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El ruido puede causar estragos en la salud. / archivo
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Los expertos consideran, en la víspera del Día Internacional del Ruido, que los casos de sordera como enfermedad profesional aumentarán en los próximos años

PPLL

Jueves, 22 de mayo 2014, 09:49

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Los problemas para oír a otra persona con la que se mantiene una conversación o unos ligeros pitidos que, de manera continua, se escuchan son dos señales del deterioro de la capacidad auditiva. En España, según la Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo de 2011, el 34,8% de los trabajadores asegura que el nivel de ruido al que está expuesto es molesto, elevado o muy elevado. Los trabajadores expuestos a un nivel de ruido elevado o muy elevado son el 10% del total, pero representan el 21,6% en la industria y el 21,8% en la construcción.

El ruido es el sonido no deseado, molesto y perjudicial. Por ejemplo, los 100 decibelios de una motosierra, los 110 de un concierto de rock, los 115 de una motocicleta están en definidos como ruidos que causan lesiones si no se protegen los oídos con cascos o tapones especiales, fabricados con distintos materiales dependiendo de la actividad a desarrollar.

Durante una jornada organizada por Alain Afflelou Audiólogo con motivo del Día Internacional del Ruido que se celebra este jueves, el ingeniero industrial y perito de Asepeyo, Juan Carlos Curiel, ha explicado que la mayoría de los trabajadores que se consideran expuestos a niveles de ruidos elevados refieren que es obligatoria la utilización de protectores auditivos en su puesto. Los obreros industriales, mecánicos de taller, trabajadores de la construcción, minería, la industria en general y los conductores de vehículos son los sectores profesionales más afectados por problemas auditivos debido a su exposición al ruido.

Sin embargo, según Curiel, durante 2012 solo fueron reconocido 16 casos de hipoacusia sordera- como enfermedad profesional, doce de ellos en la industria. A juicio de este experto, como el deterioro es progresivo, el propio trabajador no lo enfoca desde la perspectiva laboral y deriva su caso a la medicina asistencial.

La legislación vigente obliga a aquellos trabajadores expuestos a niveles de decibelios entre 87 y 140 están obligados a usar protectores auditivos individuales, a recibir seguimiento del audiólogo y a seguir un programa establecido para reducir su exposición al ruido.

Y es que los daños en el oído son irreversibles. El 10% de los españoles tiene algún tipo de pérdida auditiva. El audiólogo de Alain Afflelou, Carlos Oleas, ha destacado que "si nos enfrentásemos a un ruido constante similar al que produce nuestro despertador, el sonido generado sería suficiente para provocarnos un daño auditivo y hablamos de sonidos de más de 80 decibelios para despertarnos. Después salimos a la calle y nos enfrentamos al ruido del tráfico, los motores de las motos o los coches, los pitidos en general niveles de más de 90 decibelios".

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