Las lluvias de la semana pasada sacan las vertederas al campo salmantino

La pasada semana las lluvias dejaron una media de 30 litros por metro cuadrado en localidades como Villoruela, Babilafuente o Villoria. Más al noreste de la provincia, en Cantalapiedra y Cantalpino, las precipitaciones fueron muy similares.

Este factor ha favorecido la puesta en marcha de forma generalizada de esperadas labores en profundidad como es el caso de la vertedera.

Y es que este otoño los agricultores no han podido trabajar el terreno de la manera deseada debido a la sequía que mantenía el suelo duro. Así, las primeras siembras de septiembre y octubre se han retrasado hasta casi mediados y casi finales de octubre en la mayoría de los casos, a la espera de unas precipitaciones que no llegaban.

Este año, en las zonas cerealistas salmantinas no ha llovido en septiembre como suele ser habitual y necesario para sembrar a posteriori los barbechos que normalmente se cultivan de trigos y para emprender las labores de preparación del terreno que permitan sembrar los cereales de ciclo más largo con el terreno de manera apropiada, es decir con lo que se conoce como tempero.

Ahora las lluvias son agradecidas por los labradores aunque son conscientes de que ya no orea tan rápido como en septiembre y octubre.

El terreno blando hace que los agricultores aprovechen para profundizar de manera deseada las superficies sin sembrar, porque la mayoría de lo que ya está nacido y verdea ha sido cultivado con laboreos mínimos, de gradas de discos y cultivadores generalmente, salvo en casos excepcionales como los de agricultores que han podido regar el terreno para realizar esas roturaciones del mismo.

Por eso se han visto muchos tractores arando a vertedera en los campos este final de semana pasada, aprovechando el buen tiempo y que el terreno se ha oreado tras la treintena de litros por metro cuadrado que ha dejado el cielo a primeros de la semana pasada.

Ahora es un buen momento para estas tareas aprovechando este tiempo primaveral de temperaturas suaves y clima agradable que deja el que denominan veranillo de San Martín.