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Mª Ángeles Cala, el día de su detención. Ahora está aislada en la cárcel de Topas.
Interior aísla en la cárcel de Topas a una yihadista andaluza del Estado Islámico

Interior aísla en la cárcel de Topas a una yihadista andaluza del Estado Islámico

María Ángeles Cala, de 22 años, fue detenida en octubre de 2015 en el aeropuerto de Barajas

Ricardo Rábade

Viernes, 5 de febrero 2016, 06:34

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El juez no titubeó y no experimentó ninguna duda cuando ordenó el fulminante e inmediato ingreso en prisión de María de los Ángeles Cala Márquez, con carácter preventivo, sin ningún tipo de posible fianza y sometida a un férreo y riguroso aislamiento. Pese a su inequívoco acento andaluz, esta joven onubense, natural de Almonte, es una fanática radical que comulga con las tesis del sanguinario Estado Islámico. Su nombre saltó al primer plano de la actualidad, monopolizando minutos en los informativos televisivos y titulares en la prensa diaria, al ser detenida el 20 de octubre de 2015 en el aeropuerto de Barajas, justo cuando pretendía embarcar en un avión con destino a Turquía, con el inequívoco propósito de trasladarse de forma inmediata a Siria para engrosar la rama femenina del temible Daesh.

El Ministerio del Interior aportó entonces detalles pormenorizados de las vicisitudes que rodearon su detención y del perfil de la joven andaluza, aunque intentó ocultar su nombre y apellidos facilitando únicamente sus siglas: M.A.C.M. Sin embargo, los testimonios de algunos de sus vecinos, fruto de la insistencia de las pesquisas periodísticas, acabaron desvelando su verdadera identidad. No obstante, no trascendió en ningún momento su paradero posterior. Pese a este lógico secretismo y tal como ha podido saber este diario, la yihadista andaluza está ingresada desde el 21 de octubre justo un día después de su detención en una celda de máxima seguridad del módulo de aislamiento de la cárcel salmantina de Topas.

Desde su entrada en el centro penitenciario, esta joven onubense, que trabajaba como empleada en un hotel de Matalascañas y acabó radicalizándose de forma vertiginosa hacia las órbitas mas fanáticas del yihadismo, permanece sometida al máximo grado del régimen de aislamiento. Está ingresada en una celda individual, donde desayuna, come y cena, disponiendo de ducha y servicio en el interior de la misma. Tras su llegada el pasado 21 de octubre de 2015, María de los Ángeles Cala Márquez no ha generado incidentes reseñables ni problemas en la convivencia diaria en la prisión a lo largo de estos casi cuatro meses de reclusión. Sin embargo, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias no ha interrumpido ni ha levantado su meticuloso régimen de aislamiento, dado su particular perfil, ya que se trata de una acólita seguidora de los violentos ideales y de la agresiva estrategia terrorista del Estado Islámico.

Tras su captura en el aeropuerto de la capital de España, la Guardia Civil procedió de forma inmediata al registro de su vivienda, situada en la calle Federico García Lorca del municipio onubense de Almonte. Entonces los agentes de la Benemérita inspeccionaron varios ordenadores y sistemas electrónicos. Los primeros indicios relevaron que presumiblemente fue Internet el cauce utilizado para conocer a islamistas radicales, quienes le debieron incitar a alistarse entre las combatientes femeninas del Daesh.

Después de su detención en el aeropuerto, la Guardia Civil recuperó un teléfono móvil del que intentó desprenderse Cala Márquez, quien lo arrojó primero a un wáter y después a una papelera. El móvil resultó especialmente dañado y sufrió una avería al haber sido sumergido en el agua, pero los agentes de la Benemérita trataron de reactivarlo para recabar más pistas e indicios, así como posibles contactos de la presunta yihadista con otros militantes islamistas.

La joven residía en su vivienda con su madre. Los testimonios vertidos por sus vecinos pusieron de relieve que era una joven aparentemente normal, conocida por su simpatía. Algunos de los residentes de su barrio desvelaron que había comenzado a portar el velo en fechas recientes, del cual solo se desprendía cuando acudía con su madre al recinto hotelero en el que trabajaba.

Vertiginosa radicalización

Las informaciones que salieron a la luz tras ser interceptada en Barajas destaparon que su proceso de radicalización fue especialmente rápido, cercano a lo que los especialistas llaman un adoctrinamiento express. Se trata de un fenómeno común desde la irrupción de las nuevas tecnologías en los procesos de captación y se detecta especialmente en personas jóvenes. En cuestión de semanas pueden evolucionar desde mantener una normal cotidianidad a consagrarse en cuerpo y alma, sin ningún remordimiento, a la cruzada yihadista, pasando de llevar una vida normal a querer dejarlo todo para robustecer la yihad.

La fotografía de María de los Ángeles Cala Márquez circuló por las redes sociales a través de whatsapp. En esa instantánea, previa a su fanatización, lucía un llamativo pelo teñido de rojo y aparecía en biquini. Sin embargo, en Barajas y durante su traslado a su Almonte natal con motivo del detallado e intenso registro de su vivienda, su indumentaria se ajustaba en todo momento a los más estrictos cánones de la vestimenta musulmana femenina. Su máximo deseo, tal como afloró entonces, era abandonar la vida que había llevado hasta el momento en Almonte y formar parte del Califato islámico edificado en Siria e Irak.

Las fuerzas de seguridad tienen constancia de que al menos 130 personas han abandonado España en los últimos años para aventurarse con la causa de yihad en el extranjero. Lo más común es que se les ofrezca, en el caso de las féminas, una vida idílica como esposa de un combatiente muhaidín y al llegar allí, se percatan de su grave y desdichado error y desean retornar, sin disponer de posibilidad alguna para hacerlo.

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