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Santi Potros sale de la cárcel de Villena el 2 de diciembre de 2014.En enero de 2015 fue detenido de nuevo.
Presos de ETA arropan a Santi Potros tras su traslado a la cárcel de Topas

Presos de ETA arropan a Santi Potros tras su traslado a la cárcel de Topas

Un histórico del comando Vizcaya y un etarra de 36 años conviven con el sanguinario terrorista

Ricardo Rábade

Lunes, 16 de mayo 2016, 12:03

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Su ficha policial y carcelaria pone de relieve que Santiago Arrospide Sarasola nació un lejano 2 de febrero de 1948 en el municipio guipuzcoano de Lasarte. Tiene 68 años y desde el pasado 3 de mayo duerme a la sombra en una celda individual del módulo 1 de la cárcel salmantina de Topas. Santiago no es un preso cualquiera, dado que ha sido uno de los protagonistas más funestos y sanguinarios del interminable historial de atentados y crímenes de la banda terrorista ETA. Y es que este recluso vasco produce escalofríos, dado que, en realidad, se trata de Santi Potros, uno de los rostros más abominables de la odiosa banda, que acumula en su brutal historial una oleada de atentados por los que ha sido condenado a la astronómica pena de casi 3.000 años de reclusión, sumando todas las condenas acumuladas.

Santi Potros entró por las puertas de la cárcel de Topas el citado 3 de mayo, al parecer procedente de la prisión madrileña de Valdemoro, donde había permanecido de forma temporal tras haber estado cumpliendo condena en el centro penitenciario de Villena (Alicante). La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias efectuó este traslado a Topas de una forma totalmente inesperada, extremando al máximo las medidas de seguridad dado el particular perfil del reo, quien integra y forma parte, al igual que otros miembros de ETA y también los yihadistas detenidos en los últimos meses en diferentes operaciones policiales por todo el territorio nacional, del fichero de internos de especial seguimiento, presos catalogados en la terminología penitenciaria bajo las siglas de FIES.

Buen comportamiento

Desde su llegada a Topas, Santi Potros no ha protagonizado ningún incidente y su comportamiento se enmarca dentro de las pautas de la máxima normalidad, totalmente al margen de los presos etiquetados como conflictivos por verse involucrados con cierta frecuencia en altercados y situaciones de especial tensión. Santi Potros lleva una vida carcelaria totalmente rutinaria, cotidiana y sin sobresaltos, y desde su llegada, a tenor de los datos recopilados por este diario, ha entablado amistad y se relaciona con otros destacados activistas de ETA, quienes también están cumpliendo condena en el centro penitenciario salmantino.

El estrecho círculo de amistades de Potros dentro de Topas está formado actualmente por dos nombres de especial protagonismo dentro de la trayectoria de la banda armada, pero correspondientes a periodos claramente diferenciados y con una sustancial diferencia de edad entre ambos. Sus actuales correligionarios se llaman Juan Manuel Iniciarte Gallardo y Gorka Lupiáñez Mintegui, quienes también se encuentran encarcelados en el módulo uno como internos de especial seguimiento.

Conversaciones

Desde su llegada a Topas, Santi Potros ha estrechado lazos con ambos activistas etarras, aunque solo conviven durante la jornada matinal, dado que cada uno está recluido en celdas individuales. Los tres salen de su morada a las 08:00 horas, como el resto de los reclusos del módulo, y pueden permanecer en dependencias comunes hasta las 13:00 horas, momentos que son aprovechados por estos tres etarras para intercambiar impresiones y mantener conversaciones. A esa hora del mediodía, Santi Potros, Juan Manuel Inciarte Gallardo y Gorka Lupiáñez Mintegui suben a sus habitaciones y comen, cada uno por separado, en ellas. Se trata de celdas individuales y no abandonan las mismas hasta el día siguiente. Es decir, cada uno almuerza y cena en solitario en su celda individual.

Pese a que Potros, Iniciarte Gallardo y Lupiáñez Mintegui están clasificados como reclusos FIES de especial seguimiento por su pertenencia a banda armada, lo cierto es que disponen de un horario especial en un módulo ordinario.

El nombre de Santi Potros está asociado, de forma macabra, a dos de los más despiadados atentados criminales de ETA. El primero lo perpetró el 14 de julio de 1986 en la plaza de la República Dominicana, en Madrid, que se saldó con el asesinato de 12 guardias civiles y por el que fue condenado a la escalofriante cifra de 1.920 años de prisión. El otro sanguinario atentado, que protagonizó el hoy sexagenario alopécico y que tiñó de luto y tragedia nuestra reciente historia, es la matanza de Hipercor en Barcelona el 19 de junio de 1987, donde fallecieron 21 personas y 41 más resultaron heridas. Por este abominable y múltiple crimen, el juez le impuso una condena de 790 años

Juan Manuel Iniciarte Gallardo, alias Jeremías (San Sebastián, 1954), ingresó en prisión en agosto de 2009, después de haber sido detenido en el aeropuerto de Barajas tras haber sido expulsado de México. El entonces juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, le acusó del asesinado de tres personas dos agentes de la Policía Nacional y la esposa de uno de ellos cuando formaba parte del comando Vizcaya en 1983.

Iniciarte Gallardo también está condenado por participar en el asesinato de un guardia civil en Portugalete en el año 1984. En agosto de ese año atentó contra la comisaría del barrio de San Ignacio en Bilbao y, posteriormente, contra la Casa Cuartel de la Guardia Civil de Las Arenas (Vizcaya) mediante el lanzamiento de granadas. En el año 1986 y secundado las directrices marcadas escrupulosamente por la dirección de ETA, se trasladó a Nicaragua, donde estuvo trabajando con documentación falsa. Desde junio de 1996 residía en la capital mexicana.

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