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Dos visitantes observan los cráneos de unicornios colgados en la pared.
Lo irreal e imposible, unidos por el arte

Lo irreal e imposible, unidos por el arte

Benéitez y Alfredo Omaña funden realidad y ficción en la exposición ‘El libro de BO’

Luis Miguel de Pablos

Domingo, 23 de noviembre 2014, 12:49

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Se inició en 2010 y aún está inacabado. El libro de BO: quimeras e imposibles, la exposición que se puede disfrutar desde ayer en la galería Benito Esteban, es un proyecto inacabado y en constante evolución en el que confluyen los libros imposibles de José María Benéitez y los objetos con aire irreal de Alfredo Omaña. Una instalación conjunta en la que literatura y arte se cruzan de una forma extraordinariamente peculiar. La idea que persigue El libro de BO, Benéitez y Omaña, es un concepto de lo irreal significado de forma especial en la estantería que propone Benéitez, donde no hay libro que se pueda abrir ni leer.

Este proyecto común encuentra su origen en el verano de 2010 y se materializa, por primera vez, en julio de 2013 bajo el marco del Museo Municipal de Orense, formando parte de la exposición colectiva de título El gabinete de un aficionado. y en el que tomaba como punto de partida el libro de Georges Perec, El gabinete de un aficionado (historia de un cuadro). Ahora es la exposición El libro de BO la que gira en torno a las nociones de realidad, ficción, arte y literatura; cuestiones a partir de las que brotan muchas otras sobre la naturaleza misma del arte, las ficciones o realidades de la creación artística, su posición ante el espectador y la objetividad o fabulación de los discursos que acompañan a la obra.

La exposición que luce desde desde ayer en la salmantina galería Benito Esteban es la continuación de aquel proyecto iniciado en Orense. El punto de partida lo constituye la obra originaria, aunque conceptualmente transformada y adaptada a un nuevo espacio y contexto enunciativo. Aquella primera pieza articula la exposición en dos partes aparentemente enfrentadas, debido al carácter formal de las mismas, que sin embargo dialogan como una.

Por un lado, podemos encontrar la intervención de Benéitez, que trabaja desde una perspectiva conceptual lo imposible a través de libros-objeto que niegan su propia condición al impedir, en un primer momento, el acto de lectura. Por otro lado, el trabajo de Omaña explora la idea de lo irreal concretándolo, en esta ocasión, en forma de cráneos de unicornio. «Sorprende especialmente porque estamos acostumbrados a esqueletos de animales reales, pero no a esqueletos de animales imaginarios», apunta el galerista Juan Ramón Benito.

Elemento común en ambas propuestas es la importancia que los autores dan a la poesía, incorporando diversos textos de autores como Rilke, Ullán, García Valdés, Casariego Córdoba, López-Carballo a su trabajo.

Para Benéitez y Omaña, es en este espacio donde tiene lugar la verdadera realidad, la que va más allá de lo contemplable; allí lo irreal adquiere mayor fuerza que lo real.

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