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Sede del registro regional de instrucciones previas.
Casi un millar de salmantinos ha firmado un testamento vital desde 2008

Casi un millar de salmantinos ha firmado un testamento vital desde 2008

El documento contiene qué cuidados desea recibir el paciente cuando no pueda comunicarse

DANIEL BAJO / WORD

Lunes, 3 de abril 2017, 12:13

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El debate sobre el derecho a la muerte digna se ha colado en la agenda política nacional. Después de años de si, pero no, de mejor dejarlo para otra ocasión y de ya habrá tiempo de discutirlo, el Congreso se comprometió la semana pasada a debatir una proposición de ley al respecto.

En caso de aprobarse, España se uniría al pequeño club de países europeos con eutanasia o suicidio asistido regulados. No son lo mismo y ni siquiera se sabe si finalmente se aprobará la ley, pero al menos sus señorías se han comprometido a debatirlo.

Actualmente, y a la espera de que el BOE diga otra cosa, España dispone desde hace 15 años de una ley de autonomía del paciente, origen a su vez de los documento de voluntades anticipadas.

Castilla y León creó su registro de instrucciones previas hace ya nueve años. Según los últimos datos disponibles, casi un millar de salmantinos (988 exactamente) se han acogido a su derecho a inscribirse en dicho registro y a dejar anotaciones sobre cómo tratarles cuando sean incapaces de comunicarse y su situación sea irreversible. En toda la región suman 8.287 inscripciones, la mayoría de ellas de las provincias más habitadas (Valladolid, León, Burgos y Salamanca, por ese orden).

Autonomía

La Asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) lleva años reclamando el derecho de toda persona a disponer con libertad de su cuerpo y de su vida y a elegir libre y legalmente el momento y los medios para finalizarla. También defiende el derecho de los enfermos terminales e irreversibles a morir sin sufrimientos, si éste es su deseo expreso. Uno de sus asociados en Salamanca, Ángel León, comenta que los testamentos vitales «son fundamentales. Son una forma de hacer visible que la gente tiene autonomía como para decir como va a ser el final de su vida». Además, añade que «no es sólo un testamento en el que se dice cómo quieres que sea tu muerte», sino que revela «una serie de valores» en los que el firmante atestigua que no quiere «que se alargue de forma artificial su vida». Estos documentos «ayudan a la toma de decisiones de agentes que aparecen en el proceso, como médicos o familiares. Y es importante saber que no anulan la decisión propia. Sólo aparecen cuando no tienes capacidad de decidir y eso es muy importante».

Los firmantes de los testamentos vitales pueden optar por decidir sobre cuidados y tratamientos médicos, por dar indicaciones sobre el destino del cuerpo y los órganos o por ambas (cuidados y destino del cuerpo). La mayoría de salmantinos (802 casos) elige esta última opción, en consonancia con el resto de la región.

Los interesados en acudir al registro de instrucciones previas deben saber que pueden formalizar sus instrucciones de tres formas distintas: ante notario (157 casos en Salamanca), ante tres testigos (208 casos) o ante el personal al servicio de la Administración, en la unidad encargada del Registro de Instrucciones Previas de Castilla y León, que fue la posibilidad elegida por 623 salmantinos. En Salamanca, dicha unidad se encuentra en la gerencia de salud de área, en la avenida de Mirat.

El perfil de los solicitantes salmantinos se completa con la edad y el sexo de los inscritos en el registro. Dos de cada tres son mujeres (en Castilla y León también) y su edad media es de 60 años, algo superior a la regional (58,2) y en la línea de Soria (60,5 años). Salamanca y Soria son las dos únicas provincias en las que la media de edad está por encima de los 60 años.

Modificaciones

Los testamentos vitales no están tallados en piedra ni son un pacto con el diablo. Pueden modificarse o revocarse siempre que se desee y se haga por escrito, aunque según los datos facilitados por la Junta de Castilla y León, no es la opción más común. En ocho años de testamentos vitales (los últimos datos disponibles son de 2016), tan sólo se sustituyeron ocho y se revocaron tres. En toda la región únicamente se anularon 12 y se modificaron 136.

Además, otros 38 documentos, fueron cancelados por fallecimiento del firmante, sin que fuese necesario aplicar sus instrucciones previas. La suma regional alcanzó los 292 documentos.

A la luz de estos datos, puede decirse que quien decide dejar instrucciones sobre cómo afrontar sus últimos momentos tiene las ideas muy claras. De hecho, en el modelo orientativo de documentos publicado por la Junta de Castilla y León se especifica que el firmante ha pasado por «una adecuada reflexión». Es una formalidad administrativa pero en este caso tiene mucho de verdad. En DMD Salamanca insisten en que «lo que prevalece siempre» es la opinión del firmante. Si los testamentos vitales no se anulan una vez rubricados es porque los signatarios «saben que ayudan a las personas a su alrededor y tranquilizan a la familia y al personal medico».

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