Camino del Sáhara con una mochila de cariño

«Hay mucha gente que cree que a estos niños se les pone el caramelo en la boca y luego se les quita, pero no es así, ellos están deseando volver con sus familias». Ángeles Cubas, presidenta de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Salamanca, Ampusasa, definió así los sentimientos de los pequeños procedentes del Sáhara Occidental que, tras pasar 60 días con familias de Salamanca, emprendieron ayer el camino de regreso a sus hogares. Esa «gente» a la que se refería la presidenta habla de los sentimientos de los pequeños al ver nuestros modos de vida y compararlos con los suyos, pero, desde Ampusasa se quiere dejar claro, estos niños no piensan así. «Para ellos son unas vacaciones, y así se lo toman, pero, como es lógico, ahora mismo lo único que quieren es volver con sus padres y hermanos».

Es decir, no hay excusas que valgan para negar la evidencia: los muchos y buenos efectos que estas vacaciones tienen en los niños saharauis. No es sólo que escapan del fuerte calor que se vive en el desierto en estas fechas, sino que también viven los beneficios de una alimentación más variada y se les hace un chequeo médico completo.

Sin embargo, el número de familias de acogida ha descendido sensiblemente desde hace tiempo. La crisis ha tenido algo que ver, pero Ángeles Cubas remarcó ayer que, en su opinión, no es algo que tenga tanta influencia. «Lo que existe es una falta de solidaridad general, en todos los sentidos», añadió.

«Donde comen cinco, comen seis, y son niños que no necesitan grandes cosas, porque siempre dejamos claro a las familias que no es necesario realizar desembolsos fuertes». Para estos pequeño saharauis cualquier prenda de ropa que difiera de las suyas habituales ya es toda una novedad y, señalaron también desde Ampusasa, las revisiones médicas son completamente gratis.

Con estas premisas, desde la asociación salmantina se insiste en la necesidad de aumentar las familias de acogida, sobre todo para los pequeños que marcharon ayer, para los que era su primer viaje. La estación de tren de Salamanca sirvió de escenario para la despedida de las que han sido sus familia durante los últimos dos meses.