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Una joven maneja un teléfono inteligente con conexión a internet. LAYA
El 22,7% de la provincia no dispone aún de acceso a internet de alta velocidad

El 22,7% de la provincia no dispone aún de acceso a internet de alta velocidad

Una ley de 2014 del Gobierno auguraba la «universalización» de conexiones de al menos 10 megas para el año 2017

DANIEL BAJO / WORD

SALAMANCA

Miércoles, 7 de marzo 2018, 11:43

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Algunos aún recuerdan cómo era la vida antes de tener internet en los teléfonos, los ordenadores e incluso las televisiones, cuando para hacer una transferencia había que pedir la vez en la cola del banco o cuando era necesario un sobre y un sello para enviar un escrito. El uso masivo de internet ha cambiado nuestra sociedad.

Y sin embargo, miles de salmantinos aún no pueden disfrutar de sus ventajas porque viven en zonas en las que simplemente no tienen acceso a una conexión básica. La tecnología mejora casi a diario y las posibilidades de la red se multiplican, pero a pocos kilómetros de Salamanca se las ven y se las desean para consultar el correo electrónico. Y ni hablemos de ver contenidos en ‘streaming’.

Según los datos que maneja la Secretaria de Estado para la Sociedad de la Información y la Agenda Digital, fechados a mediados de 2016, el 22,7% de los habitantes de la provincia no tienen acceso a ADSL de al menos 10 megas por segundo y, aún más grave, en torno al 12% ni siquiera a ADSL de 2 megas. Si trazamos una línea imaginaria en diagonal desde Las Arribes hasta Béjar y Guijuelo estaremos en la ‘zona cero’ de la cobertura de internet en Salamanca, en una sucesión de pueblos en los que la velocidad oscila entre 2 megas y la nada.

Si ampliamos el foco y vemos qué zonas tienen los citados 10 megas por segundo y cuáles no, la situación es aún más grave. En la provincia de Salamanca es más fácil decir dónde está disponible esta tecnología que dónde no lo está. Básicamente, en la capital, los pueblos del alfoz, las cabeceras de comarcas y algún pueblo suelto. Y ya está. Obviamente, el centro de la provincia se lleva la peor parte. No había 2 megas y por supuesto tampoco hay 10. La situación se repite en grandes zonas de la región y en Comunidades vecinas como Castilla-La Mancha o Aragón. Las dos Españas en versión digital.

La franja diagonal entre Las Arribes y Béjar es la ‘zona cero’ de internet en Salamanca

Los informes de la Secretaría de Estado, dependiente del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, añaden que Salamanca tienen un 98,7% de cobertura UMTS (3G), pero también matizan que ésta ofrece «velocidades de descarga que pueden alcanzar los 2 megas por segundo para usuarios con baja movilidad o los 144 kilobites por segundo para aquellos moviéndose en vehículos a gran velocidad». Es decir, muy lejos de lo que hoy en día se consideraría internet de alta velocidad.

Una Ley ignorada

El acceso a internet y a las infinitas posibilidades que ofrece es una cuestión recurrente en los ámbitos políticos. La lucha contra la despoblación, tan esgrimida entre las administraciones, debería hacer del derecho a navegar por la red una de sus armas.

En este caso, además, se da el agravante de que existe una ley nacional que regula el acceso a internet y que establece una serie de prebendas para los ciudadanos. Esta norma es la ‘Ley 9/2014, de 9 de mayo, General de Telecomunicaciones’ y recoge en su preámbulo que «la Agenda Digital para Europa, principal instrumento para el cumplimiento de los objetivos de la ‘Estrategia Europa 2020’, persigue que para 2020 todos los europeos tengan la posibilidad de acceder a conexiones de banda ancha a una velocidad como mínimo de 30 megas, y que, al menos, un 50 % de los hogares europeos estén abonados a conexiones de banda ancha superiores a 100 megas». La norma también reconoce que estos objetivo están en la agenda española «desde 2013».

Las capitales de la región sí alcanzan los 10 megas por segundo, pero las provincias no

En su disposición adicional decimoctava, titulada ‘Universalización de la banda ancha ultrarrápida’, la ley afirma que el Gobierno «establecerá una Estrategia Nacional de Redes Ultrarrápidas» para desplegar este tipo de redes tanto fijas como móviles «de cara a lograr su universalización, así como fomentar su adopción por ciudadanos, empresas y administraciones, para garantizar la cohesión social y territorial».

Lo más interesante de la Ley es que marca un plazo que ya se ha incumplido. Según la citada disposición adicional, la Estrategia Nacional de Redes adoptará medidas «para lograr la universalización de una conexión que permita comunicaciones de datos de banda ancha que se extenderá progresivamente, de forma que en el año 2017 alcanzará una velocidad mínima de Internet de 10 megas por segundo». En 2020 la velocidad debería ser de 30 megas y al menos la mitad de los hogares tendría que tener una velocidad de 100 megas, en la misma línea que marca la agenda europea y que el Gobierno central hizo suya con esta norma.

A día de hoy, en marzo de 2018, no parece aventurado decir que el calendario marcado por la propia ley no se ha cumplido y que hay demasiadas zonas del país (y muy especialmente de Castilla y León) en las que los 10 megas por segundo son una fantasía. Cuando la Secretaría de Estado actualice sus informes de cobertura (los últimos disponibles son de mediados de 2016) tendremos la respuesta definitiva.

Castilla y León

La tasa de cobertura de ADSLde 2 megas de Castilla y León está en el 97,2%, mientras que la de 10 megas cae hasta el 85,12%.

Por provincias, Segovia y León ocupan los dos extremos de la tabla. Mientras que el 80,7% de los habitantes de la primera pueden navegar a 10 megas, en la segunda sólo pueden hacerlo el 64,1%. En Salamanca, recordemos, estamos en el 77,2%.

El informa de la Secretaría de Estado también recopila la cobertura de otras tecnologías del mercado, como la cada vez más pujante fibra óptica (51,9% de cobertura en Salamanca). En gran parte de la provincia, sin embargo, se conformarían con poder acceder a las redes sociales o enviar fotos a sus amigos sin desesperarse. Muchos pueblos de la provincia (y mucho más habitantes) aún no son capaces de hacerlo.

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