La Plaza Mayor, una cuestión que va más allá de las tonalidades de pintura

Desde hace unas semanas parece que la atención de las instituciones se ha centrado en la Plaza Mayor. El monumento más insigne y conocido de Salamanca, sufridor de los avatares de la ciudad desde su construcción y que muestra, en muchos lugares y a poco que se afine la vista, los efectos del paso del tiempo y del maltrato al que le someten propios y extraños.

El Ayuntamiento anunció hace unos días que el alcalde se había puesto en comunicación con la Comisión Territorial de Patrimonio de la Junta de Castilla y León en Salamanca para instar a que este organismo tomara las medidas que considerara oportunas al respecto de las diferentes tonalidades que se pueden observar en las ventanas de la Plaza Mayor. Pues bien, desde asociaciones como Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio recuerdan que ese es uno de los muchos problemas que afectan al ágora, pero no el único. Sí el «más sencillo»de resolver pues se trata de «capas de pintura».

«Habría que preguntarse qué pasa con los cables que cruzan la Plaza, los toldos y otros hechos que esta asociación viene denunciando y las instituciones desoyendo desde hace tiempo», comentan fuentes de Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio. Así se puede leer también en su boletín del mes de enero, en el que solicitan que las autoridades sean «serias» y no se muestren escandalizadas ahora por situaciones que «no constituyen ninguna novedad, que afectan a establecimientos con nombre propio y que van más allá de la pintura».

De hecho, hace un año la asociación denunció la presencia excesiva e injustificada de cableado en la plaza del Mercado, junto a una cámara de vigilancia y varios aparatos de aire acondicionado, también la misma zona. Balcones que dan a los portales de San Antonio que presentan una imagen sucia y inadecuada.

Con respecto al reglamento de uso de la Plaza Mayor aprobado por el Consistorio hace unas semanas, la asociación prefiere guardarse su opinión definitiva hasta que puedan conocerlo en su integridad, ya que, por ahora, nadie les ha hecho llegar el documento.

Sí recuerdan, de todos modos, que un reglamento así no sería necesario si existiera un Plan de Gestión de la Ciudad Vieja aprobado y aplicable. De hecho, también en el boletín del mes de enero, Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio pregunta por los motivos por los que «no se volvió a saber más del Plan presentado en diciembre de 2013» y solicita que, ya que ese documento no era, a su juicio, apropiado por resultar «desfasado, selectivo y poco concreto», se comience desde cero a redactar un plan que «ponga a Salamanca a la vanguardia de la protección patrimonial mundial».