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La comitiva institucional parte de la Catedral, donde tuvo lugar la misa episcopal en la que se abrió la fase final de la Asamblea.
El obispo anuncia un tiempo nuevo marcado por la renovación estructural y anímica de la Diócesis

El obispo anuncia un tiempo nuevo marcado por la renovación estructural y anímica de la Diócesis

Comienza la fase final de la Asamblea con la vista puesta en la superación de «inercias y miedos» en la labor pastoral

Cecilia Hernández

Viernes, 9 de septiembre 2016, 12:14

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El obispo, Carlos López, abrió oficial y solemnemente la fase final de la Asamblea Diocesana, en el mismo lugar en el que anunció, hace dos años, este tiempo de renovación para la Diócesis de Salamanca.

Durante el mes de septiembre se celebrarán tres sesiones en las que se expondrán las ponencias elaboradas a lo largo de varios meses de trabajo, en el que se han implicado más de 2.000 personas distribuidas en 200 grupos de Asamblea. Una ardua tarea cuyas conclusiones han quedado reflejadas en un documento final que será debatido en esas sesiones y que será además, describió el obispo, «palabra, profecía y programa para el futuro».

Este tiempo nuevo en el que entra la Diócesis ayudará a superar, añadió el prelado, «inercias, individualismos, rutinas, enfrentamientos inútiles, aislamiento de la sociedad, miedo, desaliento y tristeza ante el escaso fruto aparente de nuestro trabajo pastoral». Porque, continuó, no es sencillo «sembrar la Palabra entre lágrimas en el desierto espiritual en el que vivimos». De ahí que la nueva Diócesis de Salamanca quiera «comprender mejor» ese tiempo de «desierto» y «asumir con realismo y humildad las necesidades de la comunidad». Y es que la Asamblea, reconoció Carlos López, ha ayudado a la Iglesia salmantina a «abrir los ojos» y a afrontar un futuro marcado por el extremo envejecimiento de las «comunidades parroquiales», que son un «testimonio sincero de fe y de preocupación por el tiempo en el que vivimos».

No obstante, añadió el obispo, se necesita «más entusiasmo apostólico, mayor presencia social confesante de la fe, más creatividad en las propuestas y una reflexión y vivencia más profunda de la condición de bautizados».

En resumen, un «salto de altura» en el que se pedirá «como mendigos la fe para el hombre de hoy» y en el que se renovarán las estructuras de la Diócesis. Las sesiones finales de la Asambla se celebrarán los días 15, 16 y 17, la primera, 22, 23 y 24, la segunda, y 29-30 de septiembre y 1 de octubre la tercera. La clausura será el 8 de octubre en la Peña de Francia.

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