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Tractores que se pueden visitar en el Museo del Automóvil de Salamanca.
Tractores de antes y de ahora

Tractores de antes y de ahora

Antonio Domínguez López posee una colección de una decena de esta maquinaria agrícola con más de medio siglo de antigüedad

Jorge Holguera Illera

Martes, 22 de julio 2014, 11:53

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Parece imposible concebir un agricultor sin el tractor como herramienta. Hoy los grandes tractores que pueden verse en Salamanca suelen contar con cómodos asientos hidráulicos, aire acondicionado para el verano y numerosos sistemas electrónicos que hacen prácticamente imposible la intervención en la mecánica en los mismos ni su reparación por parte de sus propietarios. Todo esto era muy diferente hace décadas, cuando los tractores eran máquinas de hierro, herramientas mecánicas que obligaban al agricultor a conocer cada pieza de los mismos y cada truco para su mantenimiento.

A sus 78 años de edad, Antonio Domínguez López posee una colección de una decena de tractores con más de medio siglo de antigüedad. Este agricultor de Alba de Tormes lo fue desde que nació y hasta que se jubiló y ahora es aficionado a la puesta a punto de tractores antiguos, conoce bien este proceso de transformación. De hecho, fue partícipe de la llegada de los primeros tractores que se vieron a la provincia de mano de la concentración parcelaria, que tuvo origen en las tierras del extenso término municipal de Cantalapiedra.

Antes de esta primera agrupación de fincas, algunos ricos propietarios ya poseían maquinaria agrícola autopropulsada en España, los menos. Concretamente en Cantalapiedra, el año antes de producirse esta mejora, es decir en 1952, había tan solo 3 tractores y cinco años más tarde se podían contabilizar 28. Por entonces, Antonio Domínguez López era tan solo un niño con 16 años, pero en esos tiempos los niños ya estaban ávidos de ayudar en las tareas del campo, primero como zagales, llevando agua y alimentos a los segadores que serían sus hermanos mayores o sus padres y después, haciendo lo propio del resto de hombres de la casa. Desde entonces hasta ahora, Antonio Domínguez ha pasado por todos los procesos de modernización del campo, desde la siega a mano y el transporte de las mieses con animales, a los actuales tractores electrónicos, pasando por aquellos vehículos mecánicos autopropulsados que hoy se pueden ver en una exposición con 15 tractores mostrados en el Museo del Automóvil de Salamanca.

Nada que ver con los tractores de hoy, como los que hacen producir la explotación agrícola de Antonio Domínguez, hoy llevada por su hijo. Al trabajo con estos tractores, alude Domínguez, explicando que «es como estar en una alameda» debido a las comodidades que los caracterizan.

De este agricultor aficionado a la conservación, cuidado y mecánica de los tractores con una edad de medio siglo de antigüedad se pueden ver un Ebro Super 58 de 55 C.V. del año 1964, un Barreiros R500 de 52 C.V. del año 1966, un Allgaire Porsche AP17 de 18 C.V. del año 1963 o un Man 4N1 de 30 C.V. del año 1958.

En esta exposición también se muestran tractores como un Masey Ferguson y un Lanz Bulldog D-4090 de 40 C.V. del año 1962, ambos cedidos por Riegos del Baño, un Fendt Favorit cedido por Agroduero. Además puede verse un Fiat 211R del año 1959 cedido por José Manuel Hernández Crespo. También hay otra serie de vehículos ofrecidos para esta muestra por otros aficionados a la colección de estas piezas de grandes dimensiones como Elías Diez Hernández, Alberto Pérez del Rey, Jesús Pedraz Hernández, Florencio Ramos Hernández y Eugenio Salgado.

Todas estas máquinas de hierro, algunos con ruedas de hierro, otras con neumáticos de goma, han sido rescatadas de los desguaces, otras de un rincón en cualquier explotación agrícola, al que habían sido relegadas por su desuso al llegar a viejas. El amor de todos estos aficionados a unas máquinas que han hecho producir las tierras de cultivo para alimentar a las generaciones del siglo XX hace hoy posible una exposición que recuerda a los padres y abuelos el rugir de los motores del campo. Por ende, hace contemplar con cara de admiración, a hijos, nietos y bisnietos unos tractores que ya han sido sustituidos por máquinas más sofisticadas y que, a duras penas pueden contemplarse en contadas explotaciones donde gastan sus últimas horas de vida tirando de aperos y máquinas que también evolucionan con el tiempo, y quizá merezcan espacio en otra exposición, pero no dentro de un museo del automóvil, pues ya quedarían desencajadas de un escenario dedicado a aquellos vehículos que adquieren movilidad por sí solos, en este caso todos ellos movidos por la fuerza de un motor diesel.

Durante todo el verano y hasta el 15 de septiembre podrá contemplarse esta muestra compuesta por 15 tractores de diferentes marcas y antigüedad en el Museo del Automóvil de Salamanca. Según sus organizadores, con esta muestra «el centro quiere rendir homenaje a aquellos hombres y mujeres del campo salmantino que con sus vehículos transformaron el agro, poniendo las bases de la próspera economía agroganadera de la provincia».

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