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Luis Miguel de Pablos
Jueves, 7 de julio 2016, 12:05
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. Son muchos los beneficios que reportan expresiones artísticas como la danza, el teatro o la propia pintura, sea cual sea la enfermedad o discapacidad. Está sobradamente demostrado que es una herramienta inigualable en cualquier tipo de tratamiento, y la experiencia vivida ayer en la sala de Santo Domingo no solo viene a confirmarlo sino que abre una nueva vía para tomarla como ejemplo y repetirla a corto plazo.
Las veinte personas con síndrome de Asperger o Autismo Alto Funcionamiento que participaron de tan innovadora propuesta pueden dar fe de ello, y sus familiares, monitores y responsables del colectivo ExpressARTE vieron superadas notablemente sus expectativas.
La propuesta no era otra que acompañarles en una visita a la exposición Divertimentos de taller, acercarles a la elaboración de las piezas mediante un vídeo en el que se observa el proceso de creación de Venancio Blanco, y a partir de ahí, dejarles vía libre para que trasladaran al papel todo aquello que habían visto y que tenían bien presente.
El resultado, inmejorable, hasta el punto de que desde ayer los dibujos se han incorporado a la exposición y acompañan a las piezas del escultor salmantino.
«Todos ellos se han acercado a la obra de Venancio Blanco y durante dos largas horas han convivido junto a ellas, sintiéndolas, tocándolas y recreándolas plásticamente sobre diferentes soportes», explica Miguel Elías, junto a Victoria Martín, responsable de la iniciativa. Tanto el pintor y profesor de la Universidad de Salamanca como la pedagoga y psicóloga ponen todo su empeño en llevar el arte contemporáneo a los colectivos más necesitados para dotarlos de una mejor calidad de vida. «Ha sido una experiencia inolvidable», relataba ayer Elías, «el arte contemporáneo sirve para mucho más que contemplarse y con esta iniciativa ha quedado evidenciado. Sirve para dar calidad de vida, relacionar y expresar sentimientos profundos. Sirve para mejorar nuestro estado de ánimo y ponernos al día en lo expresivo que a veces nos cuesta exteriorizar por múltiples motivos. En definitiva sirve para vivir y vivir mejor», resume.
Una relación con el artista que se plasmó en pintura, modelado, y dibujos, en una jornada quje se alargó más de lo estipulado previamente y que incluso contó con un improvisado recital de versos a cargo de una de las participantes.
Las obras eran el pretexto para que las dieciocho personas con síndrome de Asperger despertaran su faceta creativa y arrojaran toda su inspiración sobre el óleo. Así, cada uno de los participantes pudo elegir su pieza favorita y, a partir de ahí, desarrollar su talento desde la observación/contemplación. Lo que se ha venido en denominar Arteterapia, y que tantos frutos está recogiendo, independientemente de la expresión artística de la que se trate.
«La obra servía de pretexto para entrar en la propia expresión. Era una puerta de entrada a nuestra realidad interior», apunta.
La actividad llevada a cabo ayer en Santo Domingo se encuadra dentro del XII Curso de la Usal Habilidades Prácticas para la vida cotidiana: Transición a la vida adulta cuyos destinatarios son personas mayores de 16 años con Autismo de Alto Funcionamiento.
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