Secciones
Servicios
Destacamos
REDACCIÓN / WORD
Lunes, 31 de octubre 2016, 11:34
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
El folclorista Ángel Rufino, conocido popularmente como El Mariquelo, se prepara cada 31 de octubre para subir a lo alto de la Catedral de Salamanca, una tradición que data del siglo XVIII y que espera que «no se pierda».
Para que así sea y se siga celebrando cada año la tradición que repetirá treinta años después de que tal día como hoy, en 1987, iniciase sus ascensos a lo más alto de la Catedral, El Mariquelo no ceja en su empeño de estar «preparado física y mentalmente». Se trata pues, tal y como señaló a Europa Press, de «subir muchos años más», pero «el tiempo pasará» y llegará el día en el que tenga que dar el relevo.
Con el propósito de que, cuando ocurra, alguien coja el testigo, Ángel Rufino ha iniciado la búsqueda de su sucesor. En estos momentos, el folclorista afirma tener un grupo de seis alumnos «aventajados» que podrían aceptar la responsabilidad.
Según sus palabras, es «interesante» que en ese momento el nuevo Mariquelo esté «preparado». Para ello, tendrá que mostrar destreza con el tamboril y, «sobre todo», «lo importante es que sea buena persona y tenga fé en lo que hace».
«No importa subir más arriba o más abajo, lo importante es dar las gracias a Dios y mantener viva la tradición», afirma el folclorista Ángel Rufino, quien tiene además formación sobre la práctica de escalada.
Sobre esta materia, insiste en que a día de hoy sus posibles sucesores no tienen que practicar escalada, pues en los últimos años el Cabildo Catedralicio le ha impedido subir hasta la bola o hasta el cupulín, como hacía antes. No obstante, de conseguirse de nuevo esa posibilidad de ascenso a lo más alto del templo, esa formación llegaría «más adelante», señala.
Tradición
Esta tradición se remonta al 1 de noviembre de 1755, cuando se registró un terremoto en las costas del Cabo de San Vicente en Portugal que produjo más de 100.000 muertos en Lisboa y se llegó a notar en Salamanca, con grietas por ejemplo en la Catedral.
Al no haber víctimas en Salamanca, el Cabildo Catedralicio comenzó con la exposición del Santísimo Sacramento todos los 1 de noviembre y en la víspera se tocaban las campanas, a las que subían los miembros de la familia que vivía dentro del templo, conocida como los mariquelos.
Esta tradición fue recuperada hace años por Ángel Rufino, quien en la actualidad sigue subiendo a lo alto de la Catedral para dar gracias a Dios, siempre acompañado de su tamboril y su gaita.
Actualmente, El Mariquelo está a la espera de que la Junta se pronuncie sobre su petición de que esta característica actividad sea declarada Fiesta de Interés Turístico de Castilla y León, una solicitud que espera que sea aprobada.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.