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Teléfono público en la calle Brocense. LAYA
Las 60 cabinas de Salamanca y su alfoz, condenadas por el auge de los móviles

Las 60 cabinas de Salamanca y su alfoz, condenadas por el auge de los móviles

Los cambios legislativos que se avecinan permitirán retirar las cabinas, que apenas registran 22.000 llamadas diarias en toda España

DANIEL BAJO Y VÍCTOR M. VELA

SALAMANCA

Jueves, 3 de mayo 2018, 08:15

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Las cabinas de teléfonos apuran sus últimos meses en nuestras calles. La proliferación de teléfonos móviles ha ido acabando con ellas y con los locutorios, aquellos negocios de barrio que nos acercaron a internet antes de poder conectarnos simplemente tocando una pantalla.

Las cabinas aguantan solo de momento, porque en realidad tienen los días contados. Funcionarán hasta el 31 de diciembre, después de que el Gobierno haya fijado una nueva prórroga anual (otra más)para el decreto que, desde 2011, obliga a Telefónica –porque ninguna empresa se presentó para explotarlas– a preservar este servicio (deficitario)por considerarlo de interés «universal».

La compañía debe mantener al menos un teléfono público en cada uno de los pueblos con más de mil habitantes. Y ha de haber una cabina por cada tres mil vecinos. Según los registros de Cabitel (la empresa que se encarga de la gestión de los teléfonos callejeros), en la capital y su alfoz hay 60 cabinas telefónicas, además de otros 21 terminales repartidos por las cabeceras de comarca (cinco de ellos en Ciudad Rodrigo) y localidades turísticas como La Alberca o Aldeadávila de la Ribera.

En el año 2000 se alcanzó el pico, con 108.899 teléfonos públicos en toda España. Desde entonces, la cifra está en caída libre, según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

La obligación es que las cabinas funcionen hasta finales de este año. El Gobierno desveló recientemente que no aprobará una nueva prórroga. El lunes presentó el real decreto que deroga el anterior en el que se fijaba la obligatoriedad del servicio. Se acabó. Adiós. Para siempre.

La propia CNMCha animado a ello. Por cuestiones económicas (mantenerlas conlleva un déficit anual de 2,7 millones), pero también sociales. Cada vez se utilizan menos. Un informe de este organismo dice que el 88%de la población no ha empleado en su vida un teléfono público. Las últimas cifras reconocidas por Telefónica, de hace unos meses, dicen que las cabinas de todo el país registran en torno a 22.000 llamadas al día, no llega a dos por cada aparato y 12.000 de ellos son deficitarios. Su uso está en claro declive por el auge de los móviles. ¿Para qué buscar una cabina cuando llevamos el teléfono en el bolsillo? De acuerdo con los últimos datos oficiales (actualizados a 31 de diciembre de 2016), Salamanca mantenía activas 275.499 líneas de móviles (la provincia tienen 330.000 habitantes, incluyendo niños), con una penetración del 81,4%en la sociedad. Hace tan solo un decenio, en 2007, ese porcentaje era del 56,7%, con poco más de 197.000 líneas. Entre 2007 y 2016, los salmantinos han contratado 78.424 nuevos números de móvil, a un ritmo de 21 al día. Las línea fijas rondan las 150.000 desde hace años, con altas y bajas puntuales pero sin grandes oscilaciones.

Modelos y ubicaciones

Los 60 teléfonos públicos de la capital y sus alrededores suelen repetir el modelo de las imágenes, con dos teléfonos habilitados para su uso (siempre y cuando los vándalos no hayan hecho de las suyas y hayan arrancado el auricular o destrozado el cajetín en busca de monedas).

En cuanto a su localización, la web de Cabitel permite ubicar las cabinas en un radio de hasta 10 kilómetros a la redonda. Las de Salamanca se concentran alrededor del paseo de Carmelitas (hay ocho cabinas en dicho paseo o sus inmediaciones) y en algunas calles del centro como Brocense, Santa Eulalia, San Juan de Sahagún, Puerta Zamora, Rúa Mayor o Torres Villarroel.

El paseo de Carmelitas y sus alrededores aglutinan ocho teléfonos públicos

El barrio de Garrido también cuenta con unos cuantos teléfonos públicos (los hay en Alfonso VI, Los Olivos, Lazarillo de Tormes, El Greco, María Auxiliadora o García de Quiñones). Hay cabinas aquí y allá en Pizarrales y el Barrio Vidal (carretera de Ledesma, calle Guijuelo...) y alguna que otra en El Rollo (paseo de Comuneros, calle Nicaragua, calle Borneo...). Y se acabó. En Salamanca capital apenas hay tres más en Canalejas y el barrio de San José, pero también existen barriadas enteras (Zurguén, Vistahermosa, Tejares, Puente Ladrillo, Buenos Aires...) sin ninguna cabina.

Abriendo un poco el plano descubrimos que hay teléfonos públicos en Santa Marta Cabrerizos, Villamayor, Aldeaseca, Monterrubio, Castellanos de Moriscos, Aldeatejada, Doñinos, Carbajosa y Calvarrasa de Abajo. Una vez superada esta 'frontera' no será fácil encontrar una cabina, a menos que visitemos las cabeceras de comarcas (Ciudad Rodrigo, Alba de Tormes, Peñaranda, Vitigudino, Béjar, Guijuelo).

Y pese a todo, los teléfonos público permiten llamadas gratuitas al teléfono de emergencias 112 y mantienen activos comandos para enviar SMS(en plena era del 'whatsapp'), hacer donativos a ONG o recargar las tarjetas prepago de los móviles. El futuro pasa por darle nuevos usos a las cabinas.En Andalucía hay un proyecto experimental para reconvertirlas en puntos de información turística, antenas wifi o con cámaras para 'selfies'.

Veremos qué sucede en Castilla y León y más concretamente en Salamanca y si las autoridades deciden darles una segunda oportunidad o un nuevo uso, pero quienes aún no hayan usado un teléfono público y quieran contárselo a sus nietos mejor que se den prisa, porque a partir de 2019 lo van a tener casi imposible.

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