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Obras de reforma de un edificio en el centro de la ciudad.
Los constructores calculan que aún faltan por vender unas 1.700 viviendas nuevas

Los constructores calculan que aún faltan por vender unas 1.700 viviendas nuevas

Es una cantidad «asumible», siempre que el mercado del ladrillo acabe por estabilizarse

DANIEL BAJO / WORD

Viernes, 29 de mayo 2015, 13:18

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La crisis está a punto de cumplir 7 años. A lo largo de 2008 se dieron los primeros síntomas y en septiembre de aquel año la economía entró en una espiral de desconfianza de la que aún no ha salido y que ha dejado muchas víctimas por el camino. La primera fue el ladrillo. En aquellos años se construyó más de lo que el mercado podía absorber y hoy en día aún quedan remanentes.

El último informe de coyuntura económica de la Confederación Española de Asociaciones de Fabricantes de Productos de Construcción (Cepco), fechado en abril, calcula a cuánto asciende el stock de viviendas nuevas que aún existe en nuestro país y cuántas había en 2009, justo cuando la crisis comenzaba a manifestarse con fuerza y el mercado estaba atestado de pisos y urbanizaciones.

Según dicho estudio, a finales de 2014 había 3.410 viviendas nuevas esperando comprador en Salamanca. El informe advierte de que no pretende «precisar el número exacto de viviendas», sino dar «una aproximación» y «analizar una tendencia a lo largo de la serie histórica».

La segunda parte del informe asegura que el stock acumulado en 2009 ascendía a 6.029 residencias nuevas. El remanente actual es un 45% inferior al que había hace seis años, teniendo en cuenta que durante este periodo de tiempo se han seguido levantando edificios residenciales a un ritmo muy inferior al de antes de la crisis. La construcción no se detuvo: se frenó y dio tiempo al mercado a reajustarse.

La asociación de empresarios salmantinos de la construcción (Aescon) maneja datos distintos a los de Cepco. Su presidente, Manuel Prieto, calcula que el stock de viviendas nuevas ronda las 1.700, de las que unas 600 estarían ubicadas en la capital. Casi todas las restantes están en el alfoz. Los pueblos en torno a Salamanca crecieron considerablemente durante las vacas gordas de la construcción. «Los datos suelen ser dispares por el uso de distintas fuentes», afirman para explicar por qué sus datos son tan diferentes de los que manejan los fabricantes de productos de la construcción. Éstos usan datos del INE, Fomento y los arquitectos técnicos. Aescon realiza encuestas entre los constructores y promotores locales cada pocos meses.

Cifras asumibles

Según los empresarios salmantinos, el stock acumulado de viviendas nuevas en la provincia no sería un problema. O en todo caso, no sería un problema muy importante. Es una cantidad «normal y apropiada», sobre todo teniendo en cuenta que hace algunos años «llegó a haber más de 5.000 viviendas» nuevas esperando un dueño. «Habrá algunas que costará mucho vender o que no se venderán hasta dentro de muchos años, que están en mala situación... y la ubicación es fundamental» para darles salida.

Las 1.700 viviendas nuevas que, calculan, aún restan por vender son «una cifra asumible en circunstancias normales», aunque hay que darle tiempo al tiempo para que las circunstancias vuelvan a ser normales. «Es un poco pronto. El mercado está empezando a reactivarse», afirman.

¿Qué falta? Lo primero, empleo «que parece que poco a poco se va recuperando». Después que el crédito vuelva a fluir «con normalidad para los particulares y las empresas y que poco a poco los bancos vuelvan a confiar en el sector».

El tercer requisito es que se agote el stock «aunque siempre hay algo latente. Siempre hay un remanente». Y finalmente, «que haya estabilidad».

Cuando se den las cuatro exigencias se podrá decir que el mercado se ha equilibrado definitivamente. Eso sí, el sector no quiere ni volver a oír hablar de una fiebre por el ladrillo como la que había antes de la crisis, porque aún estamos digeriendo aquel atracón.

Mejores sensaciones

Con un poco de luz al final del túnel, los constructores ya «no tienen la sensación de que todo va para abajo. Se ha quitado el miedo. Estamos en un momento de estabilización de precios, las ventas no disminuyen, el empleo parece que empieza a funcionar... todo influye», comentan. Además, aseguran que aunque la obra pública no está en los niveles pre crisis, sí está remontando. «No son datos negativos. No son del todo positivos, pero no son negativos», comentan en Aescon. «Antes había más paro y menos ventas. El golpe más duro ya ha pasado».

Las empresas constructoras también van camino de levantar cabeza. ¿Cuánto tardarán? «En Salamanca la crisis tardó más en llegar y tardaremos más en recuperarnos y en volver a la normalidad», apuntan fuentes de Aescon. «Pero no será como antes del boom de la construcción». Calculan que «unas 1.500 viviendas al año puede ser una cifra razonable» para hablar de recuperación plena, «pero no lo de antes de la crisis», insisten.

El Ministerio de Fomento publica cada mes cuántos visados de dirección de obra nueva se han aprobado. Estos visados son necesarios para levantar nuevas viviendas, ampliarlas o reformarlas. Los últimos datos son de febrero. En lo que llevamos de año se ha dado el visto bueno a 65 visados, de los que 31 correspondían a edificios de viviendas unifamiliares y 34 a reformas.

Como dato orientativo, en todo el año pasado se concedieron 599 visados de obra (411 para nuevas construcciones). Están lejos de los 1.350 de 2010, pero los profesionales confían en que 2015 y 2016 saquen definitivamente al sector de una crisis demasiado prolongada.

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