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Una mujer zombi recibe a los participantes en el comedor del complejo.
Apocalipsis zombi

Apocalipsis zombi

Y. R. T. / ICAL

Sábado, 1 de noviembre 2014, 14:23

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Un grupo de personas llega antes de que caiga la noche al complejo turístico de Aldeaduero (Salamanca), en busca de protección ante la amenaza zombi que está sembrando el terror al otro lado de la verja. Miembros especializados del Ejército se encargan de revisar los vehículos y de comprobar que todos sus ocupantes están libres del virus que les pueden convertir en muertos vivientes. Acaban de entrar en un juego del que no saldrán en las próximas 48 horas y solo los mejores lograrán sobrevivir.

La tensión de los participantes se hace patente a medida que cae la noche. Un paseo por los alrededores del poblado desierto y sin apenas luz incrementa los nervios de los jugadores, sobre todo de aquellos que son principiantes, porque detrás de cualquier esquina puede encontrarse la amenaza. Escoltados por soldados armados, parecen estar protegidos, pero la oscuridad esconde más de una sorpresa, alguna no muy agradable.

Un zombi ensangrentado irrumpe en la cena, por lo que todos los que se encuentran en el salón huyen para evitar que siquiera les toque. Si les alcanza un determinado número de veces, quedarán eliminados, porque aunque hay una vacuna que frena la infección, solo es efectiva de forma limitada.

La empresa World Real Games es quien ha diseñado en la noche de Halloween esta actividad para la que más de 20 personas se meten en unos personajes que siembran el terror entre quienes buscan emociones fuertes. Se trata de vivir un videojuego, de ser el protagonista de una noche terror y sobre todo, de divertirse y aguantar "vivo" el mayor número posible de horas.

Una de las organizadoras, Susana Villa, explica que el juego "nunca es lineal" y las escenas dramáticas se van desarrollando también en función de cómo reaccionen los propios participantes. Cambian de rol continuamente y el final, siempre está abierto, por lo que un buen jugador puede llevar a "un gran final".

Hay disparos, sustos y tensión a partes iguales. Luchas con armas simuladas y pruebas que superar a lo largo de toda la noche y el día, porque quienes se alojan este fin de semana en Aldeaduero no podrán dormir tranquilos.

La trama les lleva por la oscuridad del campo, al interior de una iglesia o a lugares recónditos de un poblado donde no se escucha un alma, de ahí que al grupo les cueste separarse.

Pura adrenalina

Uno de los participantes, Javier Domínguez, confiesa que junto con unos amigos decidieron sumarse a esta iniciativa por experimentar esa mezcla de "miedo y diversión constante". Son 48 horas de pura adrenalina y es una experiencia que a su juicio, merece la pena vivir.

El recibimiento que tuvieron, afirma que ya fue "impactante". Encañonados con unas ametralladoras de apariencia real, fueron sacados del coche y después sorprendidos también en sus propias habitaciones por soldados armados, que tenían que revisar sus equipajes.

Itara Sieira reconoce que ella es una jugadora ya experimentada y éste es su tercer "real game". Amante de los videojuegos de zombis, Sieira destaca que esta iniciativa logra que los jugadores dejen de tener el mando, para que se vean obligados a pasar a la acción. Asegura que está mentalizada y su principal objetivo es "sobrevivir todo lo que pueda". Para todos ellos, la suerte ya está echada, porque los zombis hoy tienen sed de sangre.

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