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Aspecto de los parajes cercanos al Puente Romano, con los servicios portátiles instalados por el Ayuntamiento junto a los cubos de basura.
Los salmantinos se entregan con fervor a la celebración del Lunes de Aguas

Los salmantinos se entregan con fervor a la celebración del Lunes de Aguas

Miles de jóvenes se reúnen en el entorno del Puente Romano para el ya tradicional botellón

Cecilia Hernández

Martes, 14 de abril 2015, 12:47

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Con calima en el cielo y algo de viento que, en ocasiones, se tornó en molesto acompañante, los salmantinos honraron como se merece a la tradición del Lunes de Aguas y celebraron, una vez más, el final de la Cuaresma y la Pascua y el adiós a la abstinencia. Como en años anteriores, la fiesta se dividió entre su versión más familiar, protagonizada por familias con niños y lo que se ha convertido en costumbre desde hace algunos años, la gran concentración en el entorno del Puente Romano. Una reunión de jóvenes universitarios en el que el hornazo cede el estrellato a otros productos más espirituosos y que sirve de introducción para los estudiantes extranjeros en las tradiciones más arraigadas de la ciudad. No en vano esta fiesta era propia de los estudiantes de otros siglos, que festejaban la vuelta de las costumbres más licenciosas a sus vidas tras la férrea penitencia de la Cuaresma y Semana Santa. Eso sí,ver el Puente Romano convertido en botellódromo no es del gusto de muchos salmantinos que denuncian el maltrato al patrimonio y al entorno natural.

Al caer la tarde de ayer, algunas nubes empañaron el límpido cielo, algo oscurecido también a causa del polvo en suspensión del desierto. Esto no impidió que la merienda continuara sin incidentes, en especial en la zona de la Aldehuela, donde se concentraron miles de personas, aprovechando también el nuevo espacio inaugurado hace unas semanas por la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, que va desde el puente Juan Carlos I hasta la potabilizadora. Del mismo modo, el parque del Zurguén contó con mucha presencia de público, ya que un gran número de personas aprovecharon la festividad popular para acercarse a conocer la nueva zona pública en la ribera del Tormes, que cuenta con juegos infantiles y un auditorio.

El Ayuntamiento reforzó las zonas con mayor afluencia de público con motivo de esta festividad local, como la Aldehuela, el Monte de Utilidad Pública, la zona de los chiringuitos , los Jerónimos, el paseo Fluvial, los parques Miguel Delibes y Elio Antonio de Nebrija, junto a Salas Bajas, la zona del Arroyo del Zurguén y Huerta Otea.

Empanadas, tortilla y el tradicional hornazo, en su versión clásica pero también en otras más modernas o asequibles para aquellos, por ejemplo, que no comen carne, fueron los alimentos más repetidos en las tarteras de los participantes en esta fiesta, que hace muchas décadas ya trascendió de los límites de la ciudad para celebrarse en localidades cercanas e, incluso, en algunos municipios de la provincia de Ávila. Eso sí, en estos lugares la esencia del hornazo se ha perdido y las familias simplemente mantienen la tradición de pasar un día de campo. Los salmantinos también se trasladaron a pueblos y parajes de las cercanías de la ciudad, como Valcuevo, Villamayor, desde la depuradora hasta Puente Gudino. A ellos se suman localidades como Carbajosa de la Sagrada en el Prado de la Vega o Buena Madre donde se celebra la festividad de Nuestra Señora de los Remedios o, algo más alejada, Villoria.

Ciudad vacía

Siguiendo la línea marcada por la devoción popular a la fiesta más pagana de todas las que se celebran, la actividad de Salamanca redujo considerablemente su marcha durante la tarde de ayer y las calles presentaban un inusual aspecto vacío, casi fantasmagórico. Los obradores, no obstante, siguieron vendiendo hornazos hasta bien entrada la tarde pues aquellos que, por circunstancias, no pudieron celebrar el día en el campo no quisieron perderse la oportunidad de saborear uno de los bocados más salmantinos que existen. No hay Lunes de Aguas sin hornazo, aunque cada vez más haya hornazos sin Lunes de Aguas, pues son muchos los que visitan la ciudad y se llevan el preciado manjar como recuerdo.

Con la caída del sol, llegó el momento de regresar a casa. Fue entonces cuando se pusieron en marcha los 60 operarios de las empresas concesionarias del Servicio de Limpieza y del mantenimiento de parques y jardines, junto a la entidad de economía social La Encina, que se encargaron de la limpieza de las zonas más concurridas y de que hoy por la mañana todo esos entornos estuvieran como si nada hubiera pasado.

Vea las fotos en las galerías de www.elnortedecastilla.es

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