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Las mujeres de Villaflores bailan jotas castellanas en la procesión a San Agustín.
Jotas para San Agustín en Villaflores

Jotas para San Agustín en Villaflores

Los vecinos de la localidad y visitantes asistieron ayer a la misa y procesión del día grande de las fiesta de verano

Jorge Holguera Illera

Viernes, 29 de agosto 2014, 14:40

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Después de una elegante misa concelebrada por un hijo de Villaflores comenzó la alegre procesió n en honor a San Agustín. Todos los años, cada 28 de agosto, en Villaflores hacen misa en honor a San Agustín y en torno a este día celebran sus fiestas de verano.

El día de ayer estuvo cargado de emociones desde la primera hora en que, con pereza pero con alegría, despertaron los vecinos de esta bella localidad salmantina. Se levantaran o no, las personas que pasaron noche en Villaflores despertaron a partir de las ocho de la mañana. Era la hora marcada para el comienzo de la diana realizada por la charanga Los Tocacharros por cada una de las calles de esta población.

Había que avisar a los vecinos de un acontecimiento especial. Era la misa y procesión de San Agustín. Éste no es el patrón de la localidad, pero sí recibe todos los honores merecidos por esta devota localidad.

Misa concelebrada

Uno de los párrocos de la localidad celebró la misa acompañado del hijo de la villa, Miguel Ángel, que es carmelita descalzo en Medina del Campo.

Una vez concluida la celebración eucarística salió en procesión San Agustín, una talla de madera portada por cuatro hombres, entre los cuales se encontró en alguna ocasión el propio alcalde de la localidad, Vicente González.

Encabezando la comitiva caminaban dos niños con los ciriales y un caballero con la cruz. Por detrás iban los sacerdotes y más atrás las mayordomas de la Cofradía del Santísimo Sacramento, cargo que esta año ostentan Bárbara González Martín y Jesusa Sánchez.

Una vez descendida la escalinata que da acceso al altonazo de la iglesia de San Martín, la charanga Los Tocacharros empezó a tocar jotas castellanas. Poco a poco las personas que caminaban detrás del Santo fueron colocándose delante para agasajarle con jotas bailadas con mucha energía.

El desfile comenzó con paso ligero, a medida que iba avanzando su ritmo era más lento, incluso con paradas frecuentes en algunas de las ca calles transitadas. La última vez que se detuvo la comitiva se bailó la jota más larga en la plaza.

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