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Jorge Holguera Illera
Martes, 2 de junio 2015, 13:06
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El apoyo educativo es fundamental para la prosperidad de los jóvenes en edad escolar. Pero muchas veces este no es posible por diversas circunstancias que impiden a muchos jóvenes contar con las mismas ventajas que otros compañeros más afortunados.
Con el fin de ayudar a sobrellevar el curso aprovechando el mismo al máximo, en el centro juvenil de la Parroquia el Milagro de San José se imparten clases de apoyo cada semana.
El jesuita Quique Gómez-Puig, encargado de llevar el centro juvenil de esta parroquia, situado junto al colegio San Estanislao de Kostka de Salamanca, explica que esta labor solidaria comenzó en síntesis con el anterior párroco, Alberto Plaza y el «empuje»de Adelaida Martín y Mari Ángeles Martín, dos profesoras jubiladas que detectaron que algunos niños necesitaban apoyo escolar y no lo tenían. Ahora la acción continúa siendo apoyada por el actual párroco, Pablo Veiga.
Tal y como explica el jesuita Quique Gómez-Puig, ambas profesoras, que además son hermanas, se encargaron de animar a otros docentes jubilados para que apoyaran en esta productiva labor. Al principio eran cuatro profesores y entre una decena y una quincena de alumnos. En aquellos momentos estas clases de apoyo que imparten cada lunes, martes y miércoles en horario de 17 a 19 horas son impartidas por entre 15 y 20 profesores y a ellas acuden más de 60 alumnos.
Éxito
Esta labor de apoyo escolar fundamental para el éxito de muchos niños lleva en funcionamiento cinco años. El aumento de profesores ha sido posible gracias a los voluntarios de la Red Ignaciana de Solidaridad, RIS, que se han sumado a esta iniciativa con el fin de ayudar a a hacer posible que los chavales que no pueden tener clases particulares por falta de recursos, o a los que sus padres no puedan ayudar, tengan las mismas ventajas y posibilidades que el resto.
Quique Gómez-Puig destaca que no sólo pretenden ese refuerzo educativo, sino también enseñarles a organizarse y sobre todo transmitirles unas cuestiones fundamentales para la vida, entre las cuales, este jesuita pone como ejemplo, «valores, disciplina, trabajo, orden, constancia y respeto».
La organización de estas dinámicas de apoyo está perfectamente organizada. Por ejemplo, cuentan con profesorado específico para materias como matemáticas, inglés, física. De esta manera pueden centrar la ayuda en la carencia que presente cada alumno en un momento dado.
En un principio comenzaron con alumnos del colegio, después del barrio y ahora incluso acuden de otras partes de la ciudad.
El resultado de esta iniciativa viene siendo un éxito desde sus inicios, como ejemplo, Gómez-Puig pone que «había niños que no tenían disciplina y van sacando todos sus estudios adelante, formación Profesional e incluso carreras universitarias», indica. Este resultado positivo es un factor que enorgullece a sus docentes.
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