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Participantes en la XXIIIConferencia de Decanatos de Letras, que finalizó ayer en el Aula Magna de Filología.
Los decanos de Letras rechazan el decreto 3+2 y la moratoria acordada por los rectores

Los decanos de Letras rechazan el decreto 3+2 y la moratoria acordada por los rectores

Piden un pacto de Estado que garantice rasgos mínimos y homogéneos entre las universidades y mayor autonomía frente a los gobiernos regionales

Ricardo Rábade

Domingo, 22 de marzo 2015, 12:57

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Los decanos de Letras de toda España expresaron ayer su contundente oposición no solo al controvertido decreto ministerial 3+2, sino también a la moratoria del mismo, defendida por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) y que prevé aplazar la implantación de los grados de tres años de duración al curso 2017-2018. Los decanos dejaron claro que no piensan quedarse callados y avanzaron que remitirán sus quejas a los órganos de gobierno de sus universidades, a los Ejecutivos autonómicos y al Gobierno central.

El rechazo a los grados de tres años por los decanos de Humanidades enmarcó la última jornada de la XXIII Conferencia de Decanatos de Letras, que fue clausurada en el Aula Magna de la Facultad de Filología por su decano, Vicente González. Las razones de la disconformidad obedecen no solo a cuestiones económicas, como el encarecimiento de las tasas, sino también a profundas razones de calidad académica, dado que se deteriorarán notablemente los contenidos de las carreras al disponer de menos créditos. «No se puede estudiar en tres años lo que ahora se hace en cuatro y antes, en cinco», apuntó uno de los decanos.

La XXIII Conferencia abogó por un gran pacto de Estado entre las diferentes fuerzas políticas en relación a la educación superior, que «permita mantener, dentro de la diversidad, unos rasgos mínimos homogéneos para las titulaciones, independientemente de las universidades y comunidades autónomas donde se impartan», según se señala en el documento que resume las ponencias.

Los decanos también lamentaron la pérdida de 6.000 profesores durante los últimos años por culpa de la severa tasa de reposición, mecanismo que se está convirtiendo en«un instrumento encubierto a largo plazo orientado a la reducción del gasto», que desembocará en el futuro «en la desaparición de centros y titulaciones ante la falta de profesorado». Todo ello ha ido acompañado de la incorporación a las plantillas de profesores en condiciones de precariedad y con escasas expectativas debido a la acumulación de acreditados.

«La crisis económica subrayaron los decanos ha sido instrumentalizada para restringir la autonomía universitaria». Para colmo, se ha detectado un incremento del «intervencionismo» de los Gobiernos autonómicos, «unas veces directamente y otras, a través de los Consejos Sociales, que actúan como fiscalizadores de la economía» de las entidades académicas. Además, la XXIII Conferencia se posicionó contra la «campañas de desprestigio» que sufren las universidades públicas, desprestigio que también se dirige contra las Humanidades, con la reducción de sus materias en las Enseñanzas Medias.

Los decanos acordaron redactar la Declaración de Salamanca como fruto de la reunión y eligieron Oviedo como sede de la próxima conferencia. Por su parte, Filología firmó un convenio con la Facultad Pluridisciplinar de la Universidad Abdelmalek Essaadi de Tetúan (Marruecos).

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