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El cuadro tiene unas dimensiones de tres por dos metros, aproximadamente, y ocupa buena parte del techo de la ahora óptica.
Un pintor y una historia para el cuadro del techo en la óptica San José de Peñaranda de Bracamonte

Un pintor y una historia para el cuadro del techo en la óptica San José de Peñaranda de Bracamonte

Creada por Mariano de la Fuente en 1890, esta pintura de techo representa una farmacia de finales del siglo XVIII

Cecilia Hernández

Jueves, 24 de septiembre 2015, 12:59

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Dos majas vestidas a la moda goyesca asisten, con el recato propio de la época, a las explicaciones del médico que parece tomar el pulso a una de ellas, mientras el boticario observa la escena. Ambas féminas muestran sus pies por debajo de la falda, máximo atrevimiento al que llegaba una mujer en el siglo XVIII. En primer término, un gran almirez y una garrafa revestida de paja y, algo más allá, un cuadro de la Virgen del Socorro, advocación muy apropiada para el ambiente farmacéutico en el que se inspira la imagen. Una pintura de techo de grandes dimensiones que pasa desapercibida para la mayor parte de los clientes de la Óptica San José en Peñaranda de Bracamonte. Acostumbrados a su presencia, los peñarandinos no reparan en la historia que hay detrás de esta obra de arte, vestigios que con paciencia ha rastreado el propietario de la óptica, Miguel Ángel Jiménez.

Creada en 1890, cumple en este 2015, por tanto, 125 años esta pintura sin cambiar de ubicación, situada en lo que a finales del siglo XIX fue una farmacia y después un consultorio médico. Desde el año 1954 el local es la óptica San José.

La Voz de Peñaranda

«En un principio pensamos que el autor, Mariano de la Fuente, era de por aquí, porque ese es un apellido común por la zona», explica Jiménez. La primera pista apareció en el periódico La Voz de Peñaranda, en un pequeño artículo fechado el 2 de marzo de 1890. En los ejemplares que se guardan en la Biblioteca Municipal se puede comprobar cómo, en aquel día, el cronista alababa el «artesonado que se va a colocar en la nueva farmacia de nuestro amigo don Segundo Primo, obra debida al pincel del reputado artista don Mariano de la Fuente, que representa una farmacia a finales del siglo pasado». Pasaba después el redactor de La Voz de Peñaranda a describir «con gusto» la escena y a los personajes «magistralmente dibujados».

Continuando con la investigación y recabando la ayuda de Jesús Urrea, presidente de la Real Academia de Bellas Artes de Valladolid, Miguel Ángel Jiménez logró descubrir que Mariano de la Fuente nació en Palencia de 1856 y murió en Salamanca en 1916. Fue discípulo de José Martí y Manso en la escuela de Bellas Artes de la Purísima Concepción de Valladolid y empezó a darse a conocer en 1880, tomando parte en concursos y certámenes artísticos. Así logró alzarse con varios premios gracias a sus marinas y paisajes, estilos en los que alcanzó gran fama.

En 1886, y a instancias de la Academia vallisoletana, obtiene una pensión del Ayuntamiento de Valladolid para viajar a Madrid con el objetivo de ampliar sus estudios, durante tres años, en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando. Tras este periodo de formación se dedicó a viajar y a pintar paisajes de Cantabria, Alicante y Normandía, regresando a Valladolid en 1895. Allí fundó una sociedad artística junto al pintor cubano Gabriel Osmundo Gómez, denominada La decorativa, iniciándose en los trabajos de ornamentación en locales de sociedades privadas o públicas.

En Valladolid esta sociedad se ocupó de la restauración y escenografía del teatro Lope de Vega, de la decoración del salón de la Academia de Caballería, así como del Círculo Mercantil e Industrial y de otros lugares como el Café Suizo. De igual modo, pasó un tiempo en Salamanca, donde falleció. Entre los años 1888 y 1889 realizó los monumentos para exposición en Semana Santa de la iglesia conventual de San Esteban, capilla del hospicio provincial y parroquia del Carmen. En Salamanca también expuso sus marinas y paisajes en el gabinete fotográfico de su amigo Venancio Gombau.

A dos manos

Precisamente su fama como paisajista hace creer que en la elaboración del cuadro de la óptica peñarandina también intervino Gabriel Osmundo Gómez, cuyas iniciales figuran encima de la firma de Mariano de la Fuente.

«Es probable que De la Fuente pintara la escena y que fuera Gómez quien se ocupara de las caras de los personajes, ya que tenía mucha fama como retratista», explica Miguel Ángel Jiménez. De hecho, es sabido que Osmundo Gómez desde 1890 se dedicó de lleno a la pintura decorativa, creando, con gran realismo, varios cuadros de género y costumbres.

La escena representada en la hoy óptica peñarandina de la plaza de España es una copia de un grabado realizado por el pintor y farmacéutico catalán José Llovera y Bofill que representa la farmacia que tuvo su padre en el Mercadal de Reus, Tarragona. Llovera, muy influenciado por Goya, trasladaba al lienzo escenas y costumbres de la vida elegante de su tiempo, siendo su temática preferida las escenas populares, con especial protagonismo de la mujer con mantilla, en una idealización de los tipos de belleza de la época.

Este grabado se encuentra recogido en la obra Farmacias de España, donde lo halló Jiménez. Según la descripción, el cuadro muestra una escena costumbrista, con las mujeres como centro, pero sin descuidar un riguroso repaso de la procesión farmacéutica de entonces. Mientras el médico toma el pulso a una de las damas, la otra asiste a la escena con abanico desplegado y el boticario se prepara para intervenir mientras pesa en la balanza una medicina.

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