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Fefi, Mari Carmen y Tomasa viven en Gallegos de Solmirón y han decidido formar parte de la comisión de afectados para buscar soluciones al problema de la falta de cobertura.
Los vecinos de Gallegos de Solmirón exigen una solución a la falta de cobertura móvil

Los vecinos de Gallegos de Solmirón exigen una solución a la falta de cobertura móvil

El municipio carece de una antena de telefonía y depende de la señal que llega desde otras localidades cercanas

ELENA GÓMEZ

Lunes, 20 de octubre 2014, 12:12

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Hablar por teléfono móvil en la localidad de Gallegos de Solmirón resulta toda una aventura puesto que la señal llega a algunos puntos del pueblo de manera intermitente mientras que en otros, directamente, es inexistente.

Ésta es la situación de la que se quejan los vecinos y veraneantes del municipio salmantino que ya hace un año reunieron más de 330 firmas -pese a tener menos de 150 habitantes empadronados- pidiendo una solución a su problema de cobertura móvil.

Para ellos, la solución es clara: «queremos una antena», señalan Fefi Rodríguez, Mari Carmen Díaz y Tomasa Alonso, tres vecinas del municipio que han decidido formar parte de una comisión que pretende buscar la manera de agilizar la situación para aportar soluciones.

Esta comisión, que está formada por seis personas más -relacionadas con el pueblo pero que no viven habitualmente allí-, se creó el pasado mes de septiembre, al finalizar una reunión a la que acudieron cerca de 200 personas.

En dicha reunión, según un acta de la misma a la que ha tenido acceso este periódico, se les explicó a los vecinos el proceso que se había producido en el último año, desde que se entregaron las firmas solicitando una solución al problema.

Según la misma, el pleno del Ayuntamiento aprobó «no aceptar las firmas y remitirlas a la Junta de Castilla yLeón», aunque los afectados aseguran que, al reclamarles una respuesta, desde la Junta les aseguraron que «no habían recibido las firmas, ni tampoco en la delegación de la institución en Salamanca».

Sin embargo, «dadas las relaciones personales con los promotores» de la iniciativa, les transmitieron que «en este momento no hay una línea de financiación, pero que recomiendan al Ayuntamiento que empiece a actuar y tome iniciativas para comenzar el proceso y que, cuando haya dinero pida ayudas», asegura Tomás Díaz, coordinador de la comisión.

Sin embargo, meses después, la antena sigue sin existir y la cobertura sigue dando problemas.«Vamos a exigirle al Ayuntamiento que se ponga en contacto con las compañías, o con otros pueblos que han puesto antenas, o con quien sea, para que le den solución a este problema, que evidentemente costará un poco, pero se puede sufragar con dinero de planes provinciales u otras ayudas», señala Tomás Díaz.

Sin competencias

Por su parte, el alcalde de Gallegos de Solmirón, Alberto Díaz, asegura que no es un problema de dinero, sino que «a nivel del Ayuntamiento no se puede gestionar ya que no tenemos competencia para hacerlo según marcan las ordenanzas territoriales».

Además, el alcalde afirma que, a nivel personal considera «que es necesario y soy el mayor interesado en tener buena cobertura, ya que vivo aquí los doce meses del año y, además, tengo un pequeño negocio».

Sin embargo, añade que «nos hemos puesto en contacto con las compañías, y éstas conocen el caso, pero no nos han dicho nada sobre cómo actuar».

En relación a porqué no existe antena en Gallegos de Solmirón, aunque sí en los pueblos de alrededor indica que «tengo entendido, aunque no sé muy bien cómo era, que hace unos años obligaban a las compañías a dar el servicio y se montaron todas las antenas de la zona, pero aquí debió haber algún problema y no se puso».

Contrato desaparecido

Este «problema» también es señalado por Mari Carmen Díaz quien asegura que «hace 5 ó 6 años quisieron poner una antena y, según me dijo la alcaldesa de entonces, los técnicos habían determinado que un terreno de mi propiedad era el mejor sitio, ya que cumplía las medidas de seguridad y desde allí se podía dar cobertura a todo el pueblo».

Mari Carmen comenta que se pensó la oferta y finalmente aceptó colocar la antena de telefonía en su finca. Para hacerlo efectivo «subimos mil veces con los operarios a medir todo, a asegurarnos que se cumplían las medidas obligatorias respecto a las casas y a las otras fincas», asegura, aunque algunos vecinos de las casas más próximas recogieron firmas porque la consideraban perjudicial para la salud.

Los hechos son confirmados por Tomasa y Fefi, que están presentes y se apresuran a puntualizar que «sin embargo entras en cualquier casa y tienes el microondas y mil cacharros más que sí que son malos» o que «en las ciudades te la plantan encima del edificio y nadie dice nada, tan malo no será».

El hecho es que, pese a las quejas y a las firmas en contra, el proyecto siguió para adelante hasta el punto de que «yo firmé un contrato con Movistar para colocar la antena, por la que me pagaban un alquiler del terreno ocupado, y tenía otro convenio con Orange que iban a colocar también su antena en la misma torreta».

Sin embargo, las tres señalan que «algo pasó» puesto que, según indica Mari Carmen, «se llevaron el contrato firmado por mi para que lo firmaran sus jefes o responsables, y nunca más lo volví a ver».

Además de esto, asegura que cuando llamaba para pedir explicaciones «lo único que me decían es que primero les dijeron que tenían que poner la antena y luego que no, así que no la podían poner».

Esas fueron todas las explicaciones y es que nunca le llegaron a concretar quién ni porque habían ordenado que se parara esa actuación que hubiese solucionado los problemas de cobertura del pueblo.

Ahora, años después, los vecinos se tienen que conformar con intentar rescatar los restos de las señales que llegan desde los pueblos de los alrededores, «porque somos el único pueblo de la zona que no tiene antena», señalan las tres vecinas del pueblo que se han apuntado a la comisión.

Sin embargo, aunque a veces la señal «se sube» y llega relativamente bien -sobre todo a las afueras del pueblo, aunque menos en el centro del mismo- «otros días llegan, bajan la señal, ya que lo controlan de forma asidua, y ya no nos llega nada», se quejan.

Tras unos cuantos años desde aquella primera opción de llevar la telefonía móvil al pueblo y, ante «la desinformación y el pasotismo del Ayuntamiento» los vecinos parecen haberse cansado de la situación y exigen que actúe quien tenga la competencia y la responsabilidad sobre el asunto, que según la opinión casi unánime de los que acudieron a la reunión de septiembre es el Ayuntamiento de Gallegos de Solmirón.

Mientras esto sucede, los vecinos que viven en el municipio todo el año y aquellos que acuden a Gallegos los fines de semana o en vacaciones, siguen buscando la cobertura principalmente a las afueras del pueblo, donde los edificios no suponen una traba para la señal.

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