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La paciente, de 73 años, posa con el controlador portátil.
Implantan el primer ventrículo artificial a una mujer que no podía ser trasplantada

Implantan el primer ventrículo artificial a una mujer que no podía ser trasplantada

En su caso se trata de un implante de larga duración después de no responder al tratamiento llevado a cabo tras sufrir un infarto hace seis meses

Luis Miguel de Pablos

Martes, 30 de diciembre 2014, 12:05

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Hasta la fecha eran solo hombres, seis, los portadores de un ventrículo artificial, con sede en Pamplona -cuatro de ellos-, A Coruña y Valencia, y a ellos se viene a sumar ahora el primer implante realizado a una mujer, de 73 años, que por sufrir una insuficiencia cardíaca grave no podía ser trasplantada de corazón. En su caso, además, se da la circunstancia de ser un trasplante de larga duración, ya que el resto, salvo el paciente navarro, se les ha implantado uno temporal a la espera de un corazón.

El proceso que llevó a la intervención fue explicado ayer por el consejero de Sanidad, Antonio Sáez Aguado, quien, acompañado por el equipo de profesionales del Hospital Clínico, señaló que la paciente tenía una esperanza de vida «muy limitada», por lo que gracias a este implante, «podrá hacer una vida autónoma y ganará esperanza y calidad de vida».

Precisamente los problemas que de corazón que sufría la paciente, y que derivaron en el infarto hace seis meses, llevaron a los especialistas a tomar la decisión después de comprobar cómo no respondía al tratamiento. Especialistas que se formaron durante una temporada en Alemania para comprobar de primera mano los resultados obtenidos por esta técnica.

Apenas 120 gramos

El dispositivo implantado, llamado Heartware, es el ventrículo artificial de menores dimensiones, apenas pesa 120 gramos, y consta de una bomba que se ancla en el vértice inferior del corazón y se conecta a la arteria aorta. Funciona sustituyendo la función ventricular, mediante un mecanismo de flujo continuo que extrae la sangre del ventrículo izquierdo y la bombea a la arteria aorta para que la sangre pueda ser distribuida por todo el cuerpo.

A diferencia de otros dispositivos similares, éste está alojado dentro de la caja torácica y dentro del pericardio. La bomba está conectada a un controlador a través de un cable que sale a la altura del abdomen; este monitor recibe la alimentación necesaria para que la bomba funcione mediante la conexión de dos baterías o la conexión a un enchufe convencional. El controlador hace funcionar la bomba y también proporciona mensajes de texto y alarmas audibles. Es portátil y pesa alrededor de 1,5 kilos.

Se trata de una terapia utilizada en otros países como Estados Unidos o Alemania pero que en España apenas se ha utilizado hasta ahora debido a los buenos resultados del programa de trasplante cardiaco.

En los próximos años, según explicó el propio consejero, irá adquiriendo una mayor relevancia, de modo que abre además una puerta a todos aquellos pacientes que no podían recibir un trasplante de corazón por razones de edad o pluripatología.

Asimismo, vino a destacar que en la atención y seguimiento participaron profesionales de los servicios de Cardiología, Cirugía Cardiaca, UCI Cardiaca y Anestesia, con el apoyo de los servicios generales del Hospital.

Sáez Aguado señaló que esta intervención supone un «empuje» para el conjunto del Hospital y pone de manifiesto que aunque es una época en la que se habla de «recortes», se demuestra que el sistema regional de salud también es capaz de incorporar «nuevas prestaciones y de seguir trabajando» para la mejora de la calidad de vida de los pacientes.

El propio Sáez Aguado visitó ayer la habitación de la paciente y comprobó de primera mano su estado y evolución tras el implante. Esta intervención viene a tener una duración de 5 horas y un ingreso medio de 18 días, cinco en la UCI y trece más en planta. Por citar un ejemplo, el paciente intervenido en Pamplona -mismo caso que recibió un dispositivo de larga duración-, pudo ponerse en pie y caminar al día siguiente, pese a ser un caso mucho más grave que el de esta paciente salmantina. Su expediente, con diez cateterismos, siete stents y dos angioplastias(dilataciones) en las arterias coronarias, siete ictus cerebrales y otros tantos paros cardiacos, así lo atestiguan.

Un corazón más joven pero mucho más castigado que el de esta mujer de 73 años que ayer lucía sonriente junto al controlador portátil que hace funcionar la bomba. Al contrario del trasplante recibido de un donante, esta técnica aporta una serie de ventajas que de cualquier otra forma necesitaría de un tiempo para comprobar su evolución. Al tratarse de un dispositivo electrónico no genera rechazo en el paciente, y por otro lado los beneficios son inmediatos. Los testimonios de otros pacientes que han recibido un ventrículo artificial hablan de un nuevo corazón que minimiza el cansancio y proporciona mejores condiciones de vida. La adaptación al nuevo dispositivo, según los especialistas, suele ser rápida y nada traumática.

Por su parte, el jefe de Cardiología del Hospital Clínico de Salamanca, Pedro Luis Sánchez Fernández, explicó que la paciente, que había sufrido un infarto de miocardio hace seis meses, evolucionaba mal y había requerido ingresos frecuentes por insuficiencia cardiaca y tratamiento de soporte continuado y complejo. La operación duró aproximadamente dos horas y media y detalló que su evolución es «satisfactoria».

Esperanza de vida

Este dispositivo le permitirá hacer una vida normal y le proporcionará una esperanza de vida de entre 6 y 10 años.

El coste del dispositivo ha sido de unos 100.000 euros, si bien ha permitido que la mujer mejore y, económicamente hablando, se trata de un procedimiento eficiente puesto que el gasto para su implantación ha sido «muy inferior» a lo que se hubiese alcanzado con los ingresos continuados para tratar a la paciente, tal y como explicó ayer el jefe de Cirugía Cardiaca, José María González, junto al jefe del Servicio de Cardiología, Pedro Luis Sánchez. Aunque no ha sido una técnica muy utilizada ni siquiera a nivel nacional, esta intervención en el Hospital Clínico de Salamanca abre la puerta a muchos otros pacientes que estén en similares circunstancias.

De hecho, Pedro Luis Sánchez mostró ayer su voluntad de que el equipo médico implicado siga «innovando» y que esta operación no quede en un caso «único y excepcional».

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