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El alcalde de Carrascal de Barregas, Antonio Rubio (izquierda) y Joaquín Martín, concejal de Cultura, son los impulsores de la Escuela de Música.
Alumnos a todo ritmo

Alumnos a todo ritmo

La Escuela Municipal de Música de Carrascal de Barregas se creó en 2011 para dar servicio a la demanda existente en la zona oeste de la provincia

E.M. / ICAL

Viernes, 24 de octubre 2014, 13:24

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Cruzas la puerta de la escuela y te sumerges entre voces que cantan, guitarras que suenan, violines que afinan sus cuerdas y un ir y venir de alumnos que han decidido dedicar parte de su tiempo a la música. Nos encontramos en la Escuela de Música de Carrascal de Barregas, una localidad salmantina situada a ocho kilómetros de la capital y que abarca el término municipal más grande de la provincia.

Su director, Jorge Sánchez, dice que esta escuela es diferente, que está vinculada a los tiempos actuales y funciona al margen de lo que tradicionalmente entendemos por Escuela de Música. Lo habitual -asegura- es seguir las doctrinas vinculadas al Conservatorio, pero en esta escuela también tienen cabida los alumnos que quieren disfrutar de la música sin el objetivo de dedicarse profesionalmente a ello. De ahí que los alumnos puedan elegir instrumentos como la guitarra clásica o eléctrica, piano, violín, viola, batería , percusión étnica, canto moderno, bajo eléctrico o iniciación.

Resulta curioso que la Escuela de Música de un municipio pequeño como Carrascal de Barregas esté vinculada desde hace unos meses a la Trinity College London, una asociación internacional que lleva proporcionando evaluaciones que abarcan música, teatro o el idioma inglés desde 1877. De esta manera, los alumnos que quieran conseguir una titulación se encuentran más motivados, cuenta Jorge Sánchez -entusiasmado con el proyecto- ya que los que deciden pasar por la escuela lo hacen para divertirse y disfrutar, pero también con la posibilidad de obtener un título.

Alumnado variado

La escuela cuenta en la actualidad con unos cincuenta alumnos. Y lo que llama la atención es la diversidad de todos ellos. Ismael Torres -el alumno más veterano- es un apasionado de la música y decidió aprender a tocar la guitarra eléctrica hace tres años. Su afán por aprender le hace llegar cada mañana de sábado cargado de una energía que contagia al resto de compañeros. Pero también encontramos a alumnos desde seis años, pasando por jóvenes que están pensando en montar su propio grupo de música o incluso que ya lo tienen. Todos tienen cabida en esta escuela.

Una de las novedades de este curso, cuenta el alcalde de la localidad, Antonio Rubio, es el Ciclo de Actividades Musicales que se desarrollarán una vez al mes y contará con talleres, conferencias, conciertos o charlas informativas. En ellas se contará también con el Coro del Mediodía, formado por vecinos del municipio y creado años antes que la propia Escuela de Música.

Para Jorge Sánchez, la escuela es un proyecto motivador y de futuro, aunque haya limitaciones que a veces supongan dificultades añadidas. Para él, las limitaciones son siempre económicas, pero «son obvias», dice. No quiere dirigir un centro en el que por querer tener más alumnos la situación llegue a ser caótica y no se pueda controlar. «Mejor poco y bien, que mucho y mal», afirma.

Antonio Rubio incide en la calidad de la escuela y tiene claro que el objetivo es promover la enseñanza y el amor por la música entre los más pequeños y consolidarla de cara al futuro.

En Carrascal de Barregas hay cantera musical, con esta escuela, y los alumnos están dispuestos a dar mucha guerra.

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