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Javier Pérez Oliva en la sala de profesores del Seminario San Cayetano. S. G.
«Ser cristiano hoy en día no es ser raro, queremos algo diferente para nuestra tierra»

«Ser cristiano hoy en día no es ser raro, queremos algo diferente para nuestra tierra»

Javier Pérez Oliva - Delegado de Pastoral Juvenil ·

Fue designado el pasado mes de julio para ocupar este cargo, en el que está apoyado por varias personas más y con los que han marcado una serie de objetivos

Silvia G. Rojo

Ciudad Rodrigo

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Domingo, 29 de octubre 2017, 12:43

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Hace un par de meses que su nombramiento se hizo efectivo y que el obispo de la Diócesis de Ciudad Rodrigo, Raúl Berzosa, decidió que él, Javier Pérez Oliva, un laico comprometido, estuviera al frente del Secretariado Diocesano para la Adolescencia y la Juventud, que es el nombre exacto de esa Pastoral Juvenil.

En su equipo, aparecen dos jóvenes más que están en el camino del sacerdocio: Miguel Ángel García y José Efraín Peinado, y como consiliario, Juan Carlos Sánchez, sacerdote y rector del Seminario San Cayetano, donde precisamente Javier también es formador y profesor a sus 23 años.

De hecho, nada más terminar sus estudios, «no pasaron ni tres días», cuando el rector reclamó sus servicios.

Comenta este delegado de Pastoral Juvenil, que estudió Filología Clásica en la Universidad de Salamanca y máster de formación del profesorado, que «el obispo quería que el Seminario tirara de la Pastoral Juvenil, porque aquí hay 33 chavales que preocupan a la diócesis, que pone mucha atención en ellos».

Su perfil de jóvenes «comprometidos y con ganas de hacer muchas cosas» parece que fue el detonante para que el obispo les propusiera tirar de esta delegación que pretende llegar a todos los rincones de la diócesis, no solo a los jóvenes de Ciudad Rodrigo por el hecho de estar más cercanos, al menos, físicamente.

–¿Se tuvo que pensar mucho dar el paso y aceptar esta responsabilidad que le brindaba el obispo?

-No porque el obispo llevaba tiempo diciéndomelo. Soy formador y profesor y estoy todo el día en contacto con los chavales y, además, la actividad que tengo en la parroquia de San Cristóbal en la catequesis de confirmación y los campamentos hace que sea un mundo que a mí me gusta mucho.

-¿Cuáles son los objetivos que se han marcado dentro de este Secretario Diocesano para la Adolescencia y la Juventud?

-Principalmente, revitalizar la animación juvenil y lo hacemos desde diferentes ámbitos: por un lado, está la animación cultural, haciendo teatro o actividades musicales. Luego trabajamos la animación espiritual y formativa, en catequesis con los chavales, actividades en los arciprestazgos, celebraciones y, sobre todo, transmitiendo la idea de que ser cristiano hoy en día no es ser raro.

Somos personas normales, hacemos lo mismo que los demás, pero somos cristianos y creemos en Dios y, además, queremos algo diferente para nuestra tierra. No queremos el conformismo de decir que todo está mal, que aquí no se queda nadie, que todo el mundo se va a estudiar fuera. No, vamos a luchar por lo que es nuestro y tanto queremos.

-En el Seminario de San Cayetano imparte clases de latín, lengua y griego. ¿Era su objetivo volver a Ciudad Rodrigo a trabajar y formar aquí su futuro?

-Sí, claro. Mi objetivo era preparar unas oposiciones e intentar sacar una plaza en CiudadRodrigo para ser profesor de Secundaria y Bachillerato. Es más, sigo estudiando. Reconozco que es difícil, muy difícil, quedarse en Ciudad Rodrigo y más todavía en la comarca y acceder a un puesto de cualificación. En mi caso, nada más terminar la carrera me llamó Juan Carlos Sánchez, el rector del Seminario, y ya llevo dos como profesor y formador.

-¿Cómo resulta llevar a su día a día el hecho de ser cristiano, es decir, en lo cotidiano?

-Reconozco que no es fácil porque vivimos en una sociedad donde primero, si eres cristiano, estás señalado. Simplemente se trata de vivir aportando un ejemplo para los demás de buen ciudadano, que te preocupas, que estás pendiente de lo que te digan, que estás dispuesto a todo. En ese sentido lo veo fácil.

-¿A usted lo han señalado en algún momento por el hecho de ser un cristiano comprometido?

-A mí sí me han señalado. Primero por estar en el seminario, pero eso es lo de siempre, cuando nos llaman los curitas. Quitando eso, no he tenido experiencias traumáticas, a mí me han respetado mayoritariamente, siempre. Quizás, algún episodio, alguna discusión pero no ha sido nada.

-¿En el caso de sus amigos, entiendo que los perfiles serán variados y no todos pensarán como usted, ni siquiera estarán, en ocasiones, cerca de sus ideas?

-Por supuesto. De hecho, los más cercanos piensan como yo y compartimos algunas ideas, pero luego tengo otros con los que tengo muy buena amistad que piensan cosas totalmente opuestas a lo que yo pienso. Así es la vida. Hay que querer a la gente como es.

-Habrá quien esté pensando, a medida que va leyendo esta entrevista, si usted es cura o se prepara para serlo en algún momento de su vida.

-No, por supuesto que no. Tengo novia y lo que quiero en el futuro es formar una familia.

-Una de sus grandes aficiones es la música y en cualquier celebración, se me viene a la mente el festival de la canción misionera, se le ve con la guitarra.

-Tanto mi hermano como yo tocamos desde muy pequeños. Toco la guitarra y nos encanta el rock & roll y tocamos muy a menudo. Siempre creamos algo, componemos; ojalá pudiéramos hacer algo más, pero el tiempo y las circunstancias no te permiten dedicarte mucho más a esto de la música.

-¿Cómo son los jóvenes de hoy en día? O más concretamente, habría que preguntarle cómo son ustedes los jóvenes, dado que tan solo tiene 23 años.

-Estando muy próximo a la juventud es mucho más fácil comprender el mundo que te toca vivir y comprender a los chavales. La Iglesia, en ocasiones, no ha comprendido a los jóvenes, no ha sabido ver la realidad de los chavales. ¿Cómo son los chavales de hoy en día? Esa es una pregunta que aquí nos hacemos mucho porque estamos todo el día con ellos. Qué es lo bueno para los chavales y cómo van a recibir lo que tú les dices son preguntas para nosotros habituales.

-Entonces, ¿qué aprecia de manera más detallada entre esos jóvenes con los que usted se mueve o a los que conoce?

-Oyes muchos comentarios absurdos y falsos. Los chavales de hoy en día, la mayoría, pasan de la Iglesia, son indiferentes, no son hostiles, simplemente pasan del tema y la Iglesia no representa nada para ellos. Luego hay un porcentaje pequeño que sí que están en contra, son los que podríamos denominar como antis; y luego existe un porcentaje también pequeño de personas que son cristianas pero, bueno, la realidad es que a la gran mayoría ni le va ni le viene.

Opino que los chavales de hoy en día son más activos que hace unos años, por ejemplo, cuando yo tenía 10 años menos. Están empezando a preocuparse un poco más por el mundo que les rodea. Es difícil llegar a ellos y el problema es que están un poco cerrados en sí mismos, en sus círculos y les cuesta mucho salir a conocer a otras personas, otros ambientes, participar de cosas que no les van. Son muy activos en cosas que les gustan. Por ejemplo, si a uno le gusta mucho jugar al fútbol, si se tuviera que ir a Madagascar a jugar, se iría.

La realidad es que cuando Juan Carlos Sánchez y yo hemos ido a los institutos a hablar con ellos hemos notado que hay chavales que no reaccionan, da igual lo que les digas, son indiferentes y en ese sentido, sí que los veo cerrados en círculos más pequeños.

-¿Qué papel juega en todo esto el grupo de jóvenes de El Manantial que el verano pasado, por cierto, recuperó su tradicional marcha?

-El Manantial es una asociación juvenil que hemos revitalizado. Cumplió un papel muy importante hace más de 10 años y después de unos años de barbecho, por así decirlo, creo que estamos haciendo cosas muy bonitas como revitalizar La Pasión.

El objetivo que tenemos con el grupo de chavales entre 14 y más de 20 años es volver a hacer un grupo sólido y ya lo estamos consiguiendo. Pretendemos sumar, no restar. Tanto el Seminario como la Pastoral Juvenil como El Manantial son grupos donde se trabaja con los jóvenes; entonces, ¿qué sentido tendría que El Manantial fuera por su lado y no supiera nada de la Pastoral Juvenil o al revés?

La Pasión la organiza el Departamento de Evangelización y Nuevas Tecnologías de la Diócesis de Ciudad Rodrigo con El Manantial y la Pastoral Juvenil colaborará. Vamos a hacer el Camino de Santiago y eso lo ha preparado la Pastoral Juvenil y el Seminario y El Manantial colaborarán. Todos vamos a participar en todo y nos apoyaremos en cada iniciativa. En el caso del Camino de Santiago lo haremos del 9 al 15 de julio y se pueden apuntar todos los jóvenes que quieran y estén interesados en hacerlo.

-¿Cómo se siente este grupo de jóvenes de la Pastoral Juvenil dentro de la Iglesia local, la de la Diócesis de Ciudad Rodrigo?

-Estoy muy cómodo, han cambiado las cosas desde la diócesis, desde el obispo, desde el vicario de pastoral nos están apoyando mucho. Vamos a reuniones con otros sectores de la diócesis para que nos podamos expresar, podamos hablar, proponer cosas y para que nos sintamos presentes en esos ámbitos. El obispo nos apoya en todo lo que hagamos y estamos muy contentos.

-Ha comentado que también comparte catequesis con un grupo de jóvenes de confirmación. ¿Cómo es ese trabajo a nivel de parroquia, en este caso, en San Cristóbal?

-Con el tema del Seminario estoy menos por la parroquia, pero yo trabajo con los chavales de segundo de la ESO este año y estoy bien. Trato de hacer actividades diferentes, que les motiven, que les animen y hablar mucho con ellos, de lo que les preocupa, de sus inquietudes, de sus problemas y luego también trabajamos en el coro de la parroquia. Yo trabajo animando.

-Parece que en los últimos tiempos, los niños hacen la comunión y ya no quieren continuar en catequesis, en el caso de los jóvenes, esa catequesis de confirmación. ¿Qué se puede hacer desde las parroquias para que continúen o en este caso, qué hace usted?

-En mi caso, he dado durante muchos años catequesis a niños de Primaria, niños muy pequeños y lo que intentamos transmitir es que la catequesis no es una cosa cultural o una costumbre o tradición, no es eso, sino que tú, cuando vas a catequesis vas porque tienes unas inquietudes, eres cristianos y quieres recibir un sacramento. ¿Cómo transmites eso? Esa es una pregunta que yo me hago todos los días. La verdad es que es un poco desalentador ir a la parroquia, una parroquia de casi 3.000 habitantes y van a lo mejor este años 14 chavales a la comunión, es un poco desalentador. En mi caso, en segundo de la ESO tengo 20 chavales, así que bien, en unas edades complicadas. Para ellos la parroquia tiene que ser un sitio de referencia, donde ellos vayan y se sientan identificados y escuchados, donde su catequista o los chavales que van con ellos sean referente, ese es el objetivo que yo tengo.

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