Borrar
Jesús Málaga y Pablo de Unamuno, ayer.
«Hubo una simbiosis entre Salamanca y Unamuno; sin él, sería otra ciudad»

«Hubo una simbiosis entre Salamanca y Unamuno; sin él, sería otra ciudad»

El exalcalde y erudito de la historia de la capital impartió ayer una charla sobre los lugares más significativos en la biografía del filósofo

D. BAJO / WORD

Jueves, 28 de enero 2016, 12:20

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Miguel de Unamuno es una de las grandes figuras de la historia de la ciudad. Rescató la universidad cuando parecía abocada a desaparecer, revitalizó la vida cultural de Salamanca y dejó su firma en el libro de las grandes citas cuando le espetó a Millán-Astray la famosa «Venceréis, pero no convenceréis». Salamanca le recuerda con estatuas, un medallón en la Plaza Mayor, una calle y el principal campus de la Universidad, entre otros.

La Asociación Amigos de Unamuno organizó ayer la conferencia Evocaciones salmantinas de Unamuno, impartida por el exalcalde de la capital y presidente del Centro de Estudios Salmantinos, Jesús Málaga, quien estima la actividad de la Asociación. «Están publicando sobre Unamuno y están lanzando iniciativas muy positivas», como esta serie de charlas.

Málaga realizó «un recorrido por la Salamanca unamuniana. Un recorrido más bien turístico por los lugares más significativos de Unamuno en Salamanca». Mientras preparaba la ponencia contabilizó hasta 60 sitios dignos de llamarse unamunianos, pero finalmente redujo la lista a «una veintena de lugares interesantes para recrearse» en la vida del filósofo.

La lista incluye su casa, el campo de San Francisco, la casa rectoral, el convento de los Dominicos, la Universidad o las calles Libreros, Compañía y Figueroa, entre otros rincones. A juicio de Jesús Málaga, son «los lugares más significativos. Si hablásemos de todos, daría para muchas horas».

Vínculo

Miguel de Unamuno «es una referencia para Salamanca. Llegó a haber una simbiosis entre ambos. Salamanca sin él sería otra ciudad».

¿Qué pasó con Unamuno tras discutir con Millán-Astray?

  • El 12 de octubre de 1936 fue especialmente intenso para Miguel de Unamuno. Después de vérselas con Millán-Astray en el Paraninfo de la Universidad «le sacaron de allí, le metieron en un coche y le llevaron a su casa, en la calle Bordadores. Era la hora de comer», explica Jesús Málaga. Después de almorzar (cocido, para más señas), Unamuno se fue al casino de la calle Figueroa. «Allí la alta sociedad de Salamanca le insulta y le dice de todo. Su hijo Rafael estaba jugando a las cartas en el piso superior. Le avisaron, bajó y trató de sacarle de allí por una puertecita que daba a la plaza de la Libertad. Unamuno se enfrentó con él y le dijo que nunca ha salido por la puerta de los carros» y que no iba a hacerlo entonces, así que «se marchó por la puerta principal» y sin esconderse.

Unamuno canalizó su influencia a través de la Universidad, de la que fue rector a partir de 1900 y a la que rescató de un posible cierre. El centro de estudios vivió «un siglo XIX muy preocupante. Estuvo a punto de desaparecer. Llegó a tener dos facultades -Derecho y Filosofía y Letras- y menos de 100 alumnos». Las facultades de Ciencias y Medicina «sobrevivieron gracias al Ayuntamiento y la Diputación. Unamuno llegó en el peor momento y es el personaje que logró que la ciudad reviviese».

Y Salamanca «fue consciente de la llegada de Unamuno» y de su labor en el centro de estudios. «Salamanca puede ser una ciudad bastante desagradecida y dura. Hay grandes personajes sin ningún recuerdo, como Juan del Enzina, del que no hay ni una escultura, pero eso no pasa con Unamuno. A algunos personajes sí se les recuerda. Hay otros así, como Fray Luis de León».

El vínculo de la ciudad con el rector se ha conservado a través de las décadas. Además de las estatuas y el medallón, cada 31 de diciembre (fecha de su deceso) la ciudad realiza un homenaje floral en su memoria.

Miguel de Unamuno «fue un hombre muy polémico. Era creyente, pero combativo contra la iglesia, y era progresista. En Salamanca conviven dos mundos, uno conservador y otro progresista. Ha sido una ciudad que ha transmitido las esencias más ortodoxas del conservadurismo y también contestaciones muy fuertes». Y Unamuno vivió los años más turbulentos de la historia reciente. Murió con la Guerra Civil recién empezada y bajo arresto domiciliario, pero ya había dejado su huella en la ciudad.

Jesús Málaga repasa algunas de aquellas historias y anécdotas, como el enfrentamiento de Unamuno con el obispo de Salamanca o la proclamación de la República en la Plaza Mayor, con Unamuno en el balcón del Ayuntamiento al lado del alcalde Prieto Carrasco. Éste sería fusilado al comenzar la Guerra Civil. Otro amigos de Unamuno, como el pasto protestante Atilano Coco, sufrirían el mismo destino.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios