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Jorge Holguera Illera
Miércoles, 12 de octubre 2016, 12:19
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Hoy se cumple medio siglo del fallecimiento del fundador de la congregación Misioneras de Salamanca, el sacerdote Joaquín Alonso Hernández. Razón por la cual, un millar de niños y adolescentes peregrinaron por los lugares en los que transcurrió la vida del fundador en grupos de 50 jóvenes. El recorrido comenzó en el número 5 de la céntrica calle Tavira, donde Joaquín Alonso nació el 9 de febrero de 1905. Continuaron por la parroquia de San Sebastián, en cuya pila bautismal recibió este sacramento el fundador de las Misioneras de la Providencia. Continuaron por la antigua escuela de magisterio, donde fue docente, al actual hospedería junto al Palacio de Anaya. Por la cárcel no pasaron, por su lejanía, pero si fue mencionada por su labor para con los presos. Visitaron la parroquia de San Pablo, donde fue nombrado coadjutor por primera vez. Estuvieron por la calle Menéndez, junto a la primera casa de acción católica en la que se formaban las misioneras. El recorrido terminó en el hospital de la Santísima Trinidad, donde falleció tras el fatídico accidente que acabó con su vida un 12 de octubre de 1966, tras volver de visitar las obras de la casa de noviciado situada en Almenara de Tormes.
Posteriormente 1.250 niños y adolescentes y las Misioneras de la Providencia llenaron la iglesia de la Purísima Concepción para participar en la celebración de una eucaristía que presidió el sacerdote Lauren Sevillano, al que acompañaron el párroco de la parroquia de la Purísima, Policarpo Díaz, además del sacerdote que atiende a las hermanas de Ciudad Rodrigo Y Talavera de la Reina, las otras dos localidades donde cuentan con colegio las Misioneras de la Providencia en España.
Las palabras de Lauren Sevilla y Policarpo Díaz, «se centraron en resaltar la figura de don Joaquín Alonso, y darle el valor que tiene, porque si estamos las misioneras y niños trabajando por ese proyecto educativo se lo debemos a él», explica la hermana Soledad, directora del colegio de Salamanca. Quien también recuerda que el lema elegido es El que agradece no olvida, porque «la Providencia en el mundo de hoy es más fuerte y necesaria de nunca porque el amor siempre es actual», argumenta, añadiendo que «el agradecimiento y gratitud es lo que nos hace crecer en personalidad».
En la eucaristía hubo un momento significativo, que fue la entrega de una placa a la superiora general de la congregación, María de los Ángeles Herrero Romero, quien habitualmente está en la Casa General de Madrid. Cabe destacar que la casa de Salamanca es la que denomina Casa Madre, y también cuentan con casa de residentes en Zamora.
Las Misioneras de la Providencia son actualmente medio centenar de mujeres, pero con labor en diferentes partes del mundo, a parte de los colegios en España cuentan con misión en América. En Bolivia tienen colegios enormes. También están presentes en la capital de Perú, Lima, trabajando con jóvenes y niños, a través del trabajo de las hermanas en todas las barriadas dentro de centros y parroquias.
Siguen los pasos de su fundador, Joaquín Alonso Hernández, quien las legó la tarea de ofrecer una educación sin discriminación para «hacer hombres íntegros, responsables y críticos que sean capaces de responder ante la sociedad».
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