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Domingo, 1 de octubre 2017, 12:07
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El interminable pleito urbanístico en torno a El Corte Inglés permaneció aletargado en agosto y septiembre, dado que no dio pie a los habituales rifirrafes dialécticos que viene protagonizando la oposición con el PP.El último enfrentamiento se escenificó el pasado 28 de julio, durante la recta final del pleno municipal que celebró aquel día la corporación local, cuando este asunto afloró de nuevo. Y lo hizo mediante la pregunta que formuló el edil de Ganemos, Gabriel Risco, al PP. En su intervención,Risco instó al concejal de Fomento, Carlos García Carbayo, a que concretara públicamente cuándo elPP iba a presentar a los partidos de la oposición su propuesta para resolver el caso y cuándo remitiría el texto al pleno municipal para su debate.
Risco rememoró también la cronología más reciente que envuelve a esta disputa urbanística, cuando recordó que el pasado 15 de mayo el grupo de gobierno entregó en la reunión de la Junta de Portavoces a los partidos de la oposición «un avance de propuesta sin firma» que hasta el momento no se ha materializado en nada concreto. García Carbayo rebatió las tesis de Risco y negó tajantemente que la solución planteada por su grupo fuera un avance de propuesta. GarcíaCarbayo contratracó también aseverando que los técnicos municipales descalificaron mediante la elaboración de «un informe riguroso» la propuesta que consensuaron Ciudadanos, el PSOE y Ganemos.Además, puntualizó en su réplica que fueron los grupos de la oposición los que pidieron tiempo, tras la Junta de Portavoces del 15 de mayo, para analizar detenidamente el documento auspiciado por el grupo de gobierno.
Según explicó García Carbayo en el pleno, «los técnicos municipales están elaborando una nueva documentación urbanística y están ultimando la modificación del PlanGeneral, que plasma la propuesta» que presentó el grupo de gobierno.
El agrio cruce de críticas subió de tono cuando Risco arremetió de forma contundente contra Mañueco y su equipo, proclamando que «su falta de interés» por sacar a la ciudad y al Ayuntamiento de este atolladero urbanístico era «palmaria».
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