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Cada mañana se preparan las tarteras con la comida que se va a repartir ese día en la furgoneta de Adecasal.
200 kilómetros de trayecto para repartir alimento a los mayores

200 kilómetros de trayecto para repartir alimento a los mayores

F. J. REbollero

Sábado, 27 de junio 2015, 14:05

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Desde hace siete años, la asociación Adecasal (Asociación de Desarrollo del Campo de Salamanca y de la Comarca de Ledesma), dedica parte de su actividad social a la ayuda a personas mayores de los pueblos aledaños a Ledesma con dos tipos de acciones: por una parte, acercan a los habitantes de las diferentes localidades de la comarca de Ledesma el servicio de limpieza que, durante una hora a la semana, les ayuda en las labores de mayor necesidad en sus casas. Por otra parte, la labor que mayor trabajo les supone es la de acercar durante los 365 días del año a todo el que lo desee la comida para que los ancianos «puedan vivir el mayor tiempo posible en su hogar sin tener que acudir a una residencia», como aclaran desde la organización.

A las ocho de la mañana comienza la jornada laboral de las dos mujeres que se dedican a preparar el catering, Inés García y Rita García en un turno y Ana González y Vicky Portilla en el otro, en Sardón de los Frailes. Cada día realizan diferentes platos atendiendo a las necesidades de los comensales: baja en grasa y en sales y teniendo en cuenta también los diabéticos que hay que reciben la comida a domicilio y las diferentes intolerancias alimentarias que tienen. También trituran la comida a todo aquel que no puede morder para que pueda utilizar el servicio como los demás.

Durante más de dos horas preparan la comida y cuando llega Paz Juan, la conductora de la furgoneta del reparto, o Isabel Pérez que es la conductora que sustituye a la primera durante los días de descanso, acercan el pan que se realiza en la panadería de Monleras con diferentes harinas atendiendo a las necesidades de cada mayor y se terminan de cerrar las tarteras metálicas que la Asociación ha comprado para que la comida le llegue a los mayores caliente y lista para poder ser comida a la hora pertinente. Dos platos, una ensalada cuando toca y una pieza de fruta o un lácteo de postre. Les entregan a los mayores el maletín con el alimento del día y recogen el del anterior, haciendo de esta forma que los usuarios tampoco tengan que fregar los utensilios utilizados.

Durante unas tres o cuatro horas Paz Juan se dedica a ir de pueblo en pueblo para dejar a cada uno su maletín, dependiendo de cuantos pueblos haya con usuarios, puesto que pueden decidir si quieren o no recibir ese día la comida avisando a la Asociación o a la misma conductora el día anterior.

36 usuarios diarios son los que atienden en Adecasal con su servicio de entrega de comida a domicilio para el que realizan una ruta de unos 200 kilómetros durante la mañana. Todos con más de 65 años o con una discapacidad de más del 65% reconocida; cada uno con su historia, como recuerda Paz Juan mientras comienza su ruta. Historias de personas que se niegan a dejar sus orígenes e ir a vivir a una residencia o con sus hijos porque se ven lo suficientemente fuertes como para tener que dejar su casa y que, gracias a Adecasal, tienen mayores facilidades como para poder conseguir su objetivo de no salir del pueblo. A Paz Juan, siempre le toca solucionar algún problema a los mayores que, en algunas ocasiones, a la única persona a la que ven al cabo del día es a ella, la conductora de Adecasal que les lleva la comida.

Según cuentan desde la organización, para aquellos mayores que viven solos y en la noche de Nochevieja o de Nochebuena estén solos, se les hace una cena especial con dulces típicos de la época para que puedan disfrutar mejor de las fechas tan señaladas.

«La asociación nos ayuda a que Efrén pueda comer todos los días y hacerlo de una manera en la que su salud no se vea perjudicada; cuando la gente envejece necesita mayor número de cuidados que cuando es joven, es lo malo de ir haciéndose mayor» señala Felipa, la cuñada de Efrén Martín, uno de los usuarios del servicio y habitante de la localidad de Monleras.

Agustín, de Villarmayor, asegura que «con el otro catering la comida era peor pero desde que se hace desde Sardón de los Frailes estoy muy contento con todo».

Recorrido y financiación

En total, este servicio recorre 15 municipios, para atender a 36 usuarios. La ruta empieza en Sardón de los Frailes, donde hay una persona que cada día recibe su comida gracias a Adecasal. También un usuario hay Villaseco de los Gamitos, en Zamayón, en El Arco, en Rollán y en Añover. En El Manzano, Juzbado, Palacios del Arzobispo, Ledesma, Torresmenudas y Tremedal hay dos usuarios del servicio en cada uno. Villarmayor y Santiz tienen tres personas que se benefician del servicio y, por último, Monleras es el municipio en el que más personas se atienden, con 12 usuarios.

Cada una de las comidas que reparte Adecasal a través de este servicio cuesta 9 euros, aunque los pueblos que están adscritos al programa ayudan financiando un 30% del coste. Además, la Diputación de Salamanca se hace cargo de un porcentaje estimado teniendo en cuenta la capacidad económica de cada usuario en función de la pensión que recibe. De este modo, el coste mínimo para el usuario cuando su localidad financia el 30% que tenga una pensión inferior a 600 euros mensuales es de 1,80 euros.

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