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Anibal Hernández Montes, consiliario de la Hermandad Obrera de Acción Católica.
«Hay obreros que incluso trabajando no pueden mantener a sus familias»

«Hay obreros que incluso trabajando no pueden mantener a sus familias»

Reclama que con la crisis y las modificaciones en materia laboral se ha alimentado la actual precariedad laboral predominante

Jorge Holguera Illera

Viernes, 9 de diciembre 2016, 12:05

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Anibal Hernández Montes es el párroco de Calvarrasa, Amatos, Pelabravo y Nuevo Naharros y es natural de Santa María de Sando Lo que no es tan común es que mantuvo su condición de obrero una vez ordenado sacerdote, en 1971. Por aquellos tiempos trabajaba en la sección de vulcanizados de Tejisa, la antigua fábrica de calzado que los Ruipérez de Peñaranda instalaron en Salamanca.

Además y sobre todo Aníbal Hernández es un luchador por los derechos del mundo obrero, algo que le acarreó corta vida en la empresa privada. Tan sólo tres años en dicha fábrica y tres días en Avenida, la empresa de los Hermanos Recio, justo hasta que le vio el propietario, que le conocía por haber reivindicado derechos laborales en Tejisa junto a un gabinete de abogados de la universidad. Hoy Aníbal Hernández es consiliario de la Hermandad Obrera de Acción Católica y director del secretariado de Pastoral Obrera.

En su día, para poder seguir siendo cura obrero, y vivir de los ingresos que se ganaba con el sudor de frente no tuvo más remedio que trabajar por su cuenta, por ello junto a dos capuchinos se encargaba de pintar por cuenta propia. Más adelante, en 1979, tuvo que dejar la actividad al ser destinado a Calvarrasa, donde tenía bastante actividad pastoral, no obstante pudo seguir trabajando por las mañanas en la venta de pastas por la zona. En la HOAC es miembro desde 1969 y es responsable del secretariado de Pastoral Obrera desde el llamamiento planteado por Juan Pablo II en el año 2000, con motivo del Jubileo de los Trabajadores.

Aníbal conoce profundamente el mundo laboral y en la actualidad trabaja en la provincia junto a un equipo de militantes formado por ocho personas. Estos movimientos tienen un papel «evangelizador del mundo obrero, tanto de hacer presente a la Iglesia en el mundo obrero, como al mundo obrero en la Iglesia», explica Aníbal Hernández. Aclara que se trata de «un movimiento, no un sindicato», por lo que tienen un cometido diferente, pero a su vez apoyan a los sindicatos laborales, con los que históricamente han ido de la mano, pues muchos miembros de la HOAC están presentes en estas asociaciones, también tanto miembros de la HOAC como de la Juventud Obrera Cristiana, JOC, formaron parte de Comisiones Obreras desde sus inicios.

Este movimiento en concreto es la muestra de «una Iglesia volcada por el trabajo decente», algo que desde este movimiento reivindican cada 7 de octubre, donde ponen en evidencia que «como consecuencia de la crisis se origina la precariedad del trabajo, que es su objetivo», anota Aníbal Hernández.

En su opinión, «el mundo obrero está muy débil a nivel de conciencia, de organización y lucha», como ejemplo pone algo evidente, que es «que hay mucha gente fuera del sindicato que sobre todo está presente en las grandes empresas, pero que no llega a pequeñas empresa, servicio doméstico, empleos precarios y otros». Todo ello da de sí que «la posibilidad de defensa del trabajador sea nula». Como consecuencia de la economía sumergida, el mundo obrero está «debilitado, desestructurado y fragmentado», destaca Aníbal Hernández.

En este sentido, y pensando en la supuesta postura que puede parecer la de Iglesia, Aníbal Hernández defiende que «siempre se ha inclinado por los trabajadores y por los débiles», es algo que forma parte de «la doctrina social de la Iglesia, que a veces es poco conocida por algunas personas y sacerdotes».

Precisamente en este sentido, el equipo de militantes trabaja con el fin de hacer ver que este movimiento también es propio de la Iglesia, al igual que la catequesis u otras misiones de la misma.

Desde la HOAC inciden principalmente en cinco sectores, o problemas fundamentales, que son la mujer, la precariedad, la migración, el paro y la familia obrera. En estas áreas desarrollan un trabajo permanente, para ello cuentan con varias líneas de acción entre las que se encuentran: la representación, compromiso, difusión, formación, organización o comunión y conciliaría.

Trabajo decente

Desde la HOAC, los militantes asumen, «la vida, la organización, la historia y la lucha».

Hay que tener como contexto la actual de situación de crisis de asociacionismo y decadencia de los contratos laborales estables y remunerados en condiciones. Por ello, Aníbal Hernández desde su experiencia como trabajador, reconoce que «el que trabajes y no te consideren dignamente, eso te duele mucho más que cualquier cosa». Como ejemplo pone de comparación la renta básica de 600 euros, y trabajadores a tiempo completo que no llegan a este sueldo. Califica esta cuestión tan repetida en nuestros días como «fulminante para la dignidad de las personas».

Considera «una dimensión nueva» el que «hay personas trabajando que son pobres porque no llegan a cubrir las necesidades básicas, no pueden pagar la vivienda o no pueden pagar la luz». Esto «no existía hace unos años». «Todavía que una ayuda que no te llegue, pero trabajando que no puedas mantener a tu familia, no se entiende», dice.

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