Rugido estudiantil para abrir el curso

Las cuestionadas novatadas invaden la ciudad y se ceban con los nuevos universitarios

Ricardo Rábade

SALAMANCA

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Martes, 19 de septiembre 2017, 12:09

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El inicio del curso universitario en la Usal, que se generalizó ayer en todas las facultades con las recepciones oficiales que se tributaron a los alumnos de nuevo ingreso, se ha visto empañado, un año más, por las habituales novatadas de las que son víctimas los estudiantes que inician este año sus estudios en las aulas universitarias.

Pese a que el equipo rectoral, los decanos de las facultades, los directores de las escuelas universitarias y los responsables de los colegios mayores han reiterado en numerosas ocasiones su total condena y oposición a este tipo de prácticas, lo cierto es que las novatadas reaparecen en cada inicio del curso, con mayor o menor intensidad.

La Usal volverá a recordar este próximo jueves a todos los alumnos de nuevo ingreso, durante la celebración de la multitudinaria Feria de Bienvenida en el pabellón deportivo del Campus Unamuno, que no consientan ningún tipo de novatada contra ellos y que éstas se encuentran totalmente prohibidas en todas las instalaciones universitarias.

Grupos de jóvenes, identificados unos con la ‘N’ de novato y otros con la ‘V’ de veterano, recorrieron las calles y las plazas durante todo el día. Las novatadas arrancaron por la mañana en el Campus Unamuno y por la tarde alcanzaron su punto álgido en la Plaza Mayor, donde centenares de jóvenes, con las caras, manos y piernas pintadas con rotuladores y disfrazados de forma estrafalaria, se sumaron a esta cuestionada práctica estudiantil. Agentes de la Policía Local vigilaron para evitar que se consumiera alcohol en el ágora monumental. Bailar la conga, subirse a los bancos de la Plaza Mayor para cantar, bromear con los turistas y pedir dinero a los alumnos de primer curso, algunos con el torso desnudo, fueron algunas de las novatadas realizadas que, al menos en el caso de la Plaza Mayor, no incluyeron el deleznable hábito de embadurnar con huevos y harina a los universitarios primerizos.

La otra cara de la moneda fueron las citadas recepciones oficiales organizadas en las facultades, donde los decanos explicaron a los nuevos alumnos qué es la Universidad.

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