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Asistentes a la reunión que tuvo lugar en la mañana de ayer en Palaciosrubios.J. HOLGUERA
Primeros pasos de la futura comunidad de usuarios de aguas subterráneas

Primeros pasos de la futura comunidad de usuarios de aguas subterráneas

Cerca de cuarenta agricultores de la zona noreste de la provincia con derecho de riego se reunieron ayer para debatir la creación de dicha agrupación

Jorge Holguera Illera

Miércoles, 20 de enero 2016, 12:15

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El salón de actos de la Cooperativa San Isidro de Palaciosrubios fue el lugar elegido ayer por cerca de una cuarentena de agricultores, posibles interesados en constituir lo que sería la futura comunidad de usuarios de aguas subterráneas de la zona. En principio, agricultores con derechos de riego de la Confederación Hidrográfica del Duero de términos municipales como Cantalapiedra, Palaciosrubios, Villaflores, Poveda de las Cintas, Aldeaseca de la Frontera, Zorita de la Frontera e incluso otros cercanos como el de Villoria, podrían conformar una de las primeras comunidades de usuarios de aguas subterráneas de la provincia de Salamanca. Eso sí, por detrás de la comunidad de usuarios de Cantalpino, que fue la primera en crearse y con el apoyo de la Confederación Hidrográfica del Duero, ya que en su día apoyó a la misma para demostrar a los demás que la puesta en marcha de estas agrupaciones era algo viable. En esta zona del noreste de Salamanca se riegan parte de las parcelas existentes de dos acuíferos, el denominado Tierra del Vino y el de Tierras de Medina.

En la charla de ayer se habló de los orígenes de esta necesaria agrupación de propietarios en comunidades, ya que para ellos sería algo muy ventajoso, también para la propia Confederación Hidrográfica del Duero, aunque a tenor de lo desvelado ayer por los agricultores está Administración «no tiene nada claro».

Volviendo atrás en el tiempo, hace unos años, la Confederación se encargó de impartir unas charlas en diferentes localidades, por poner fecha, en Cantalapiedra se llevó a cabo el 19 de mayo de 2014. En las mismas la conclusión clara es que «hay que constituirse en comunidades de regantes». Además, aseguran que desde la Administración «se ponen unas trabas a quienes no forman parte de una comunidad de regantes», según se pudo extraer ayer de la reunión entre esta cuarentena de personas con derechos de riego.

El trasfondo de todo el tema viene de hace tres décadas y el argumentario está en el necesario control del agua porque «el acuífero ha bajado en los últimos años y si sacamos más agua de la que entra llegará un día que no tengamos nada que sacar», explicaron. Para que esto empezara a ser una realidad, hubo un cambio de leyes en 1985, cuando según se anotó ayer, «en vez de transcribirse todo lo que había previamente se obligó a los usuarios a inscribirse durante tres años, más una prórroga». Quien no lo hiciera entonces tendría que legalizar su situación «por vía judicial». Ante esta situación y con la Ley de Aguas en vigor hay que adscribir la superficie que se riegue a los derechos.

Los agricultores tienen la necesidad de rotar los cultivos y con ello, cambiar de lugar de riego, algo que ahora es difícil de legalizar si no se forma parte de una comunidad. Esta es una de las ventajas que obtendrán quienes formen parte de esta futura comunidad. Además podrán controlar el agua y los derechos de una manera más eficaz, pues así podrá haber trasvases de derechos por temporada de riego entre los propietarios de la comunidad. Todo ello originará una burocracia más ágil, porque gracias a la comunidad, «tramitar lo de todos los propietarios llevará el mismo tiempo que lo de cada uno de forma individual», afirmaron ayer. De hecho, según se pudo escuchar en la reunión, la Administración se lo pone más fácil a las comunidades de regantes que a los propietarios particulares.

Esta reunión de agricultores llega después de otra que los mismos realizaron el pasado año y en la que no se llegó a ningún acuerdo. No obstante, este año hay más voluntad e incluso una hoja de ruta por parte de estos profesionales del campo, que están muy preocupados con hacer las cosas bien y poder seguir viviendo de su trabajo sin continuos enfrentamientos con la Administración ni miedos a poder ser penalizados.

Los labradores se encuentran descontentos porque consideran que ésta es una tarea de la Administración, aun así se están uniendo para dar pasos hacia adelante y llevar a cabo un trabajo que debería competer a la Confederación Hidrográfica del Duero y no a ellos. Es decir, van a ser los concesionarios de riego los que van a dar los pasos oportunos.

En principio, en quince días se van a organizar para la puesta en marcha de esta comunidad. Para ello, primero se van a reunir en la Administración con la persona apropiada, ya que no está muy claro cómo se ha de llevar a cabo. «Hablas con un jefe de servicio y te dice una cosa, hablas con un guarda y te dice otra; son muchísimas personas, muchísimos organismos y no hay unidad de criterios; no te dicen podéis constituirla así o de otro modo», se quejaban ayer. A la reunión acudirán acompañados de una abogada especialista en comunidades de regantes y con una serie de preguntas preparadas previamente. Después intentarán confeccionar los estatutos de la nueva comunidad de regantes.

Para la puesta en marcha de la misma ya han solicitado que los agricultores interesados en formar parte de esta nueva comunidad de regantes se pongan en contacto con la Cooperativa San Isidro de Palaciosrubios o con su Ayuntamiento para hacer entrega de la documentación oportuna para formar parte de la misma.

El siguiente paso será la formalización de un preacuerdo para empezar a funcionar. Y antes de constituirse como comunidad, van a dejar pasar dos o tres meses para que se adhieran los agricultores concesionarios de derechos de riego que quieran, ya que una vez constituida, la Confederación no permite que puedan formar parte de la misma más agricultores.

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